Título: Líneas Estratégicas de Seguridad Ciudadana en Nicaragua - Parte 12

12. ESTRATEGIAS
En esencia, las estrategias se plantean como los marcos de referencia dinámicos para la formulación, el avance y la implementación según corresponda, de un conjunto de programas, proyectos, iniciativas e intervenciones prioritarias desde una perspectiva intersectorial y multidisciplinaria, que concreten actividades y medidas específicas encaminadas a la prevención del delito, la delincuencia y la violencia, con énfasis en el nivel local y con la participación de organizaciones de la sociedad civil.
Las estrategias presuponen una actitud proactiva por parte de los habitantes mediante instancias de participación comunitaria, para lo cual se fomenta la instauración de instancias y redes de participación allí donde se las necesite y/o reclame, y fundamentalmente, busca la consolidación de las ya existentes. En este último caso, deben reconocerse las particularidades de cada zona y a la vez la manera en que cada temática sectorial ha ido construyendo sus espacios de participación tanto formales como informales. Así es que tiene gran importancia la implementación del enfoque interinstitucional a nivel local (integración de otras áreas, con particular atención a aquellas relacionadas por ejemplo, con problemas juveniles)
Las siguientes siete estrategias de intervención seleccionadas representan el conjunto y la combinación óptima de caminos que permiten alcanzar los objetivos de las LE:
- Estrategia de Intervención en Drogas.
- Estrategia de Intervención en Violencia Juvenil.
- Estrategia de Intervención en Violencia Intrafamiliar y Sexual.
- Estrategia de Intervención en Robos.
- Estrategia de Intervención en Seguridad Vial.
- Estrategia de Prevención Comunitaria Local.
- Estrategia de Comunicación Social.
12.1 Estrategia de Intervención en Drogas
La significación del problema drogas para la seguridad ciudadana requiere un abordaje múltiple desde el gobierno y la sociedad.
En ese sentido, el incremento de expendios y su generalización a lo largo del país, determina avanzar en un abordaje intersectorial en diversos niveles, a la vez que plantea la necesidad de articular diversas iniciativas en marcha, a nivel de la población general con focalización en niños (hasta 13 años), adolescentes (13 -18 años) y jóvenes (18 -30 años), y de integrar esfuerzos desde la educación, prevención, tratamiento y reinserción social, con contribuciones desde la comunicación social. También requiere considerar la intersección entre pandillas y agrupaciones juveniles, y drogas en tanto es una preocupación común que orienta a una acción desde la perspectiva de la prevención de la violencia, sin perder de vista la relevancia de la rehabilitación. En función de ello el mensaje básico a reforzar es "sí a la vida saludable" en contraposición a las vidas y conductas adictivas y violentas.
La serie de proyectos contenidos en el Plan Nacional Antidrogas (2002-2006) impulsado por el Consejo Nacional de Lucha contra las Drogas, particularmente en lo referido a la prevención del consumo de drogas, constituye un antecedente y a la vez un punto de partida. El Consejo Nacional de Lucha Contra las Drogas, ha considerado que es preponderante trabajar coordinada e integralmente este fenómeno debido a las connotaciones que tiene para nuestra sociedad, en razón de ello se ha aprobado dicho Plan, en el cual el Consejo plantea su estrategia de actuación en cada una de las esfera que el problema involucra, así como la actuación de las organizaciones públicas y privadas; siendo este el marco de referencia para implementar acciones dirigidas a disminuir el consumo y el tráfico de drogas.
Este antecedente obliga a plasmar la debida coherencia entre objetivos comunes y la articulación de las acciones en el territorio, lo cual se ve facilitado por los avances en materia de sensibilización y prevención del consumo de drogas. Son también relevantes los diversos esfuerzos del Estado y de las organizaciones de la sociedad civil, en el campo de tratamiento y rehabilitación mediante intervenciones concretas.
Es importante señalar la existencia de los Consejos Departamentales y Regionales de Lucha Contra las Drogas, como una estructura organizada en la cual participan las instituciones que intervienen en esta problemática, estructura que juega un papel importante en la ejecución de planes, programas y proyectos. Igualmente es relevante la existencia de programas focalizados de atención a niñez, adolescencia y juventud.
A su vez la integración de las alcaldías al esfuerzo derivado de esta estrategia garantiza una focalización hacia grupos en riesgo. La sociedad civil participa a través de las organizaciones dedicadas a la atención de grupos en riesgo para su prevención, tratamiento y rehabilitación.
