Título: España. Libro Blanco de la Defensa 2000 - Apéndice D
APÉNDICE D
LA FUERZA AÉREA
Las principales características de la Fuerza Aérea se deducen precisamente del medio en el cual se desarrollan sus operaciones, ya que no está limitado por barreras geográficas y se extiende sobre el mar y la tierra sin interrupción. La superioridad aérea es una condición previa en el planteamiento y desarrollo de cualquier operación militar en nuestros tiempos.
La Fuerza Aérea española es un conjunto de medios humanos y materiales que tienen como finalidad proyectar el potencial militar, en cualquier momento, con gran rapidez de respuesta y gran precisión, incluso a gran distancia, de forma que pueda influir decisivamente desde el aire y el espacio sobre una situación determinada, en el tiempo y lugar preciso para la defensa de los intereses nacionales. Constituye un instrumento rentable y adecuado para la gestión y control de crisis y para el apoyo a la acción exterior española. Además es un elemento necesario para obtener una superioridad que permita la actuación de las fuerzas terrestres y navales.
El Ejército del Aire posee una capacidad permanente de reacción y proyección rápida de fuerzas. Las Fuerzas Aéreas mantienen en todo momento un estado de disponibilidad muy alto, siempre hay aviones dispuestos para despegar inmediatamente en misiones de defensa aérea. Para otras operaciones o en casos de crisis, tener aviones listos y en alerta con gran capacidad de combate o de transporte supone un pequeño esfuerzo suplementario sobre las operaciones diarias de entrenamiento, lo que permite aplicar las decisiones estratégicas poco después de ser tomadas.
Esta capacidad se asienta sobre tres pilares característicos del poder aéreo. En primer lugar la flexibilidad, gracias a su especial ventaja en el manejo del tiempo y el espacio, alta disponibilidad y facilidad para concentrar y dispersar gran potencia de fuego con pocos medios.
En segundo lugar su precisión, ya que la estrecha relación entre tecnología y poder aéreo permite pasar de golpear como una maza a hacerlo con la exactitud de un florete de forma casi inmediata, según sea la forma más adecuada de acción. Las armas guiadas y los modernos sistemas integrados de navegación y disparo posibilitan concentrar los efectos, llegar exactamente a los objetivos y evitar daños colaterales.
Y como tercer pilar la eficacia, puesta de manifiesto tanto en la última Guerra del Golfo como en las operaciones aéreas sobre Bosnia y Herzegovina y en el conflicto de Kosovo, determinante en los distintos procesos de paz asociados, que permite actuar contra el corazón o contra las zonas periféricas, y alcanzar directamente objetivos de nivel estratégico, operacional o táctico, indistintamente y en cualquier orden.
Otra capacidad de las fuerzas aéreas que se ha mostrado como herramienta idónea para el control de crisis y los tipos de conflictos que surgen en la actualidad es la capacidad de acción gradual, que permite controlar a voluntad el daño que se desea causar al objetivo para conseguir la proporcionalidad adecuada.
Las fuerzas aéreas tienen la posibilidad, asimismo valiosa, de actuar con mínimo riesgo desde dentro y desde fuera del área de operaciones, minimizando las víctimas propias e incluso enemigas.
La capacidad de concentración rápida es otra de las características señaladas de las fuerzas aéreas, lo que les facilita operar en coalición. La concentración puede hacerse de forma proporcionada a la amenaza y al objetivo, consiguiendo desde una potencia de fuego masiva hasta otra mucho más selectiva y precisa. La acción contraria, la dispersión, también se consigue con gran facilidad y rapidez.
Para cumplir las misiones que tiene asignadas, el Ejército del Aire desarrolla en la actualidad numerosos cometidos. Destaca, en primer lugar, la Defensa Aérea, que se manifiesta en la vigilancia y control permanente, 24 horas del día y 365 días del año, del espacio aéreo de soberanía nacional y en la disponibilidad, también permanente, de aviones de caza en alerta. Los medios dedicados a esta misión se concentran en un Sistema de Mando y Control, formado por una red de escuadrones de Vigilancia Aérea y un Grupo Móvil de Control Aéreo, centros de mando y control, escuadrones de caza y medios de defensa antiaérea.
Otro importante cometido es el Ataque a Superficie, materializado en operaciones contra objetivos terrestres y marítimos para destruir, neutralizar o degradar el potencial militar del adversario y apoyar a las fuerzas de superficie.
La Vigilancia, Reconocimiento Aéreo e Inteligencia permite la obtención de la información necesaria para ejercer el control del espacio aéreo, el planeamiento y el desarrollo de las operaciones. El Ejército del Aire cuenta con tres escuadrones de fuerzas aéreas dedicados al reconocimiento electrónico, a la fotografía aérea y al reconocimiento fotográfico. También opera con medios de reconocimiento óptico a través del satélite Helios y participa en la Fuerza OTAN de Alerta Temprana aerotransportada.
El Transporte Aéreo es una capacidad crucial en nuestro tiempo para atender al despliegue propio, a la proyección de las fuerzas de superficie y a su sostenimiento en las zonas de operaciones.
El Reabastecimiento en Vuelo es imprescindible como multiplicador de las capacidades propias, pues hace posible mantener aviones en vuelo en zonas de operaciones muy alejadas de sus bases.
Las fuerzas aéreas pueden realizar diversas Misiones Aéreas Especiales, desarrolladas por la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y por la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC).
Además de su empleo como fuerza militar, las fuerzas aéreas cumplen otras misiones no específicamente militares en beneficio de la sociedad, como es la vigilancia, reconocimiento, identificación, intervención y apoyo al tráfico aéreo civil, y el transporte, en sus vertientes de apoyo humanitario, operaciones de vigilancia aduanera, lucha antidroga, control de especies protegidas, apoyo al Servicio Meteorológico y a la Policía y Guardia Civil.
