Título: Libro de la Defensa Nacional de Chile - Introducción
INTRODUCCIÓN
Los libros de la defensa surgieron originalmente en Europa occidental después de la Segunda Guerra, es decir, en países democráticos que enfrentaban situaciones de seguridad exterior muy complejas, caracterizadas por dos rasgos básicos: por una parte, la existencia de una amenaza inmediatamente tangible proveniente del área soviética y, por otra, una paz inestable respaldada en mecanismos de seguridad colectiva. En este contexto, tales países consideraron imprescindible exponer ante sus ciudadanos, sus aliados y la comunidad internacional las características de su defensa, así como también hacer explícito el hecho de que la conducta de sus Estados estaba inspirada por orientaciones eminentemente defensivas, de contención y disuasión, sin guardar intenciones de comprometerse en una política agresiva.
Desde entonces, esta clase de documentos públicos ha evolucionado. Aunque todos responden a propósitos afines, existen entre ellos grandes diferencias. Por muy semejantes que sean las situaciones de defensa de dos o más países, ellas no son iguales y, por lo tanto, tampoco lo son las concepciones político-estratégicas de sus Estados. De lo anterior se desprende que los libros de la defensa no son intercambiables, es decir, reflejan conceptos y perspectivas singulares que no son mecánicamente trasladables de un país a otro. Esto es así porque estos documentos apuntan a dar cuenta del modo en que un país entiende el tipo de conflicto a que está específicamente expuesto, así como las respuestas que estima más convenientes.
La guerra ha evolucionado hacia conflictos en que se emplea alta tecnología y que requieren ser enfrentados con orgánicas y tácticas muchas veces diferentes a las que han sido características del presente siglo. Enfrentar condiciones de defensa complejas, que exigen tecnología y organizaciones adecuadas, impone la necesidad de un mayor involucramiento ciudadano en la defensa, una fluida relación entre civiles y militares, y una mayor coordinación entre actores políticos y castrenses en el seno del Estado. Todo ello, en primer lugar, porque el costo de defenderse es creciente y, en segundo término, porque la defensa es una tarea de la sociedad en su conjunto y no exclusivamente militar, aunque el papel de las Fuerzas Armadas sea central en ella.
De aquí que los libros de la defensa se planteen como documentos de Estado, en el sentido de que deben reflejar un consenso al que concurran todos los actores relevantes para la defensa, independientemente de la adscripción política o filosófica que reconozcan. Y de ahí también que los libros de la defensa tengan como uno de sus propósitos principales el desarrollar la conciencia ciudadana en torno a ella, porque la defensa requiere ser conocida y entendida por el conjunto de la sociedad.
Junto a lo anterior, los libros de defensa se elaboran con el propósito de intentar hacer fiable y previsible la conducta política de los Estados en el campo de la seguridad exterior. Debe observarse que los conceptos de fiable y previsible son rasgos del Estado que adquieren mayor sentido si se asocian a Objetivos Nacionales donde no haya una intención estatal ofensiva, la que, normalmente, responde a la presencia de aspiraciones territoriales expansionistas.
Es decir, la publicación de libros de la defensa exige observar coherencia entre intenciones y acciones, entre lo que se dice y lo que se hace. De lo contrario, se corre el riesgo de que la comunidad mundial estime el libro en cuestión como mera pantalla de otros propósitos, con las consecuencias del caso, o bien el riesgo de engañar a la comunidad internacional y sentar un elemento contraproducente entre eventuales aliados o agentes garantes de la paz en procesos de resolución de conflictos.
Finalmente, los libros de la defensa intentan hacerse cargo de la situación de seguridad en tres niveles distintos, pero relacionados -mundial, regional y vecinal-, así como los eventuales escenarios de riesgo de colisión o hipótesis de conflicto. En un mundo donde el equilibrio inestable de la Guerra Fría ya no existe y donde hay acelerados procesos de cambio que afectan, de alguna manera, al Estado Nacional, la necesidad de analizar los cambios desde la perspectiva de su impacto en la defensa se hace más evidente. Los libros de la defensa crean un espacio para la reflexión colectiva sobre realidades permanentes y sobre el cambio y sus efectos, y dan oportunidad para expresar los resultados de esa reflexión.
La estructura del Libro chileno de la Defensa responde a dos principios de organización. Primero, ir de lo conceptual a lo aplicado; esto significa que los temas de carácter más abstracto se tratan al comienzo del documento para culminar, en las partes V y VI respectivamente, con los temas relativos a las Fuerzas Armadas y a la economía de la defensa. Segundo, ir de lo general a lo específico; es decir, las primeras dos partes del libro abordan fundamentos genéricos de la defensa, mientras que la parte II a la VI se trata de la Defensa Nacional de Chile propiamente tal.
AMENAZA: Acciones reales o percibidas provocadas, consciente o inconscientemente, por un eventual adversario, a quien se le supone con cierto fundamento la intención y la capacidad para afectar negativamente intereses propios.
PAZ: En términos positivos, se la considera como el orden en la justicia. Supone una voluntad de interacción y cooperación entre los Estados para beneficio de todas las partes relacionadas. En términos negativos, puede definírsela como aquella condición caracterizada por la ausencia de guerra. Cuando esta condición impera, los Estados resuelven sus diferencias a través de sus representantes diplomáticos u otros canales establecidos de común acuerdo. Incluye las situaciones de crisis.
DEFENSA: Acción y efecto de conservar la posesión de un bien o de mantener suficiente grado de libertad de acción que permita alcanzar tal bine. Normalmente se relaciona con los conceptos de amenaza, fuerza y estrategia.
HIPÓTESIS DE CONFLICTO: Escenario eventual o prospectivo de colisión entre dos o más Estados, donde se amenaza con el empleo o se emplea la fuerza y que se funda sobre disparidad de intereses y determinantes históricas, geográficas, ideológicas o de otro tipo. Su probabilidad de ocurrencia es variable. Por una parte, depende de la calidad del análisis prospectivo; por otra, de la capacidad de manejo y control de los respectivos conductores políticos para evitar que situaciones coyunturales contribuyan a transformar un escenario prospectivo de colisión en real, ya sea como crisis o como guerra. Normalmente, las hipótesis de conflicto se deducen a partir de la Apreciación Global Político-Estratégica.