El objetivo de esta estrategia consiste en contribuir a atenuar la vulnerabilidad de la población de niños (as), adolescentes y jóvenes respecto de la adopción de conductas adictivas que facilitan la violencia en el territorio nacional, con especial atención hacia grupos en riesgo en los departamentos con mayor incidencia de expendios y violencia delincuencial. Se centra en la educación, adopción de conductas saludables, tratamiento, rehabilitación y su reinserción social desde la participación comunitaria y la comunicación social, y de las instancias específicas en sus diversos niveles.
Los ejes por los cuales transcurre la presente estrategia desde una visión nacional e intersectorial con alcance local son los siguientes: educación - prevención integral del consumo de drogas (primaria, secundaria y terciaria) - prevención de la violencia - participación comunitaria.
Desde la perspectiva de la Reducción de la Demanda, los factores asociados al problema de las drogas son la desintegración familiar, pares o amigos cercanos que induzcan al consumo de drogas, poca atención del problema en escuelas y colegios, falta de espacios de recreación y superación cultural, desempleo, exclusión del sistema escolar, televisión e Internet sin control familiar, falta de valores éticos y morales, estos factores de riesgos son fundamento suficiente para sostener la intersectorialidad y el énfasis en el ámbito local de esta estrategia.
Esta estrategia considera a los niños (as), adolescentes y jóvenes en su condición general de vulnerabilidad. En el ámbito local se trabajará en el sistema escolar y la comunidad para prevenir la violencia y consumo de drogas. La capacitación especializada y multidisciplinaria de agentes u operadores comunitarios, maestros, policías y padres de familia para la intervención en grupos vulnerables o de riesgo, constituyen un resorte fundamental, así mismo la estrategia centra su atención en consolidar la labor preventiva y educativa al abordar correctamente el tema en los medios de comunicación.
En síntesis, esta estrategia se caracteriza por ser nacional con fuerte aplicación a nivel local, por promover medidas de prevención y facilitar el tratamiento y rehabilitación a través de la atención brindada por las organizaciones no gubernamentales y a través de redes comunitarias de forma ambulatoria, recurrir a las herramientas e instancias de la participación y articular esfuerzos diversos, promoviendo la creación de espacios alternativos recreativos y culturales. Así mismo, se favorecerá la rehabilitación en el Sistema Penitenciario Nacional.
Presupone mejorar la coordinación institucional existente, creando mecanismos de cooperación y de igual manera, implica la intervención multidisciplinaria (ciencias de la educación, sicología, sociología, comunicación social, trabajo social, ciencias de la salud, criminología), de modo de lograr un abordaje integral a un problema que reconoce diversos factores de riesgo e interrelación con otros problemas que afectan a la seguridad ciudadana.
El proyecto que abarca esta estrategia es:
Único: Promoción Comunitaria para la Prevención, Tratamiento y Rehabilitación del Uso y Abuso de Drogas.
12.2 Estrategia de Intervención en Violencia Juvenil
Una condición fundamental para el abordaje de la violencia juvenil es su consideración como problema que atañe tanto a la sociedad como a las autoridades del Estado en todos sus niveles. Considerado como uno de los problemas de salud pública más importantes de la región, a la vez constituye un problema de seguridad ciudadana de envergadura y alto impacto en términos de inseguridad urbana para Nicaragua.
En esa dirección, exige un trabajo desde la prevención que a la vez reconozca los múltiples factores asociados así como la multidimensionalidad. Dado que los resultados se visualizan en el mediano plazo, la sostenibilidad del esfuerzo presupone un papel activo de la comunidad en esta estrategia, así como un reconocimiento de la necesidad de alternativas de interacción social estudio, trabajo y recreación para la población en riesgo -no sólo en riesgo de violencia juvenil, sino también de drogadependencia, expendio de droga y violencia intrafamiliar- , de modo de promover el mejoramiento de su calidad de vida en el marco de la vinculación entre lo público y lo privado.
Las experiencias de la Policía Nacional con las comunidades locales, el proyecto de Seguridad Ciudadana efectuado en Masaya (1998 - 2000), el proyecto Policía - Comunidad y Derechos Humanos impulsado actualmente por PNUD, los proyectos de la recién creada Secretaría de la Juventud enmarcados en el Programa de Atención a Jóvenes en Situación de Riesgo, así como el plan piloto del Barrio Monseñor Lezcano promovido por varias instituciones, entre ellas MIFAMILIA, MECD, Alcaldía de Managua, PN, etc., son antecedentes de la acción gubernamental en la materia. Constituyen a la vez un marco conceptual y de referencia.
