Título: El regreso a los cuarteles: militares y cambio político en España (1976-1981) - Capítulo 5 - La reforma profesional de Gutiérrez Mellado (1977-1981)
CAPÍTULO 5 - LA REFORMA PROFESIONAL DE GUTIÉRREZ MELLADO (1977-1981)
Resulta común que se presente a Gutiérrez Mellado y a sus colaboradores como liberales que apoyan la transición hacia la democracia537. En lo que parece una contradicción también se afirma que éstos sorprenden a sus compañeros, los que inicialmente confían en sus credenciales de militares franquistas, para que tutelen una reforma tranquila del sistema y que más tarde se encuentran impotentes por los cambios que el país ha experimentado: se ha mostrado anteriormente el desacuerdo con este punto de vista, y la complejidad que preside las actitudes de los militares en el final del franquismo.
En este capítulo se comenta y discute las ideas que los diferentes autores han aportado sobre la reforma profesional impulsada por Gutiérrez Mellado, y se desarrolla la perspectiva que relaciona profesionalidad y neutralidad política de los militares como eje fundamental de este proceso. Enmarcada como una de las medidas que el Gobierno impulsa para la Reforma política del país, la reforma militar es una condición indispensable para el apartamiento de los militares del mundo político, pero no es suficiente para que este área de política se integre plenamente en una sociedad democrática.
También se hace referencia a las tensiones que las FFAA sufren especialmente tras las elecciones de junio de 1977. El terrorismo, y los problemas propios de la transición provocan crispación y la atención se fija especialmente en las reacciones militares que pueden poner en riesgo el proceso de transformación político. Tras el Golpe del 23 de febrero de 1981 estas incógnitas se despejan al mostrarse claramente que la mayoría de los militares apuestan por no rebelarse contra el proceso político que se ha iniciado.
Del pronunciamiento militar se derivan tres importantes conclusiones: la sociedad española ya no permite la intervención militar pretoriana tradicional, pero tampoco la intervención indirecta que los servicios de inteligencia, y las elites militares han realizado de acompañamiento de la transición; así mismo el Rey deja de asumir las funciones de "timonel del cambio", porque ya se ha definido en la Constitución las reglas del juego, y quién ha de ser el protagonista de las transformaciones.
El debate sobre la reforma militar
En este apartado se presentan y discuten, en el orden temporal con el que han sido desarrolladas, las principales aportaciones que han desarrollado lo que hoy en día se conoce sobre la reforma militar española de la transición. Gomáriz538 señala que a finales de 1975 las FFAA como institución del Estado continúan comprometidas en la escena política, presentándose el "retorno definitivo a los cuarteles", según su propia expresión, como una de las reivindicaciones más importantes de los sectores profesionales; ya que independientemente de la existencia de unas minorías activas progresistas o integristas, la mayoría de oficiales se preocupan principalmente de su estabilidad económica y política. Según sus propias palabras "la evolución de las FFAA va a condicionar el proceso político de la transición", y en ello tiene un papel importante la "reforma militar que va a modificar profundamente en el plano legal la normativa interna de las FFAA"539.
En opinión de Gomáriz pueden distinguirse dos fases referidas a los cambios institucionales internos en las FFAA y sus relaciones con el poder civil. La primera fase llega hasta las elecciones de 1977, representa los inicios de la reforma del Estado, y en ella los sectores integristas todavía se encuentran tanto en las instituciones políticas como en las militares. Este período se caracteriza por una especie de "guerra de posiciones" que se articula por el fenómeno de acción/reacción: el gobierno no toma la iniciativa, sino que espera a que los integristas actúen, para responder colocando a los militares de la reforma en las posiciones clave de la cúpula militar.540 La segunda fase se caracteriza, después de comprobarse el acceso de la izquierda al Parlamento, por lo que Gomáriz califica como "guerra de movimientos" que los integristas no consiguen hacer cuajar por una parte, y que gana el Gobierno al plantear la reforma militar que modifica profundamente en el plano legal la normativa interna de las FFAA. Autorizado por la Corona, Suárez pasa de la "guerra de posiciones" a la "operación ofensiva" con la legalización del partido comunista, rebajando el Rey la tensión entre los altos mandos a través de la intensificación de su presencia entre los militares541.
Esta reforma de las FFAA tiene para Gomáriz dos aspectos generales: el primero la necesidad de desactivar el mecanismo legal franquista por el cual las FFAA están comprometidas en la escena política, y el segundo ubicar a éstas en un Estado democrático de derecho542. La tendencia a la separación de las tareas propiamente militares del escenario político se inicia el 8 de febrero de 1977, con la institucionalización de la Junta de Jefes de Estado Mayor543, y la regulación del ejercicio de actividades políticas y sindicales por parte de los componentes de las fuerzas armadas.
