Título: Libro de la Defensa Nacional de Chile - Parte III: Política de Defensa
1. CONCEPTOS Y DEFINICIONES
Al analizar la Defensa como una de
las funciones básicas del Estado, se
intenta explicar su “quehacer”. Es
decir, se la observa en tanto
conjunto de actividades que tienen
por efecto salvaguardar
determinados bienes vitales para el
país. En este capítulo se abordan
asuntos como los objetivos de la
Defensa, las características y
fuentes de la Política de Defensa
Nacional, así como el marco de
referencia en que ella se aplica.
1. LOS OBJETIVOS DE LA DEFENSA NACIONAL
En términos generales, nuestra Defensa brinda, por una parte, protección a la
población, al territorio y a los bienes y actividades que se desarrollan dentro de
las fronteras nacionales y concurre, por la otra, a apoyar la gestión de la política
exterior de Chile, fundada en la búsqueda de un orden mundial jurídicamente
normado.
Para cumplir este propósito general, la Defensa persigue los objetivos que se indican:
a) Conservar la independencia y soberanía del país.
b) Mantener la integridad del territorio nacional.
c) Concurrir a la creación de condiciones de seguridad externa fundamentales
para lograr el bien común de la nación.
d) Apoyar la proyección internacional de Chile.
e) Contribuir a la mantención y promoción de la paz y la seguridad internacionales,
de acuerdo con el interés nacional.
f) Contribuir al desarrollo nacional y cooperar al logro equilibrado y armónico
de las distintas capacidades del país.
g) En el plano del orden institucional, contribuir a la preservación de la institucionalidad
de Chile como República democrática y del Estado de Derecho.
h) Asimismo, por encarnar tradiciones y símbolos nacionales, contribuir al
resguardo de nuestra identidad histórica y cultural, sin que ello obste para
que a la vez facilite su renovación y enriquecimiento.
i) Contribuir a las actividades que el Estado realiza con el propósito de fortalecer
el compromiso ciudadano con la Defensa.
Del mismo modo, con el objeto de alcanzar los objetivos enumerados, la Defensa
cuenta con un conjunto diverso de medios, entre los que las Fuerzas Armadas
conforman el órgano esencial. Estos medios están orientados y organizados
por una política estatal que expresa la voluntad del Estado de Chile para
usarlos en la paz, mediante la disuasión o la cooperación, y en la guerra, mediante
acciones bélicas, para enfrentar interferencias externas que amenacen el
logro de nuestros objetivos nacionales.
2. CARACTERÍSTICAS DE LA POLÍTICA DE DEFENSA
NACIONAL
La Política de Defensa Nacional es el conjunto de principios y criterios con que
el Estado orienta su función de Defensa con vistas a preservar la soberanía e integridad
de nuestro territorio y contribuir al logro de los demás objetivos nacionales.
Entrega los lineamientos generales para estructurar, coordinar y armonizar
los esfuerzos del Estado orientados a enfrentar los obstáculos, riesgos y amenazas
que terceros puedan alzar contra el interés nacional.
La Política de Defensa es una política de Estado en tanto exige estar por sobre
la coyuntura política y trascender los proyectos y la acción de los sucesivos gobiernos del país. Como política estatal es una política pública y, por tanto, debe
estar sujeta a las condiciones generales de formulación, implementación y verificación
de las demás políticas públicas, incluida la del sometimiento a la observación
y opinión de los ciudadanos. Ahora bien, la Política de Defensa debe
sujetarse a ciertos resguardos en razón del carácter de algunas de sus materias
o elementos, lo que la diferencia de otras políticas públicas y explica que en todo
estado civilizado se acepte socialmente que las actividades de la Defensa
puedan protegerse en marcos jurídicos especiales. Esto justifica la especificidad
de su tratamiento y la sensibilidad de su manejo.
Como toda actividad estatal, la Política de Defensa está sujeta al dualismo de
continuidad y cambio. Este sector encarna tradiciones y símbolos nacionales, y
muchos de los factores que lo orientan son de carácter permanente o muy estables
en el tiempo; sin embargo, su permanencia en el tiempo es válida en la
medida en que ellos no varíen por la aparición de nuevos elementos a considerar
o un cambio en las condiciones que motivaron su formulación. Es decir, necesita
tener suficiente dinamismo, de manera que pueda adaptarse a los cambios
que ocurran en la situación internacional y que afecten a la seguridad de
la nación. Además, es preciso que sea concordante con el posicionamiento del
país en el sistema internacional, con los riesgos y amenazas por enfrentar, con
la realidad geográfica nacional y, también, con la tradición en materia de Defensa.