Por otra parte, frente a la magnitud y tendencia del problema, se destaca el insuficiente número de ONG´s con trabajo activo en este campo para prevenir la violencia, para fortalecer la capacidad de organización de las comunidades, así como de respuesta a su problemática, y su trabajo desde lo local. Las Comisiones Interinstitucionales para la Atención de la Violencia Juvenil han trabajado durante todo el año, en diversos departamentos y distritos de Managua. No obstante, debido a la intensidad del trabajo en las instituciones, no ha sido posible construir aún un espacio de debate y dialogo sobre el trabajo efectuado. Esto se torna relevante cuando muchos de los miembros de estas comisiones cuentan con experiencia en el tema de la juventud, por lo que se convierten en agentes idóneos de ideas y propuestas para la Estrategia de Intervención.
El objetivo de esta estrategia consiste en fortalecer las organizaciones existentes en la comunidad, orientada a la prevención y rehabilitación de los adolescentes y jóvenes inmersos en la violencia juvenil -tanto en su condición individual, y de pandillas, así como su vinculación con drogadependencia, expendio de droga y violencia intrafamiliar-, al mismo tiempo articular esfuerzos que coadyuven tanto en lo comunitario, institucional y organizaciones de la sociedad civil.
Los ejes de la presente estrategia son los siguientes: pandillas - prevención de la violencia - prevención comunitaria - reinserción integral - participación comunitaria.
Respecto del problema de pandillas -integradas principalmente por jóvenes, adolescentes y, niños en menor medida-, sus factores asociados incluyen: percepción de exclusión del sistema social, pares o amigos cercanos, violencia intra familiar y sexual, deserción escolar, falta de espacios de recreación y superación cultural, desempleo en hogares de jefatura femenina y, desempleo y pobreza en los hogares.
La intersectorialidad de esta estrategia está dada en términos generales por la necesidad de vincular la prevención y la reinserción y rehabilitación social (atención psicosocial de la familia, formación y capacitación técnica, recreación, oportunidades laborales y participación, entre otros), sin perder de vista la multicausalidad. Se reconoce asimismo la intersección de las drogas y pandillas, de sus factores asociados, lo cual por su especificidad y particularidad resulta abordado por la estrategia referida al problema drogas.
La condición de vulnerabilidad descrita oportunamente a la vez reclama focalizar sobre los jóvenes en riesgo, y en particular sobre los integrantes de pandillas. El ámbito local es relevante a esta estrategia en varios aspectos, de la misma forma que la participación activa de las instancias comunitarias que centran su trabajo en la prevención en el territorio es fundamental de modo de promover formas no violentas de interacción y la desestigmatización de los adolescentes y jóvenes recuperados. Al respecto, la mediación comunitaria se la aplica como un elemento coadyuvante para la generación de alternativas para la resolución de conflictos, al mismo tiempo que facilita a los mismos la reinserción en sus diversos aspectos. Se promueve así la pacificación de las comunidades, a través de la reconciliación entre pandillas y de creación de puentes de comunicación y mediación entre pandillas e instituciones vinculadas a la violencia. A la vez, incidir en la curricula educativa de cara a la prevención de la violencia y la promoción de la cultura del imperio de la ley.
La sensibilización y eventual institucionalización o formalización de otras instancias informales de participación que indirectamente actúen en esta problemática es otro camino en el mismo sentido. Asimismo, la prevención comunitaria ubica a la relación policía - comunidad en una alta prioridad para afrontar este problema, particularmente en el nivel local y territorial. Asimismo se integra en la estrategia como componente relevante la intervención en
la salud mental de las personas involucradas o afectadas por la violencia
partiendo de que esta es un problema de salud pública.
En síntesis, con el fin general de contribuir a la reducción de los niveles de violencia juvenil, y en particular las acciones de violencia y delincuenciales de las pandillas, esta estrategia reconoce los entrecruzamientos y transversalidades que caracterizan a la vulnerabilidad juvenil, y por lo tanto reúne a través de la prevención comunitaria, la participación y la relación entre lo público y lo privado, diversos enfoques y abordajes específicos desde las perspectivas de la salud, educación, cultura, recreación, deporte, oportunidades para la reinserción integral -laboral y social- y atención institucional de jóvenes y adolescentes en riesgo de, o en efectiva, exclusión social, y a la rehabilitación de menores y jóvenes en conflicto con la ley.