El texto constitucional según Gomáriz muestra la delicadeza con que las fuerzas parlamentarias tratan los aspectos que tienen alguna relación con las FFAA. Éste señala las presiones que por parte de las fuerzas armadas se ejercen para regular temas como el de la pena de muerte en la Constitución, o la propia participación de la Institución militar en la elaboración de leyes como las Ordenanzas, que no sean obra de una comisión especial del Parlamento, sino que llegan formuladas desde el propio aparato militar544.
Después de apuntar algunas de las reformas más importantes llevadas a cabo por el Gobierno en relación a los ejércitos durante este período545, Gómariz afirma que el hueso duro de la reforma es sin duda el rejuvenecimiento de los ejércitos, ya que esto supone un golpe político contra el integrismo dentro de las FFAA. En su opinión la reforma, también hecha por técnicos militares, como la mayoría de las que se impulsan durante estos años en el área de la defensa, supone plantearse un rejuvenecimiento muy lento de los ejércitos, lo que quiere decir que: "el integrismo puede permanecer bastante tranquilo con el plan anunciado"546. A pesar de ello en opinión de Gómariz los resultados de la reforma son positivos, y el gobierno de la UCD se encuentra en 1979 en mejores condiciones que en 1976 para neutralizar la minoría integrista activa dentro de las FFAA.547
El trabajo de Pere Vilanova548 presenta aspectos particularmente interesantes; por una parte valora positivamente la transformación que el gobierno está tratando de realizar, y destaca el consenso que las fuerzas parlamentarias están manteniendo para que la reforma militar llegue a buen puerto549 y los militares acaben con su tradicional presencia política; pero también critica como se está realizando la reforma, ya que "la neutralidad política de la institución militar no queda garantizada de forma inequívoca ni por la influencia de la tecnología y la ciencia en lo militar, ni por la profesionalidad (...) es la resultante de un conjunto de factores entre los que destaca: la consolidación de la supremacía del poder civil, apoyada en un amplísimo consenso social (la consolidación del sistema institucional); la disminución del divorcio entre institución militar y sociedad civil, admitido por muchos militares incluso, o lo que es igual, eliminación al máximo de las barreras que hoy hacen de los militares un grupo social aparte; transformación en el proceso de formación técnica, humana, profesional y cívica de los militares de carrera; facilitación de los medios adecuados al desempeño de la función militar; y sobre todo, definición clara de cuál ha de ser esta función militar -el objeto de la defensa nacional hoy-, dentro de la distribución general de competencias que asume el Estado"550.
Además de esta critica sobre las supuestas bondades de la profesionalidad de Huntington, Vilanova muestra su preocupación por los efectos que el terrorismo puede tener sobre los sectores involucionistas de las FFAA, y advierte de su temor ante la posibilidad de una acción militar que no puede ser descartada.
Para Vilanova el proceso de transición a la democracia, en lo relativo a la cuestión militar ha sido marcado por "un ambicioso programa de reforma militar de largo alcance"551, cuyos efectos afirma que no se conocerán hasta que pase un tiempo, que el cifra en unos cuatro años552. Los puntos más importantes de esta reforma son: una primera fase de desarticulación profunda de la estructura militar heredada del franquismo; una segunda de creación del ministerio de defensa y de impulso de la reforma militar; y una tercera donde se toman medidas sobre el funcionamiento, la composición del mando militar: "todo ello acompañado por la promulgación de las nuevas Ordenanzas, cuya puesta en marcha ha de contribuir a la transformación de la institución militar, así como la modificación del Código de Justícia militar (...) problemas colaterales, como el rejuvenecimiento de los mandos, su promoción en base a criterios no cerrados, sino de profesionalidad, la reforma misma del sistema de formación técnica y humana del oficial, todo ello está sometido a esta dinámica de cambio, pero sin dejar de producirse, evidentemente, fuertes resistencias"553.
