Título: Libro de la Defensa Nacional de Chile - Parte II: Escenarios de la Defensa
4. EL DESAFIO GEOESTRATEGICO
La geografía de Chile posee
accidentes que obligan a un
cuidadoso estudio cuando se piensa
en su Defensa. La variedad de los
escenarios geográficos de nuestro
territorio impone características
geoestratégicas que deben ser
consideradas en todo el proceso que
involucra la formulación y aplicación
de la Política de Defensa Nacional.
Ellos afectan desde su
infraestructura hasta el despliegue
de paz de las Fuerzas Armadas.
1. LA PERSPECTIVA GEOESTRATÉGICA
Desde una perspectiva geoestratégica, algunos de los factores que condicionan
la Defensa son los siguientes:
1.1. En lo Terrestre
La forma de faja larga y angosta del territorio continental es uno de los factores
más importantes por considerar. Primero, porque obliga a elegir dónde concentrar
los esfuerzos defensivos, ya que no resulta posible distribuir fuerzas a lo largo
de una frontera tan extensa; segundo, porque la exigencia de dosificar medios
humanos y materiales aumenta en la medida en que las distancias entre
las regiones extremas dificulta la posibilidad de maniobras estratégicas y, tercero,
porque lo angosto del territorio situado en la plataforma continental sudamericana
se traduce en una falta de profundidad estratégica transversal que
hace difícil cualquier acción defensiva en el sentido este-oeste.
La dificultad de acceso a las zonas extremas: por una parte, el norte (regiones I
a III) abriga el desierto más árido del mundo, y la zona austral (regiones XI y
XII) se encuentra desvinculada por tierra con el área central del país.
La diferencia de terreno y clima obliga a que el entrenamiento y aclimatación
del personal y material sea diferente en las distintas regiones del país lo que dificulta
la movilización y entrenamiento de las reservas. Ello conlleva dificultades
de orden logístico, pues obliga a mantener equipos y materiales que deben
adecuarse a diferentes condiciones de clima y altura. Lo anterior supone una
gran previsión en lo referente al personal y material.
La desigual distribución de población y la baja densidad existentes en las zonas
extremas obligan a considerar el traslado de medios humanos y materiales desde
la zona central (de la V a la VIII regiones) hacia esas áreas, dificultando la
mantención y entrenamiento de las reservas.
La forma de faja y los múltiples accidentes topográficos ponen serios desafíos a
las vías de comunicaciones terrestres, afectando a los transportes operativos y
logísticos, lo que obliga a un sinnúmero de previsiones de todo orden en especial
a aquellas producto de la movilización nacional.
En virtud de los citados factores, por largo tiempo la Defensa Nacional ha debido
satisfacer la condición de tener medios en presencia, es decir, material y personal
permanentemente desplegado en las áreas más extremas del país, situación
que no podrá soslayarse en tanto no se modifiquen sustantivamente las variables
que hacen dicha condición imperativa.
1.2. En lo Marítimo
Los espacios marítimos de interés, tal como se ha expresado en el desarrollo del
espacio marítimo en el análisis del territorio y la población de Chile,[18] son indispensables
para el desarrollo y vida de nuestro país, toda vez que la mayor
parte de sus importaciones y exportaciones fluye a través de él.
Algunos de los factores que condicionan la Defensa desde la perspectiva marítima
son los siguientes:
Lo angosto del territorio nacional y la dificultad y poca flexibilidad de las vías
de comunicaciones terrestres y aéreas, obliga a que la mayor parte de los transportes
operativos, de las fuerzas militares y de sus apoyos administrativos y logísticos,
sea realizado usando las líneas de comunicaciones marítimas nacionales.
La importancia estratégica que tienen los pasos biocéanicos en la zona austral,
constituye un desafío que debe ser considerado en la evolución de toda situación
que afecte a la Seguridad Nacional, y que de alguna forma condiciona el
despliegue estratégico de las fuerzas navales.
La amplia extensión de los espacios marítimos, obliga a un gran esfuerzo naval
para resguardar la soberanía y prestar apoyo a la vida humana en el mar en misiones
de salvamento, así como el control de paso de buques que eventualmente
transporten materias tóxicas dañinas para la salud humana como para el
medio ambiente, de acuerdo a las regulaciones internacionales.
Asegurar las líneas de comunicaciones marítimas tanto de cabotaje como de ultramar
constituye un imperativo estratégico ante la eventualidad de ocurrencia
de una situación de crisis o de conflicto, ya que si ellas fueran interrumpidas,
el país tendría problemas de subsistencia en un plazo relativamente corto y el
apoyo a las zonas extremas del país correría serio riesgo.
Lo anterior impone no solamente el exigente y tradicional desafío de proteger
nuestra soberanía contra la amenaza militar proveniente desde el mar, o brindar
protección a las líneas de comunicaciones marítimas comerciales y militares,
en el eventual caso de conflicto. También debe alertarnos sobre otros desafíos,
como el efectivo resguardo de nuestra extensa Zona Económica Exclusiva,
en lo que se refiere a recursos pesqueros y minerales o la evolución del derecho
internacional marítimo. Ello conlleva que, tal como en el resto del territorio
nacional, constituye un imperativo que la Defensa Nacional ejerza su influencia
y actividad desde la paz en el territorio marítimo de interés nacional.