Así plantea desarrollar las formas organizativas existentes en la comunidad, orientadas a la prevención de la violencia en la adolescencia y la juventud, impulsar actividades sustantivas en salud, recreación (deporte, cultura), educación en las comunidades orientadas a la prevención de la violencia en los adolescentes y la juventud, capacitar de forma integral a los adolescentes y jóvenes involucrados en las pandillas, para integrarlos a la vida productiva, escolar, deportiva y cultural de su comunidad. Asimismo, a atender a jóvenes en riesgo y en conflicto con la ley, miembros de pandillas juveniles en función de su reinserción social, a los padres de familia, crear un fondo para la formación de micro empresas de jóvenes rehabilitados, para ello capacitar a los jóvenes y vincular a pequeñas y medianas empresas en el esfuerzo.
Los proyectos que se desprenden de esta estrategia son:
1) Proyecto Prevención y Atención Comunitaria en Violencia Juvenil.
2) Proyecto Promoción de la Inserción Integral de Jóvenes Rehabilitados.
12.3. Estrategia de Intervención en Violencia Intrafamiliar y Sexual
La justificación para el abordaje integral de la vulnerabilidad familiar frente a la violencia general, lo constituye el alto impacto de la misma en ciertos grupos de riesgo específicos, sus implicancias y costos sociales y económicos.
En el contexto de la violencia intrafamiliar y sexual se debe prestar particular atención a la violencia hacia la mujer y hacia la niñez y la adolescencia. La violencia niega a las mujeres, la niñez y la adolescencia la posibilidad de su desarrollo personal, limitando sus potencialidades, coartando sus libertades y llevándolas a un aislamiento, en vez de facilitar su integración a la sociedad. Esta situación viola sus derechos humanos fundamentales y, le dificulta la búsqueda de opciones de vida. Por lo tanto frente este problema se debe tener presente la intersección entre seguridad ciudadana, violencia, los derechos de la mujer y los derechos de la niñez.
Aunque internacionalmente se reconoce la necesidad de avanzar en programas sociales, en prácticas concretas en el terreno de la prevención, atención y sanción, en sensibilización de la comunidad, formación de redes, fomento de la participación, e interdisciplinariedad, como esencia de las intervenciones potenciales en la materia, históricamente el problema ha quedado relegado entre las prioridades. La presente constituye una oportunidad de jerarquizar el problema y sus abordajes desde una perspectiva de implementación multisectorial e interdisciplinaria.
El país cuenta con el Plan Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y Sexual (2001-2006) -cuya coordinación general a cargo del Instituto Nicaragüense de la Mujer- que concebido como una política pública, incorpora entre sus principios rectores a los siguientes: la violencia intrafamiliar como un problema de salud pública, como un problema de seguridad ciudadana y, la violencia intrafamiliar y sexual como un delito de acción, tipificado, condenable y punible. Ello, sumado a la experiencia acumulada en los últimos años, fija la coherencia esencial que permite avanzar en la determinación de una de estrategia de seguridad ciudadana. En este contexto, deben mencionarse las Comisarías de la Mujer, como el primer esfuerzo conjunto del INIM, Policía Nacional y la Red de Mujeres contra la Violencia, en un abordaje intersectorial de la problemática.
La presente estrategia no se formula para superponer o reemplazar iniciativas desarrolladas desde el Plan Nacional, o meramente transcribirlas aquí. Propone ahondar en acciones no exploradas que surgen de la confluencia entre la seguridad ciudadana y sus ejes, por un lado, y la temática propia de violencia intrafamiliar y sexual, por otro, partiendo de la premisa común que esta cuestión es un problema de salud pública y de seguridad ciudadana, que constituye una violación a los derechos humanos, y que requiere un trabajo en los ámbitos comunitario y familiar principalmente.
Mientras que el Plan "...está orientado a configurar un sistema de acciones a nivel nacional y local, que de manera articulada contribuya a la prevención de la violencia intrafamilar y sexual"47, las LE pretenden a través de esta estrategia de intervención integrar la temática y problema de la violencia intrafamiliar y sexual en los debates, los temas priorizados y en los abordajes e intervenciones por parte de las redes, instancias de participación comunitaria de seguridad ciudadana, y a la vez aprovechando las estructuras ya existentes para el trabajo en el territorio.
