Título: Argentina. Revisión de la Defensa 2001 - Al resguardo de nuestros Recursos Humanos

AL RESGUARDO DE NUESTROS RECURSOS HUMANOS
La Defensa Nacional depende del personal militar que cumple servicios en las Fuerzas Armadas y del personal civil que se desempeña y trabaja a la par de ellos, desde la conducción de la Defensa hasta el apoyo de mínimo nivel vinculado a tareas técnicas, administrativas y de servicios generales.
La Defensa necesita inexorablemente de un adecuado equilibrio entre su personal militar y civil, y entre sus relaciones de trabajo y de camaradería que permitan el sostenimiento y el prestigio de la actividad de la Defensa frente al resto de la sociedad.
Desde hace un tiempo la sociedad argentina, como ocurre en otras partes del planeta, se enfrenta a la sensación de incertidumbre laboral en toda la población activa, producto de la modernización y las transformaciones económicas. Pero este fenómeno no es patrimonio exclusivo del ámbito laboral privado, sino del nuevo mundo en que vivimos, y el Estado Nacional, en general, y la Defensa, en particular, no escapan de sus efectos que involucra tanto a nuestras familias como a sus expectativas futuras.
Frente a ello, el resguardo de la calidad de vida de nuestros efectivos y sus familias se erige en un factor de central importancia para la conducción de la Defensa Nacional.
La constitución de un voluntariado, producto de la eliminación del sistema de conscripción, sujeto desde un principio a restricciones presupuestarias, obliga a mejorar la capacitación profesional y a aumentar los incentivos y el prestigio social de las Fuerzas Armadas, para elevar la calidad de reclutamiento del personal.
Estos motivos hacen que la jurisdicción Defensa necesite seleccionar recursos humanos con crecientes habilidades, vocación y esfuerzo para enfrentar las exigencias de las nuevas tecnologías y las ya prolongadas restricciones presupuestarias.
Por ello es que debemos reclutar personal altamente motivado, invertir en su adiestramiento, retener al mismo, mantener su motivación, equiparlos apropiadamente y asegurar que las exigencias de toda la conducción hacia nuestro personal y sus familias sean razonables. Esto constituye nuestro principal desafío.
Al momento de hacer referencia al resguardo de la familia militar, cabe considerar la importancia de preservar, y en la medida de lo posible, incrementar la calidad de los servicios y beneficios con que cuentan, a través de nuevas iniciativas y soluciones innovadoras.
El apego a la Constitución de la Nación, su aptitud profesional, su constante tarea de asistencia en catástrofes naturales y causas humanitarias y los sobresalientes desempeños en Operaciones Internacionales de Paz, le brindan a nuestras Fuerzas Armadas un prestigio y valoración que va más allá de nuestras fronteras.
Por este motivo el Ministerio de Defensa considera que este prestigio debe ser preservado y acentuado con el fin de atraer a nuestros jóvenes a insertarse en el ámbito de la Defensa y generar corrientes de opinión que consideren razonable la progresiva mejora en los niveles presupuestarios en este sector.
Nuestros planes para las fuerzas involucran todas las etapas de la carrera profesional, desde el reclutamiento hasta el retiro e inserción de nuestros hombres y mujeres a la sociedad, a través de la formación, el adiestramiento, la educación y la capacitación.
Por ello es fundamental considerar las exigencias que plantean a todo el personal las nuevas tecnologías de aplicación y la inserción en Operaciones de Paz, Humanitarias y Multilaterales, tanto en el ámbito operativo como en las áreas administrativas y logísticas.
Sabemos que debemos hacer innumerables mejoras en todos los aspectos del ciclo de permanencia en servicio de nuestro personal y sus familias, y es nuestro deseo asegurar que cuando el personal deja de cumplir servicio en nuestras Fuerzas Armadas, ellos puedan incorporarse al mercado laboral civil con el mejor entrenamiento y calificación posible.
Por ello se está llevando a cabo una serie de proyectos que desarrollan una nueva estrategia para el desarrollo de nuestro personal durante el siglo XXI, con iniciativas relacionadas al personal activo, a la situación del personal en retiro, al sistema de pasividades, al sistema de bienestar, a la sanidad militar, a las habilidades necesarias, al perfil de cada puesto de trabajo y a la capacitación al más alto nivel universitario, de acuerdo a las posibilidades financieras del Estado Nacional.
Proyecto de Sistema Previsional
La Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas dispone que el Ministerio de Defensa debe elevar una propuesta que permita al sistema de retiros y pensiones militares funcionar por reparto y capitalización facilitándole operar con el sistema nacional y la transferencia de beneficiarios, con la salvedad de incluir una cuantificación del costo que demandará su implementación.
En ese sentido se ha elaborado una propuesta de modificación que busca lograr en el futuro una configuración de la estructura por jerarquías del personal más conveniente para nuestras Fuerzas Armadas.
Esta reforma está orientada al personal que a partir de su aprobación ingrese en nuestras instituciones militares. Por ende, no implicará un cambio en el marco legal previsto por los actuales retirados y será optativo para el personal actualmente en actividad. Esta propuesta reduce la rigidez que el sistema genera y permite que en el futuro cercano pueda llevarse a cabo una profunda transformación de las Fuerzas Armadas, flexibilizando las posibilidades futuras de reclutamiento, adecuándolas a las nuevas y cambiantes tecnologías.
