PALABRAS DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
Como todo bien público, la Defensa debe beneficiar a todos por igual, pero
además en este ámbito sólo puede ser provista por el sector público.
Por eso, a los ciudadanos les corresponde analizar y determinar la mejor
Política de Defensa, incluyendo sus objetivos y orientaciones, así como la
manera más eficaz y eficiente de lograrla con los fondos públicos que se
asignen para tal fin. Esta segunda versión del Libro de la Defensa contribuye
a ese análisis ciudadano y hace más transparente el tratamiento de
estos temas, tanto a nivel nacional como internacional. De especial importancia,
en este sentido, es la medición estandarizada del gasto militar
en Chile y Argentina, que ambos países hicieron con la Comisión Económica
de Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL). Esta
medición estandarizada es una propuesta abierta a toda la región y a
los países en desarrollo.
Las Fuerzas Armadas son parte de Chile, un país que, con un sistema
democrático abierto y plural, se integra rápidamente al mundo y que
busca asegurar el crecimiento con equidad. Ellas han recuperado su condición
republicana, que en Chile fuera asegurada poco después de la Independencia
nacional. Y hoy, al igual que el resto del sector público, buscan
su modernización en democracia.
De esta forma, las Fuerzas Armadas participan en la historia viva del
pueblo chileno que, lejos de estar predeterminada, está marcada por
nuestras búsquedas y también por nuestros desencuentros, nuestros
aciertos y también nuestros errores. Lo nacional supone la búsqueda, en
democracia, de instituciones incluyentes de todos los chilenos. La seguridad
de lo nacional consiste en que este camino no pueda ser interrumpido
por agresiones externas.
El Ministerio de Defensa Nacional conduce este proceso, a partir de la
apreciación de la situación de seguridad regional y global, que es flexible,
y necesariamente incorpora la dinámica de las relaciones internacionales
en sus aspectos económicos, políticos y sociales. La modernización
apunta a incorporar los sistemas estratégicos del futuro, incluyendo un
sostenido desarrollo de la interoperatividad de las fuerzas terrestres, aéreas
y marítimas.
Chile no tiene objetivos agresivos, sino disuasivos. Chile y sus Fuerzas
Armadas trabajan por la paz en la región y el mundo; es una razón de
orgullo ver nuestra bandera en Operaciones de Paz de las Naciones Unidas.
Hay importantes temas aún pendientes: la modernización de la Defensa
requiere poner al día el sistema previsional de las Fuerzas Armadas y reorganizar
los sistemas de gestión superior del Ministerio de Defensa. La
integración de las mujeres a las Fuerzas Armadas asumirá una importancia
creciente. Por otra parte, hemos abierto un debate sobre las modalidades
de financiamiento anual de la Defensa.
Los avances que se recogen en este Libro de la Defensa Nacional, y las
definiciones que como país seguiremos adoptando en este ámbito, están y
estarán orientados a garantizar nuestra paz, en un mundo que queremos
más seguro para todos.
Ricardo Lagos Escobar
Presidente de la República
de Chile