La Estrategia contempla las tres dimensiones en que se atiende la temática: prevención, atención y sanción.
Así, para esta Estrategia, la prevención tiene que ver con el abordaje de las causas de la violencia, con la modificación de patrones culturales vigentes, con formas alternativas de convivencia y mecanismos de resolución pacífica de los conflictos en la familia, pareja y comunidad. La atención se centra en la protección a la integridad física y psicológica de la víctima, en la reconstrucción de los recursos de apoyo psíquicos y materiales que ha perdido la víctima, en el derecho de las víctimas al acceso a la justicia, en la consideración de los factores de riesgo. Por su parte la sanción es entendida tanto como acción punitiva como acción preventiva, integrando asimismo la rehabilitación de los victimarios.
La relevancia de la familia para la prevención de la violencia deviene de considerar que los delitos que ocurren en el ámbito privado resultan protegidos por el sistema de ideas y creencias que existe acerca del silencio que debe cubrir los problemas ocurridos en el seno familiar, mentalidad que dificulta la prevención de estos hechos y la protección de las víctimas.
El Plan Nacional establece la detección en el sentido de detección temprana y registro, así como en términos de mediciones de prevalencia del problema, en otras palabras, contar con información básica, actualizándola periódicamente, sobre la realidad del problema. De la misma manera, se indica atención integral desde la perspectiva de prevención en lo referido a las personas víctimas y su acceso a la justicia -capacitación a los operadores de justicia así como a los especialistas en atención psicológica para orientar a la víctima -, a fin de lograr un enfoque multisectorial que apoye a víctimas, con el concurso de la policía, sistema judicial, y organizaciones de la sociedad civil, que contribuya a disminuir la impunidad frente a los hechos ya consumados, así como a trabajar en la rehabilitación de quienes hayan infringido la ley.
El objetivo de la Estrategia de seguridad ciudadana en el marco de la prevención de violencia intrafamiliar y sexual consiste en promover el abordaje multidimensional e intersectorial del problema a través del desarrollo y fortalecimiento de redes formales y comunitarias en detección, prevención y atención de la violencia intrafamiliar y sexual desde una perspectiva comunitaria y de la familia, y de su detección temprana, esfuerzo articulado con las entidades gubernamentales específicas.
Los ejes en los que se inscribe el abordaje de la presente estrategia son los siguientes: prevención comunitaria - sensibilización y capacitación - detección - atención integral.
Existen algunos factores asociados a la violencia reconocidos internacionalmente, entre los que se destacan la inequidad entre hombres y mujeres, el uso de violencia para la resolución de conflictos y el abuso de la autoridad masculina en la toma de decisiones en el hogar. Asimismo, algunos factores de riesgo en la violencia intrafamiliar y sexual como son la crisis del modelo tradicional de familia, crisis del desempleo que afecta a hombres y mujeres, familia numerosa, alcohol, drogas, y proliferación de expendio de licores. Estos factores de riesgos son indicativos de la necesidad de contar con un enfoque interdisciplinario. A su vez, los hechos que son comprendidos en el mundo de violencia intrafamiliar -lesiones, riñas conyugales, daños psicológicos, maltrato al cónyuge, maltrato a niños y niñas, parricidio, y violencia sexual, así como incesto, corrupción de niños y niñas, seducción ilegítima, niños y niñas en riesgo, secuestro, violación y violación frustrada- ameritan priorizar los ejes de detección y atención integral.
La Estrategia induce a la refexión y análisis de la violencia intrafamiliar y sexual en las diferentes instancias organizativas existentes en la comunidad, orientadas hacia la prevención del delito y la violencia desde una prespectiva que privilegia la cultura de la paz y del diálogo, a la cultura de la legalidad, en donde se destaca el papel relevante de la participación de la familia para la prevención de la violencia.
De igual forma, convoca al trabajo intersectorial tanto a la Policía, Sistema Judicial y Sociedad Civil, así como otros sectores que deben involucrarse (Salud, Educación, Familia y Juventud). A la vez sensibiliza a familias, adolescentes y jóvenes, capacita y forma a maestros y maestras, en los valores de respeto, equidad e igualdad, en la detección temprana y contención básica de víctimas y eleva los niveles de capacitación de líderes comunitarios, agentes y operadores de justicia con respecto a esta problemática. Tiene en cuenta la trascendencia de la temática dentro de las organizaciones einstituciones. Considera asimismo a las víctimas y sobrevivientes, a la explotación sexual comercial de menores.