En su formulación se debe considerar la participación de todos los entes orgánicos
del Estado que tienen responsabilidades directas en la Defensa, destacándose
el papel protagónico del Ministerio de Defensa Nacional y de las Fuerzas
Armadas, como asimismo del Ministerio de Relaciones Exteriores y de las Comisiones
de Defensa de ambas Cámaras del Poder Legislativo. En la medida en
que es expresión de un concepto nacional de la Defensa, también resulta conveniente
atender la opinión de otras instituciones, estatales o privadas, que posean
un conocimiento calificado para la materia. En esta línea se inscribe lo que
se ha dado en llamar la “Comunidad de Defensa”, grupo constituido por militares
y por civiles, provenientes principalmente de centros académicos y partidos
políticos, cuyo común denominador es su conocimiento y experiencia en materias
de Defensa y que tiene por propósito fundir las vertientes de pensamiento
civil y militar en la investigación y discusión de los temas generales que dicen
relación con la Defensa Nacional.
La Política de Defensa, junto con entregar el lineamiento general para el trabajo
de las instituciones del sector, incluye los criterios y orientaciones básicas para
las previsiones que se deben adoptar con el objeto de neutralizar amenazas
externas, así como superar emergencias internas cuando lo dispongan los estados
de excepción constitucionales [19], para contribuir a atenuar los efectos de catástrofes
naturales y para apoyar la proyección de Chile en el exterior. Tales
orientaciones están dirigidas al conjunto de los organismos estatales que concurren
en la Defensa, y no a las Fuerzas Armadas en particular. Para ellas existe,
como derivación de la Política de Defensa, una Política Militar que sienta las
bases para el accionar de las instituciones armadas en tiempo de paz.
3. MARCO DE REFERENCIA
La Política de Defensa de Chile se enmarca dentro de los siguientes principios
generales:
a) El Estado de Chile no abriga propósitos agresivos contra ninguna nación
del orbe, ni tiene reivindicaciones territoriales en el ámbito vecinal.
b) El Estado de Chile tiene la voluntad de proteger a su población, defender
sus intereses nacionales, salvaguardar su independencia política, su soberanía
nacional y su integridad territorial.
c) El Estado de Chile tiene la responsabilidad de mantener una capacidad
militar suficiente para concurrir a facilitar el logro de los objetivos nacionales,
cuidando que el desarrollo de esa capacidad militar guarde proporción
con el desarrollo del resto de las capacidades del país.
d) El Estado de Chile tiene la responsabilidad de emplear todas las capacidades
nacionales, y en particular su potencial bélico, si fuese necesario, para
la Defensa del país y el resguardo de los intereses nacionales frente a
amenazas externas.
e) El Estado de Chile debe fomentar el compromiso ciudadano con la Defensa
Nacional, contemplando, entre otros objetivos, las previsiones necesarias
para la prestación del Servicio Militar Obligatorio, la satisfacción de
las necesidades de la movilización nacional y aquellas derivadas de la mantención
de las capacidades y aptitudes de las Reservas.
f) Para el Estado de Chile -así como para todos los estados en general-, su situación
geográfica relativa sigue siendo una referencia importante en la formulación
de la Política de Defensa.
g) El Estado de Chile sitúa su Política de Defensa plenamente dentro del
marco jurídico institucional vigente en el país, y reconoce y respeta los tratados
y acuerdos internacionales incorporados a dicho marco, de manera tal
que su Política de Defensa esté en posesión de la legitimidad propia de toda
política de Estado y que sea representativa del compromiso político que vincula
al Estado con los ciudadanos nacionales, por una parte, y con la comunidad
internacional, por otra.
h) Para el Estado de Chile es de particular interés y conveniencia la estrecha
vinculación y coordinación entre su Política de Defensa y su Política Exterior,
complementándose y potenciándose mutuamente, aunque actuando
la primera de respaldo a la última.
i) El Estado de Chile mantiene el compromiso de contribuir a la Defensa y
promoción de la paz internacional, de acuerdo con el interés nacional.
4. FUENTES DE LA POLÍTICA DE DEFENSA
El Libro de la Defensa Nacional de 1997 identifica como fuentes de la Política
de Defensa, principalmente, a la Política de Seguridad Nacional y a la Apreciación
Global Político-Estratégica (AGPE). Cabe precisar que la noción de “fuente”
no hay que entenderla en un sentido esencialista como principio, fundamento
u origen de una cosa, sino en su acepción de documento, obra o materiales que
sirven de información o de inspiración para una investigación o, en este caso,
una política pública. En consecuencia, la Política de Seguridad Nacional y la AGPE
cumplen un papel en esta calidad para la formulación de la Política de Defensa.