1.3. En lo Aeroespacial
En este ámbito, el propósito de la Defensa es influir, desde el aire, sobre los
acontecimientos en la superficie terrestre y marítima. Consecuente con las exigencias
geográficas del país, el escenario aéreo y espacial presenta singularidades
que condicionan la búsqueda de una solución para tal propósito.
Algunos factores que condicionan la Defensa desde la perspectiva aérea son:
La extensión y forma del territorio nacional imponen serias exigencias desde el
punto de vista logístico y la necesidad de contar con la infraestructura terrestre
de apoyo a las operaciones aéreas. Bajo estas condiciones, contar con un instrumento
efectivo de disuasión requiere tener medios logísticos capaces de reaccionar
en forma rápida y efectiva, lo que, a su vez, implica la construcción y
equipamiento de bases aéreas para el entrenamiento durante la paz y para las
operaciones en tiempo de guerra.
La inmensidad del espacio aéreo de control aeronáutico aconseja el uso de satélites
que permitan su vigilancia, faciliten la navegación y las comunicaciones,
y contribuyan a la meteorología. Sin embargo, Chile es todavía un país dependiente
de la tecnología satelital producida por otros países y, por lo tanto, el acceso
a ella, su comercialización o transferencia están sujetos al arbitrio de decisiones
radicadas en el extranjero. De aquí que Chile se haya propuesto alcanzar
ciertos niveles de autosuficiencia en este campo, fundamental para la Defensa.
La accidentada morfología del territorio nacional restringe el empleo de elementos
de detección situados en la superficie terrestre. Además, lo angosto de
nuestro país impone difíciles exigencias a los sistemas de alarma temprana, diseñados
para anticipar una amenaza aérea y reaccionar adecuadamente. Las limitaciones
tecnológicas frente a la geografía se vuelven aún más críticas al considerar
la velocidad de los modernos aviones de combate y las pequeñas distancias
que median entre la frontera y nuestras bases aéreas u otros puntos vitales
del país.
Las condiciones climatológicas extremas restringen el empleo del arma aérea
en algunas zonas del país.
El apoyo a las otras componentes del poder militar se define en función de los
medios disponibles, pero es claro que ella impone exigentes demandas sobre el
arma aérea ya que muchas de las operaciones que realizan el Ejército y la Armada
requieren de la protección del espacio aéreo.
2. CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS GEOESTRATÉGICO
DEL TERRITORIO NACIONAL
Centrándonos en el factor geoestratégico en su conjunto, es menester hacer presente
que el escenario geográfico es uno de los aspectos más significativos para
la conducción estratégica de las Fuerzas Armadas. La geografía condiciona, favorable
o desfavorablemente, cualquier concepción de empleo de las fuerzas.
Por otra parte, es una realidad que la magnitud y extensión de las fronteras terrestres,
marítimas y aéreas de Chile, junto con ofrecer un potencial de integración
y desarrollo, aumentan las posibilidades de conflicto puesto que, al
mantenerse una mayor relación y contactos de diversa índole, también es mayor
la posibilidad de desavenencias que pueden ser fuente de eventuales situaciones
de crisis y conflictos al enfrentarse intereses contrapuestos de los Estados.
Las características del factor geográfico, expresadas en la discontinuidad geográfica,
en las grandes distancias existentes desde el núcleo vital, el relativo despoblamiento
de las zonas extremas, y en general, las características insulares
del territorio nacional, hacen imperativo contar con medios de las Fuerzas Armadas
en forma permanente en las zonas extremas del país. Por otra parte, la
escasa flexibilidad que presenta la red vial nacional, restringida por los accidentes
geográficos, obliga a poner énfasis en el transporte marítimo y aéreo para
el mantenimiento logístico y transportes, por lo que las vías de comunicaciones
marítimas de cabotaje y de ultramar adquieren una importancia esencial
para la supervivencia del país en caso de conflicto. La construcción de importantes
obras viales paralelas a la carretera 5 norte - sur, a lo largo del país,
darán una mayor flexibilidad al transporte terrestre.
Las condiciones mencionadas, junto a las características climáticas y de relieve
de las diferentes zonas del territorio nacional, y los extensos espacios marítimos
y aéreos por vigilar y proteger, imponen ideas y formas de solución específicas,
diferentes y simultáneas en cada uno de los diferentes teatros de operaciones.
Cada uno de ellos requiere de unidades con personal y material y entrenamiento
adecuados de acuerdo a las características particulares que presenta el
escenario geográfico en cada área.
En la mayoría de los casos, las fuerzas en presencia, además del cumplimiento
de su misión militar, constituyen un valioso aporte al desarrollo nacional, en especial
en aquellas áreas insulares o poco pobladas, consideradas como zonas aisladas.
Todas estas condicionantes deben tenerse en cuenta al definir la estructura, organización,
despliegue, equipamiento, instrucción y entrenamiento de las instituciones
de las Fuerzas Armadas, de manera que puedan cumplir eficazmente
su misión fundamental.
[18] Véase Parte I, Capítulo II.  [ir] [volver]