La premisa que en definitiva orienta la presente Estrategia es contribuir a la jerarquización del problema y su ubicación como un o de los más preocupantes en materia de seguridad ciudadana, al mismo tiempo que contribuye a concatenar y fortalecer los plantes y políticas aprobadas.
Los proyectos a través de los que se manifiesta la presente Estrategia son:
1) Proyecto Desarrollo y Ampliación de Redes de Prevención.
2) Proyecto Medición y Detección de la Violencia Intrafamiliar y Sexual.
3) Proyecto Antención de la Violencia Intrafamiliar y Sexual.
12.4 Estrategia de Intervención en Robos
La forma en que los habitantes se comportan frente a los delitos en orden a prevenirlos es relevante para los resultados de programas orientados a la reducción o al control del delito. La actuación policial por sí sola resulta insuficiente cuando la incidencia de una familia de delitos prevalece. Las instancias de prevención comunitaria cumplen un papel fundamental en ese sentido al facilitar los debates y consensos respecto de las medidas de prevención situacional frente al delito. Los medios de comunicación a la vez permiten abarcar un público más amplio. La experiencia internacional indica que el trabajo a nivel local sobre un problema específico es un camino apto desde la perspectiva de la prevención. Con respecto a los robos, mejorar la seguridad ciudadana es contribuir a la disminución del sentimiento de inseguridad de la comunidad, es incidir en las oportunidades de los robos.
El objetivo de esta estrategia es difundir y capacitar a los habitantes respecto de herramientas conceptuales y prácticas que incidan en el sentimiento de seguridad y la oportunidad de ser víctima de robos.
Los ejes de la presente estrategia son los siguientes: prevención comunitaria - sensibilización / capacitación - victimización
A los factores asociados a robos y hurtos - padres antisociales, amigos o pares delincuentes, droga, alcohol, exclusión del sistema escolar y, desempleo-, se le debe agregar la incidencia que tiene la falta de educación en seguridad ciudadana de la población.
La esencia de esta estrategia se resume en el desarrollo de acciones o medidas de prevención situacional que permitan incidir en la disminución de oportunidades de robo mediante sensibilización y capacitación. La sensibilización y capacitación de la comunidad, a través de las instancias de participación es una de las formas de abordaje. Las campañas en los medios de comunicación a la vez potencian el mensaje difundido en el ámbito comunitario y local. Al mismo tiempo se busca incrementar la eficacia y eficiencia de las funciones y estrategias policiales relacionadas con los delitos seleccionados en función de la relación policía - comunidad.
En síntesis esta estrategia busca fomentar prácticas que inciden en la vida cotidiana de los habitantes, frente al riesgo que implica una familia de delitos dada.
La prioridad asignada al problema de robos toma cuerpo a través del siguiente proyecto:
Único: Proyecto Sensibilización y Capacitación en Prevención de Robos
12.5 Estrategia de Intervención en Seguridad Vial
Con respecto a este problema, por un lado se corrobora la histórica escasa consideración de la accidentalidad por parte de los tomadores de decisión en cuanto a acciones sustantivas y sostenidas. Por otro se observa el impacto en vidas de la accidentalidad en comparación con las vidas perdidas por asesinatos y homicidios. En este contexto, la falta de educación vial de los habitantes resulta ostensible. La seguridad ciudadana implica también velar por la integridad física de las personas que circulan en las calles, rutas y caminos. En términos conceptuales y prácticos, la noción de seguridad vial permite abarcar una serie aspectos variados con respecto a aquello específicamente vinculado a los accidentes.
La experiencia de la Dirección de Seguridad del Tránsito Nacional de la Policía Nacional hoy día se ve potenciada por la reciente aprobación de la Ley 431, todo lo cual constituye un punto de partida para contribuir a la disminución de oportunidades de accidentes en la vía pública
El objetivo de esta estrategia es dual y consiste, por un lado, en atender la seguridad vial contribuyendo con la prevención de accidentes a través de la educación y capacitación, y por otro, desarrollar y fortalecer los ámbitos institucionales y las normas referidas a la aplicación de principios y prácticas de seguridad vial.
Los ejes que sostienen a la presente estrategia son los siguientes: sensibilización / capacitación - educación - cumplimiento de la ley - prevención de la accidentalidad a nivel comunitario - rehabilitación formal.