4.1. Política de Seguridad Nacional
Teóricamente, es aquella que establece, entre otros aspectos, los criterios para
armonizar las acciones por ejecutar en los ámbitos del desarrollo y de la Defensa
tendientes a eliminar o atenuar vulnerabilidades del país, de modo de alcanzar
una condición que permita asegurar la consecución de los objetivos nacionales.
En consecuencia, la Política de Seguridad debería identificar qué vulnerabilidades
serán enfrentadas mediante la Defensa, cuáles mediante el desarrollo
y cuáles coordinadamente.
Cabe subrayar, sin embargo, que el Estado de Chile no ha generado ningún conjunto
de criterios y orientaciones que, con el carácter de un marco general,
pueda ser entendido como una Política de Seguridad Nacional. Es de destacar,
asimismo, que esta circunstancia no ha obstado para que Chile haya tenido una
Política de Defensa, implícita en el pasado y crecientemente explícita a partir
de la publicación del Libro de la Defensa Nacional de 1997. Para una gestión armónica
en la perspectiva de abordar globalmente la tarea de eliminar o atenuar
las vulnerabilidades del país, pareciera suficiente una adecuada coordinación
entre la Política de Defensa, la Política Exterior, las políticas de desarrollo y las
de orden público y seguridad interior, lo cual probablemente requiera crear instancias
institucionales que actúen de vínculo entre distintos sectores públicos o
perfeccionar las existentes.
4.2. La Apreciación Global Político-Estratégica (AGPE)
La norma que oficializa la Apreciación Global Político-Estratégica (AGPE) como
pauta de análisis primario de la Defensa Nacional data de 1950, época en que el
Estado percibió la necesidad de disponer de un método que permitiera a sus autoridades
políticas relacionar la situación nacional con los escenarios mundial,
continental, regional y vecinal durante un período futuro. Para lograr lo anterior,
se adaptó una metodología de análisis utilizada tanto para visualizar posibles
escenarios de ámbito político o estratégico, así como para señalar los posibles
efectos de las decisiones de un Estado sobre los actores internacionales objeto
de tales decisiones (Ver Recuadro 8).
La AGPE constituye el elemento matriz del Sistema de Planificación Político-Estratégica,
el que incluye, entre otros documentos de planificación, el Plan de
Guerra Nacional y el Plan de Movilización Nacional.[20]
En tanto materializa el vínculo de la Política de Defensa con las metas y prioridades
de la agenda pública, la AGPE consiste en un análisis permanente, sistemático
y prospectivo de los objetivos nacionales (permanentes y actuales). Su
propósito es proponer metas que apunten a nutrir no sólo a la Política de Defensa,
sino también a las políticas de otros sectores públicos que se relacionan
con ella.
Su formato actual es producto de la introducción de sucesivas modificaciones
desde su adopción, las que han pretendido relacionar adecuadamente los objetivos
nacionales con los distintos escenarios internacionales, de modo de deducir
los riesgos y amenazas externas para el país, de acuerdo con las diferencias
que se detecten, así como también las oportunidades de cooperación con otros
países, según las coincidencias que existan.
El resultado de la AGPE es una variada gama de antecedentes y recomendaciones
destinadas a servir al Presidente de la República para mejor resolver en
cuanto a la custodia del interés nacional y constituye, por lo tanto, un pilar importante
para la conducción político-estratégica y todo el proceso de planificación
político-estratégico.
RECUADRO 8
CARACTERÍSTICAS DE LA AGPE
- Es un proceso continuo que permite entregar información útil para la toma de
decisiones del Presidente de la República
- Es un proceso multisectorial, porque en su desarrollo se requiere la participación
de representantes de otros ministerios, incluyendo delegados de las instituciones
dependientes del MDN.
- Es de carácter político-estratégico, porque analiza factores de distinta naturaleza,
y no sólo militares, y porque entrega recomendaciones que permitan al conjunto
del Estado tomar provisiones para enfrentar eventuales situaciones de conflicto,
sobre todo aquellas en que indirecta o directamente puedan verse involucradas
las Fuerzas Armadas.
- Es un proceso bajo dirección y ejecución centralizada, porque siendo un documento
de carácter político-estratégico requiere que su dirección y ejecución esté
radicada en un estamento de alto nivel, dentro de la estructura del MDN, donde
puedan interactuar en forma permanente las carteras ministeriales pertinentes y
las instituciones de la Defensa Nacional.
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[19] Sobre el papel de las Fuerzas Armadas
en el ámbito interno, véase Parte I,
Capítulo II.  [ir] [volver]
[20] En 1960, al promulgarse el DFL-181, los
llamados “Documentos Primarios de la Defensa
Nacional” en el DS Nº 37, de 1950,
pasan, por el solo mérito de la ley, a denominarse
“Documentos Primarios de la Seguridad
Nacional”.[volver]