Otras muchas misiones completan las actividades de cooperación del Ejército del Aire, como son la cobertura del Servicio Aéreo de Rescate, apoyo a la Aviación Civil y Salvamento Marítimo, defensa del medio ambiente con la extinción de incendios, colaboración con la Sanidad, con las Universidades y el apoyo y promoción a la industria aeronáutica nacional y a las actividades espaciales, entre otras.
Para desarrollar las misiones asignadas, el Mando Aéreo de Combate (MACOM) es responsable de controlar y defender el espacio aéreo en su área de responsabilidad, rechazar toda agresión y garantizar la reacción gradual y proporcionada, planear y conducir operaciones de paz y otras operaciones y cooperar en el planeamiento y ejecución de las operaciones conjuntas y conjunto/combinadas.
[Ver Figura 1
]
Para ello, cuenta con una estructura que permite ejercer la disuasión y si es necesario emplear la Fuerza Aérea de forma resuelta, permanente y efectiva en situaciones de paz, crisis y guerra, asegurando la capacidad de reacción rápida y la proyección de fuerzas:
- El Cuartel General en Torrejón de Ardoz (Madrid), compuesto por un Estado Mayor Operativo y órganos de administración y servicios.
- Un Centro de Operaciones Aéreas, puesto de mando del Comandante en Jefe del Mando Operativo Aéreo, del que dependen operativamente diversos escuadrones de vigilancia aérea, que cuentan con radares y medios de comunicaciones para ejercer la vigilancia y conducción de los medios aéreos, y centros de mando y control en Zaragoza y en Gando (Gran Canaria). El Sistema de Defensa Aérea dispone de los enlaces necesarios para mantener permanentemente la comunicación con las Bases Aéreas y los aviones en vuelo.
- Unidades de Fuerzas Aéreas, con medios aéreos para el desarrollo de sus misiones y que, a su vez, se estructuran en:
Unidades de Combate, formadas por:
- 6 escuadrones de aviones F-18 desplegados en Torrejón de Ardoz, Zaragoza, Morón y Gando;
- 3 escuadrones de aviones F-1 en la base aérea de los Llanos (Albacete);
- 1 escuadrón de Patrulla Marítima, con aviones P-3 Orión;
- Un sistema de mando y control.
- Medios defensa antiaérea de corto alcance para autodefensa de bases e instalaciones.
Unidades de Apoyo al Combate:
- 1 escuadrón de reconocimiento aéreo táctico con aviones Phantom (RF-4C).
- 1 escuadrón de transporte y reabastecimiento en vuelo, con aviones Boeing-707 y base en Torrejón de Ardoz.
- 7 escuadrones de transporte, con aviones Hércules C-130 de transporte y reabastecimiento en vuelo desplegados en Zaragoza, con C-235, ubicados en Getafe (Madrid) y con C-212, con base en Villanubla (Valladolid) y Gando (Gran Canaria).
- 3 escuadrones de búsqueda y salvamento, con aviones Fokker F-27 y helicópteros Puma y Super Puma en las bases de Gando (Canarias), Son San Juan (Palma de Mallorca) y Cuatro Vientos (Madrid).
- 1 escuadrón de guerra electrónica con Boeing 707, Falcon 20 y C-212.
- Grupo Móvil de Control Aéreo (GRUMOCA), con medios radar y de comunicaciones, de gran flexibilidad para actuar en diferentes escenarios en apoyo de fuerzas aéreas.
- 2 unidades de fuerzas especiales: la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC), la primera para apoyo al despliegue aéreo y la segunda de operaciones especiales propiamente dichas.
Unidades aéreas auxiliares que, sin estar directamente implicadas en el combate o en el apoyo al mismo complementan y auxilian la acción de las demás. Cuentan con diversos escuadrones dedicados a la formación y entrenamiento de los pilotos del Ejército del Aire. También disponen de 1 escuadrón de apoyo a la Escuela Militar de Paracaidismo, 2 escuadrones de transporte de personalidades (aviones y helicópteros), 1 escuadrón contra incendios forestales y 1 escuadrón de servicios especializados (reentrenamiento de pilotos, remolque de blancos, etc.).
Todas estas unidades se despliegan en bases aéreas y aeródromos militares por todo el territorio nacional, que se clasifican según su capacidad en bases operativas principales, operativas de despliegue y reserva. Las instalaciones aeronáuticas de algunas de estas bases están abiertas al tráfico aéreo civil o bien están compartidas con otros entes aeronáuticos nacionales.
[Ver Figura 2]
La Fuerza Aérea con la que contará España a principios de siglo XXI ha sido planeada con mucho tiempo de anticipación y se está materializando en la actualidad por medio de los diferentes programas de adquisición y de modernización de armamento, material e infraestructuras y mediante la formación, preparación y entrenamiento de su personal.
El Ejército del Aire del próximo milenio se está configurando para contribuir a dar respuesta adecuada en el nuevo escenario geoestratégico a los diferentes riesgos y desafíos a los que España tiene que hacer frente en el campo de la seguridad y la defensa. En el futuro, cada vez es más importante que las fuerzas aéreas sean capaces de actuar integradas en las diferentes estructuras multinacionales europeas y euroatlánticas. Para ello la Fuerza Aérea española dispondrá de capacidad para operar de forma integrada tanto en la OTAN como dentro de las organizaciones de defensa europeas.
Además, dispondrá de una mayor capacidad de proyección de fuerzas, dentro de un ambiente multinacional, a aquellas áreas donde se requiera nuestra presencia para contribuir a evitar y gestionar crisis, así como para apoyar a las operaciones de paz y las decisiones del Gobierno.