Como se ha descrito en el diagnóstico, los factores asociados a la accidentalidad son, giros indebidos, no guardar distancia, interceptar el paso, falta de precaución al retroceder, no hacer alto, exceso de velocidad, desatender señales e, imprudencia peatonal. De la misma manera, influyen los tramos de carretera de la Panamericana que cruza varias ciudades, en que las personas caminan a la orilla de la vía, los buses se detienen donde quieren aunque tengan sus puntos delimitados y, casi siempre son obscuras en la noche; falta de definición de vías primarias y secundarias; falta de definición y/o de respeto del transito de carga y pasajeros tanto urbano como interdepartamental de su circuito de circulación y, bicicletas sin respetar leyes de tránsito y, sin luces. El machismo debe contemplarse como un factor asociado a tomar en cuenta.
Atento a los objetivos señalados, se busca sensibilizar a especialistas en diseño y planificación urbana de modo tal de facilitar la aplicación de medidas de prevención situacional aplicadas a problema de accidentes. La dimensión educativa de esta estrategia implica fomentar la incorporación del tema educación vial en los diversos momentos del proceso educativo formal. Promueve así la educación dirigida hacia los niños y niñas en materia de medidas de prevención y seguridad vial. Las intervenciones están pensadas para lugares seleccionados en función de los datos estadísticos disponibles.
Al hablar de cumplimiento de la ley, se hace referencia tanto al respeto de la ley por los ciudadanos (sensibilizados y/o educados), como al fortalecimiento de las áreas policiales competentes en función de la reciente aprobación de la Ley 431. La sensibilización alcanza a los ciudadanos -por medio de estrategias de opinión pública -, así como a instancias de participación en prevención que proveen sugerencias para disminución de los riesgos de accidentes, y a policías no vinculados a tránsito. La capacitación abarca la especialización necesaria para promotores comunitarios, así como también la formación de recursos profesionales en la Policía. A la vez implica mejorar la capacidad institucional para la aplicación de las normas vigentes y sentar las bases para la promoción de normas reglamentarias que procuren un mejor cumplimiento de la función de seguridad vial. Por último, considera la relevancia las acciones en materia de rehabilitación formal de quienes hayan infringido las leyes.
Se requiere, por lo tanto, jerarquizar el problema de accidentalidad, otorgándole la atención que amerita mediante la presente estrategia de intervención en seguridad vial, la cual se manifiesta a través de los siguientes proyectos:
1) Proyecto Educación y Capacitación en Seguridad Vial
2) Proyecto Fortalecimiento de Mecanismos de Regulación, Control, Fiscalización y Rehabilitación de la Seguridad Vial
12.6. Estrategia de Prevención Comunitaria Local
Se desarrolla en municipios, distritos, ciudades, o barrios, como una estrategia transversal que desde la efectiva participación comunitaria aborda los problemas principales locales. Esta estrategia busca universalizar en la sociedad aquellos objetivos particulares planteados por estos LE, en particular, el referido a impulsar la participación activa de la sociedad civil y su coordinación y articulación con las instituciones estatales en el abordaje de los problemas prioritarios y sus factores asociados, y también el referido a promover el acercamiento entre la policía y la comunidad a través de la profundización de las instancias formales e informales.
El objetivo consiste en coadyuvar a contener el deterioro de la seguridad ciudadana en los territorios así como elevar el sentimiento de seguridad de los habitantes, universalizando la prevención comunitaria a nivel local y profundizando la relación policía - comunidad.
Sus ejes son: territorialidad - problemas principales - sentimiento de inseguridad - participación comunitaria.
Se impulsará a través de un ciclo constituido en esencia por, un diagnóstico participativo de seguridad ciudadana, la formación de comisiones de prevención, la validación del diagnóstico por la comisión, la elaboración posterior del plan de acción local, la implementación, monitoreo, evaluaciones parciales y evaluación final.
Ahora bien, para lograr encender el motor que pone en movimiento a la comunidad, es clave conocer y actuar en correspondencia con los componentes básicos de su cultura: valores, ideas, creencias, tradiciones, normas, costumbres, símbolos, intereses, mentalidad, en íntima relación con la situación económica y social, apoyándose en los actores sociales que tienen mayor prestigio - y dinamismo - en la localidad.