La propuesta en estudio consta de dos partes:
· En un primer paso se extienden los tiempos mínimos de permanencia en algunas jerarquías, para aproximar la actual conformación de personal a una estructura de cuadros más apropiada. También, se aumenta el tiempo requerido para lograr al momento del retiro la retribución máxima (100% del salario en actividad) y se establece la inviabilidad de perdurar por más de cierto número de años en un grado determinado, una vez cumplido el tiempo mínimo para ascender.
· El segundo paso apunta a cambiar el sistema actual de pasividades por otro en el que prevalezcan los aportes capitalizados del personal militar, a los cuales se les sumará una contribución del Estado. Este nuevo régimen se aplicará obligatoriamente a quienes ingresen a las filas militares, a partir de su puesta en vigencia, siendo optativo para el actual personal en actividad.
En resumen, la propuesta para reformar el régimen previsional para las Fuerzas Armadas se basa en un sistema de solvencia intertemporal, la modificación de una estructura de personal por grado apropiada a la teóricamente esperada y la eventual aplicación de políticas salariales para el personal activo, deseables en función de sus responsabilidades.
Por lo tanto en el largo plazo se darán, para el caso de los salarios de los activos, mayores garantías financieras de mejoras no sólo en los valores absolutos sino también en la estructura, de acuerdo a los cargos que se desempeñen.
Para el personal retirado se desvinculan las retribuciones de los avatares presupuestarios, implicando por lo tanto mayor seguridad y un claro y definitivo conocimiento de los ingresos a percibir en el futuro.
En el caso de aquellos que se retiran en los grados inferiores (actualmente sin derecho a haber de retiro), la propuesta de reforma les permitiría conservar los fondos personales acumulados.
Técnicamente la propuesta se enmarca en el modelo de capitalización individual que actualmente rige a través del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones en todo el país, y cumple con el artículo 25° de la Ley de Reestructuración de las Fuerzas Armadas.
Por este motivo, el proyecto en estudio contempla transformar el Instituto de Ayuda Financiera (IAF) en una Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) que además de garantizar el sistema de reparto, capitalice los aportes de los que se iniciarán en el sistema, permitiendo la transferencia de fondos a voluntad del causante.
Programa de Sanidad
El objetivo es potenciar el sistema de salud existente en el ámbito de las Fuerzas Armadas, con vistas a identificar posibles mejoras que permitan optimizar el empleo de los recursos financieros que dispone el Gobierno Nacional para la jurisdicción Defensa, separando claramente la Sanidad Militar de la Asistencia Social.
Por ello se están evaluando distintas propuestas tendientes a optimizar el empleo de los recursos en el área del Sistema de Salud Militar, mediante la puesta en función de una red sanitaria interfuerzas, profundizando las reformas de autogestión hospitalaria y mejorando el plexo normativo dentro del cual se desenvuelven los establecimientos sanitarios de las Fuerzas Armadas.
En cuanto a las Obras Sociales de las Fuerzas Armadas, se están analizando alternativas de reorganización y regulación, a nivel nacional e internacional, que tienda hacia la calificación de su gerenciamiento, la racionalización de su estructura, el mejoramiento de la calidad de sus servicios y la eliminación de redundancias.
También es objeto de análisis, por parte del Ministerio de Defensa, el sostenimiento financiero de las Obras Sociales y las medidas que serán necesarias para asegurar la mejor complementación de las relaciones asistenciales que actualmente sostienen con la Sanidad Militar.
Cabe destacar que la Sanidad Militar, en esta concepción, comprende únicamente la asistencia sanitaria laboral y de despliegue militar de las Fuerzas Armadas, como un deber ineludible del Estado, mientras que la Asistencia Social es una responsabilidad que debe ser sostenida financieramente por cada Obra Social.
Programa de Reestructuración Educativa
Este Programa está diseñado conforme a lo establecido en la Ley 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas. El mismo profundiza el importante trabajo ya realizado por cada una de las fuerzas en materia de adecuación del Sistema Educativo Militar con el Sistema Nacional.
Se intenta ajustar la educación militar a los planes y exigencias del Sistema Educativo Nacional, en busca de un mutuo aprovechamiento de las capacidades disponibles y la mayor integración posible.
El objetivo del programa es potenciar las capacidades existentes, eliminando redundancias y centralizando la dirección y administración de los distintos institutos universitarios y escuelas de nivel superior en un Instituto Superior de Perfeccionamiento y Educación para la Defensa, organizado como una Universidad de la Defensa, dependiente de la Secretaría de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
Esto significará un mejor aprovechamiento de los espacios físicos disponibles por medio de la organización de distintos campus universitarios (de acuerdo a las necesidades de las Fuerzas) y la organización de la educación en el Sector Defensa mediante una estrecha vinculación y complementación entre la formación, la capacitación y el perfeccionamiento de nuestros recursos humanos.
Esta nueva visión permitirá a todos los cuadros, tener una correcta ponderación de sus expectativas, en cuanto al desarrollo de sus potencialidades individuales.
Asimismo la posibilidad de constituir una Universidad de la Defensa, abierta a la sociedad, facilitará aun más la integración existente entre nuestras Fuerzas Armadas y el resto de la sociedad educativa y permitirá incrementar convenios e intercambios de capacitación con otras universidades del ámbito nacional y del extranjero.