Título: Los escenarios institucionales de la Defensa Nacional en Nicaragua - 4. Los referentes en la formulación de una política de defensa
4. LOS REFERENTES EN LA FORMULACIÓN DE UNA POLÍTICA DE DEFENSA
Como en toda política de Estado, en la formulación de una política de defensa se conciben criterios elementales que deben regir dicho proceso. Al respecto retomamos los planteamientos del investigador Santiago Escobar19, quien identifica cinco principios fundamentales que deben ser considerados y que, de alguna manera, recogen los planteamientos básicos encontrado en la literatura relacionada con la defensa y la seguridad nacional:
- La elaboración de una política de defensa debe ser concebida como una política de Estado que la haga trascender la temporalidad de un gobierno. Se plantea en este sentido que es necesario explicitar su proceso de elaboración involucrando a los diversos actores del tejido social que con su participación legitiman el conjunto de compromisos que se adoptan en materia de defensa y seguridad. Así las cosas, la formulación de la política de defensa y seguridad deberá responder a los intereses y objetivos generales del país.
- La formulación de la política de defensa se hace en tiempos de paz, cuando la tranquilidad y la ponderación otorgan la posibilidad de desarrollar una visión sintética y de largo plazo.
- La política de defensa y seguridad debe ser armónica y coherente con el desarrollo global del Estado. Las tendencias al sobredimensionamiento estatal, institucional, presupuestario o militar, generan inercias difíciles de revertir y han producido experiencias en las que la pérdida de legitimidad de la función de defensa puede ser muy grave. Por lo mismo debe incluir procesos de actualización que eliminen las inercias sin inhibir las rutinas que dan cuenta de la evolución real del país, y le den un carácter realista correspondiente con las posibilidades del país y las características del entorno.
- El orden conceptual e instrumental más adecuado indica que lo primero que hay que encarar es la estructuración del sistema de defensa, para que sobre éste se elabore una política de defensa nacional. La política de defensa nacional establecerá una política militar que orientará, enmarcará y controlará el tipo de organización militar que necesita el país.
- Finalmente, se plantea que la defensa y la seguridad deben ser concebidas como parte de un conjunto coordinado de voluntad política y los escasos recursos económicos disponibles. Junto al dispositivo militar otros recursos de poder no militar deberán armonizarse en un todo coordinado y altamente eficiente. El logro de este nuevo marco involucrará a las instituciones armadas y sectores no militares del Estado, ambos vinculados, a través de formas adecuadas, con la sociedad civil. Un sistema de defensa de carácter civil podrá ser el marco de coordinación de estas instancias de elaboración de la política de defensa.
En consecuencia, desarrollar una política de defensa necesita de instancias y procesos que ubiquen los diversos niveles para la toma de decisiones y la ejecución y control pleno de esta política. Exige explicitar los objetivos a alcanzar, los marcos normativos más idóneos que reflejen el grado de aceptación y representación nacional de esa política, los sistemas de organización y relación interinstitucional para la gerencia óptima de la defensa. Entretanto las expectativas del empleo de las fuerzas armadas para la defensa de la patria suponen la construcción de los escenarios hipotéticos de amenazas que permitan a las partes o instancias de decisión ponderar adecuadamente los costos y beneficios del uso de la fuerza militar. Desarrollar el proceso descrito remarca con claridad de que aunque la defensa es inherente a las fuerzas armadas, en democracia no es exclusiva de ellas.
(19) Santiago Escobar, "La Política de Defensa como Política de Estado, ¿Cuáles fuerzas armadas?", Nueva Sociedad, No. 138, 1995.