Así mismo, este tipo de abordaje requiere de encuestas de victimización al inicio y al cierre del ciclo para que junto con los datos objetivos del delito y la delincuencia, se cuente con un panorama suficiente de la realidad.
Dicho proyecto genérico se denomina:
Único: Fortalecimiento de la prevención comunitaria local
12.7. Estrategia de Comunicación Social
Es reconocida la relevancia del papel de los medios de comunicación social en la formación de la opinión pública y la forma en que encaren la noticia sobre inseguridad, delitos, delincuencia y violencia. Ello requiere un manejo manera responsable, racional y objetivo de la noticia. Es indudable el impacto que su manifestación tiene con relación a la prevención y control y a la sensación de inseguridad, a partir de considerar que los medios de comunicación constituyen factores que inciden transversalmente en la vida nacional, tanto en el área urbana como rural.
Asimismo esta iniciativa se ha pensado como forma de consolidar en la opinión pública de los principios y actividades de las estrategias impulsadas por las LE, a fin de posicionar a cada una de ellas y las temáticas y problemas que abordan en el marco de las políticas nacionales destinadas a la seguridad ciudadana. En el mismo sentido, se pretende consolidar en la opinión pública la relevancia de la prevención comunitaria, de la violencia intrafamiliar y sexual, de la violencia juvenil, del problema drogas, de la seguridad vial y de la inseguridad frente a los robos.
Se ha sostenido que las iniciativas para reducir la violencia a través del uso de los medios de comunicación pueden dar lugar a medidas claves en materia de seguridad ciudadana, al tiempo que permiten a las comunidades reconstruir su capital social.
En función de ello se prevé planificar, coordinar y evaluar las campañas y acciones diversas de comunicación social de alcance nacional dirigidas a los diversos públicos.
El objetivo consiste en desarrollar acciones dirigidas tanto a la opinión pública como a los medios de comunicación social tendientes a incidir en la valoración de los problemas de inseguridad, delito, delincuencia y violencia y a fomentar la prevención comunitaria y participación, así como a difundir las estrategias e intervenciones de las LE.
Sus ejes son: sensibilización - educación - cumplimiento de la ley - problemas principales - participación comunitaria - prevención comunitaria.
En general se requiere sensibilizar a la opinión pública sobre la noción y alcances de la seguridad ciudadana y a la vez difundir en la opinión pública y también a nivel local, los objetivos, actividades y marcos conceptuales de los diversos proyectos de las Estrategias de las LE. De igual importancia es lograr la sensibilización de los medios de comunicación al respecto.
En materia de violencia intrafamiliar y sexual, se requiere encarar una campaña de sensibilización y capacitación en el tema de la violencia a los medios de comunicación, sobre todo contra los mensajes que lesionan los derechos de las personas.
Asimismo es preciso sensibilizar los medios de comunicación acerca de las causas y consecuencias de la violencia juvenil, de modo de revertir el fomento de una visión distorsionada la problemática de los jóvenes en riesgos, que contribuye al desprestigio social y a la estigmatización de la juventud. A la vez, crear relaciones entre medios de comunicación y comisiones (Comisiones Interinstitucionales para la Atención de la Violencia Juvenil) para potenciar los logros de los jóvenes ex pandilleros.
Por otra parte, se debe procurar la participación activa de los medios de comunicación en la prevención al consumo de drogas y de la violencia en sus diversas manifestaciones.
Hasta aquí, y habiendo sólo mencionado algunas de las facetas y alcances que la presente estrategia involucra, se justifica la realización de esfuerzos para desarrollar instancias de participación -de diálogo social- entre medios de comunicación y los diversos actores y beneficiarios involucrados en los proyectos de las Estrategias de las LE., y campañas específicas de difusión en el marco de las mismas.
Se requiere mejorar y profundizar la relación entre la policía y medios de comunicación necesitan mejorarse, a través de la realización de foros de dialogo con prensa y policía.
En síntesis esto lleva a la necesaria consideración de la importancia de la difusión a través de los medios y de la propia participación de los medios de comunicación en el proceso de implementación de las LE y sus estrategias de intervención a los medios de comunicación.
Desde el abordaje integral que conlleva las LE y con el objeto de avanzar en las dos dimensiones señaladas, se plantea un proyecto de carácter nacional
Dicho proyecto se denomina:
Único: Medios de Comunicación, Opinión Pública y Seguridad Ciudadana.
(47) Plan Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y Sexual (2001-2006), pág. 14.