Título: Argentina. Revisión de la Defensa 2001 - Fuerzas Armadas para las nuevas necesidades

FUERZAS ARMADAS PARA LAS NUEVAS NECESIDADES
El sector Defensa argentino tiene frente a sí el desafío de adaptarse de manera realista y eficaz a los desafíos que se perfilan en el plano regional e internacional en el mediano y largo plazo.
Tanto las reflexiones estratégicas como los hechos ocurridos a nivel internacional a lo largo de los años `90, muestran la vigencia y relevancia que conserva la Defensa. Constituyen algunas de las claves de la experiencia acumulada en el ámbito internacional a lo largo de la década pasada:
- el uso eficiente del presupuesto de Defensa,
- un pensamiento estratégico-militar que sepa reconocer pragmáticamente las circunstancias nacionales, regionales e internacionales,
- el otorgamiento de una importancia central al capital humano, su entrenamiento y organización de los efectivos militares,
- el mejoramiento y compra de materiales de uso bélico claves y
- la incorporación metódica y racional de innovaciones existentes en el área de la informática y las telecomunicaciones.
En el plano nacional, tanto la Ley de Defensa como la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas, establecen un principio disuasivo en la política de Defensa Nacional. Esto significa que el país debe procurar contar, al menos, con el mínimo necesario de recursos materiales y humanos para disuadir las potenciales amenazas que pudieran presentarse a nuestros intereses vitales.
Esta concepción se ve enmarcada, a su vez, por un contexto subregional signado por avances sustanciales en el campo de la integración económica y de la consulta y cooperación en el plano de la política internacional.
En este sentido, la conformación de capacidades disuasivas creíbles deberá articularse con la consolidación y profundización de la integración subregional en el ámbito del MERCOSUR y el fortalecimiento de los lazos de cooperación y consulta con los actores estatales y regímenes internacionales comprometidos en expandir los espacios de estabilidad y paz.
La República Argentina y el mismo MERCOSUR tienden a desarrollar políticas y estrategias convergentes con estos principios aún en proceso de consolidación. El hecho que los mismos se desarrollen en un escenario internacional sujeto a fuertes turbulencias, rápidos cambios y el ascenso de factores de riesgo y amenazas, no implica relativizar la importancia del factor Defensa.
Ello es así, dado que existe un creciente consenso acerca de la necesidad de respaldar con hechos (recursos humanos y materiales ligados a la Defensa) los esfuerzos de pacificación y estabilidad en diversas regiones del mundo.
El marco internacional que se está conformando a partir del ascenso de la interdependencia, la difusión de regímenes políticos democráticos y el fin de la guerra fría, requiere de la preservación y la readaptación de una estructura de Defensa que brinde la disuasión antes indicada así como una participación responsable y constructiva en el plano de las Operaciones de Paz, Operaciones Humanitarias y Misiones Multilaterales.
En este sentido, no cabría formular barreras artificiales entre los roles tradicionales (la disuasión) de nuestras Fuerzas Armadas y los denominados "nuevos (o revigorizados) roles" dado que las capacidades humanas y materiales que permiten dar respuesta satisfactoria a los roles tradicionales brindan a su vez los cimientos desde los cuales se puede actuar de manera adecuada sobre los "nuevos roles".
Esto implica reconocer la existencia de particularidades y reglas de empeñamiento diferentes, y la convicción que el profesionalismo, la jerarquización del accionar conjunto, la priorización de los aspectos operativos, la inversión en la optimización de los recursos humanos y la incorporación progresiva y racional de nuevas tecnologías, están en condiciones de brindar la suficiente flexibilidad operativa como para cumplir (dentro de un marco de racionalidad y realismo al momento de asignar recursos y definir intereses nacionales) con este abanico de desafíos sin descuidar por ello la función específica y asignada por las normativas legales vigentes.
Esta misma flexibilidad, se constituye en un factor relevante para estar en condiciones de dar respuestas adecuadas a las demandas que nos exige el nuevo ambiente estratégico internacional.
Desde hace casi dos décadas se hace referencia a la existencia de una "Revolución en los Asuntos Militares" (RAM), la cual está transformando el "arte de la guerra".
La RAM se caracteriza por una mayor presencia de armas guiadas, dotadas de mayor precisión y alcance. Asimismo, le brinda un mayor protagonismo de la tecnología informática y por una menor limitación del clima sobre las operaciones militares. Esto implica cambios profundos en la tecnología utilizada para el desarrollo de sistemas de armas, las doctrinas militares, en el plano logístico, reservas y la forma de organización.
Otro de los ejes del debate actual y futuro ligado al plano de la Defensa son las denominadas "amenazas o respuestas asimétricas". Las referencias a las mismas ocupan un creciente espacio en el pensamiento estratégico-militar.
Este término ha sido básicamente orientado a reflexionar sobre la forma en que algunos Estados o actores podrían responder en términos militares a la abrumadora superioridad bélica de las potencias occidentales y sus aliados.
En este contexto, la cuestión de las "respuestas asimétricas" es un tema a considerar por parte de los Aliados y potenciales miembros de coaliciones. El hecho que Argentina sea una activa partícipe de las Operaciones de Paz de la ONU y algunas coaliciones multilaterales, motiva la necesidad de una reflexión profunda acerca de sus implicancias.
Una de las definiciones más difundidas en Occidente sobre la naturaleza de las "amenazas y guerras asimétricas" consiste en: "los intentos de engañar o erosionar las fuerzas del oponente explotando sus debilidades, empleando métodos que difieren significativamente del modo usual en que actúa un oponente en sus operaciones". En este sentido, se identifican tres amplias categorías de potenciales amenazas:
1) guerra informática u operaciones informáticas ofensivas, incluyendo ataques sobre infraestructura, acción psicológica y desinformación.
2) armas de destrucción masiva
3) operaciones no convencionales, incluyendo el uso de tácticas de "golpear y escapar", el uso de centros urbanos como escenarios de combates, desestructuración de la sociedad civil y trastornos económicos.
Frente al escenario indicado, adquiere una central importancia la cooperación, la coordinación y la interoperabilidad entre las agencias e instituciones al interior de los países y de las mismas con sus pares de los países aliados.
Del panorama analizado, se presenta el reto de pensar y desarrollar visiones y acciones de mediano y largo plazo que permita lograr un equilibrio adecuado entre los roles tradicionales y las nuevas necesidades de la Defensa, y contar con Fuerzas Armadas en condiciones humanas, materiales y doctrinarias para hacer frente de manera satisfactoria a las mismas.