La política de consenso parlamentario, como voluntad de acercamiento y entendimiento entre las Instituciones democráticas y las Fuerzas Armadas, especialmente es destacada por Vilanova que recoge dos muestras de ésta: por una parte a finales de marzo de 1978 la comisión de defensa del Congreso de los Diputados, presidida por Enrique Múgica (PSOE), y formada por los vicepresidentes Jordi Pujol (PDPC) y Antonio Pérez (UCD), y los secretarios Emilio Martín Villa (UCD) y Alonso Puerta (PSOE), aprueba una resolución por la que se acuerda prestar la mayor atención a la problemática de la Defensa Nacional554; por otra el Presidente de la Comisión del Senado el 5 de abril de 1978 publica en La Vanguardia unas declaraciones, en las que afirma que "se ha creado un auténtico clima de cordialidad y entendimiento entre las Fuerzas Armadas y el Senado y luego como imagen ante el pueblo español un lazo entre las Fuerzas Armadas y Parlamento"555. Según Vilanova durante el período constituyente la política de consenso sigue de una forma prácticamente unánime entre las fuerzas parlamentarias, y no únicamente por cuestión de oportunidad, que busca no incomodar a un poder importante, que ejerce perceptiblemente su influencia en muchas ocasiones, y que el Rey tiene que frenar más de una vez, sino también por un amplio acuerdo sobre el tipo de Estado y de Instituciones que el país necesita556. El ingreso en la OTAN es una buena muestra de ese consenso: al evidenciarse claramente la división de las fuerzas políticas en torno a este tema, y valorarse que el debate político puede enfrentar seriamente al país en dos bloques se decide retrasar la integración -a pesar de que las FFAA en su conjunto son favorables a ella- .557
El tercer tema que destaca en el trabajo de Vilanova es el anuncio de la posibilidad de una intervención militar que interrumpa este proceso. En este sentido el terrorismo es una "tentativa de crear unas condiciones políticas tales que el ejército se decida a intervenir (...) es la voluntad de forzar a las FFAA para que rompan su neutralidad política y su acatamiento de la legalidad"558. En general las actitudes de los militares serán reivindicar "disciplina" y "lealtad", pero cada vez será más difícil mantener la unidad, y la ultraderecha utilizará los funerales para provocar la reacción de las FFAA559. Vilanova se muestra preocupado y prudente al mismo tiempo, y concluye su estudio con la siguiente afirmación que muestra perfectamente las dudas que la evolución de la transición plantea a un atento observador de ésta: "En suma, no parece probable (aunque sea técnicamente posible) la intervención militar fuera del ámbito que le es propio, en función de los datos hoy disponibles (y que pueden variar), y si se mantienen una serie de supuestos básicos: mantenimiento del terrorismo dentro de unas cotas no fatales (aunque el techo es, hoy, indeterminable), contención de la crisis general dentro de unos límites sociales no críticos, mantenimiento de una situación internacional razonablemente estable, desarrollo del contenido de la Constitución de forma coherente con el espíritu que presidió el período constituyente, y profundización de la reforma militar planteada como operación de largo alcance. Por lo demás, la opacidad de la institución militar, el peso de la tradición histórica, el análisis de diversos casos contemporáneos de intervención militar, etc. dejan abierta una puerta a todas las posibilidades, si se llegan a dar las condiciones requeridas"560.
Julio Busquets dirige en el año 1986 un número monográfico de REIS donde se analiza el papel de las Fuerzas Armadas en la Transición561. Uno de los trabajos que interesa remarcar por el enfoque que aporta es el de Diego López Garrido que analiza datos sobre el control de la política de defensa en el congreso de los diputados entre 1977 y 1985562. Su lectura sobre la participación de los grupos políticos en la elaboración de la política de defensa difiere un tanto de la de Vilanova, ya que en su opinión no se debe de hablar de consenso, y de "buenas relaciones" entre el Parlamento y las FFAA, ya que el grado de control parlamentario en esa época es muy débil, por no decir que sea inexistente. En su opinión a pesar de las importantísimas transformaciones que se producen en el seno de las Fuerzas Armadas, el grado de control que el Parlamento ejerce sobre todas estas cuestiones es muy inferior a la importancia de esas materias563.
En el fondo las dos opiniones no son contradictorias. El Gobierno adopta una política que se "encamina" hacia el "control civil objetivo" en el sentido de Huntington. Son los militares los que deciden su reforma, y los "profesionales" como Gutiérrez Mellado y su gabinete los que la impulsan. Los grupos parlamentarios optan por apoyar esta política, y por dejar prudentemente que sean los militares los que acomodan los ejércitos a las nuevas circunstancias. De ahí que sea correcto decir que hay apoyo y buenas relaciones, y que existe poco control parlamentario. Se utiliza expresamente el concepto "encaminarse" hacia el control objetivo, porque éste según Huntington implica autonomía militar, pero también la dirección y control político. La reforma está inspirada en este principio, pero insiste mucho más en la autonomía, mientras se dirige prudentemente hacia lo que Huntington califica como el tipo de control político ideal.
En este mismo número de REIS Rodríguez Sahagún añade un nuevo matiz al estilo como se diseña esta política. El que fuera primer ministro de defensa civil de la transición hace un comentario muy positivo de la reforma emprendida destacando que se realiza "tratando de hacer siempre las cosas desde la comprensión y el afecto a las Fuerzas Armadas como institución, pero sin renunciar tampoco en ningún momento a las facultades que le correspondían al Gobierno564. En su opinión esta reforma es "necesaria, posible y conveniente", y sus características principales son "la globalidad de su enfoque; y que cuenta, desde su inicio, con la decidida voluntad política de los Gobiernos de Adolfo Suárez de llevarla a cabo, y con el aliento y estímulo de S.M. el Rey para la modernización de las Fuerzas Armadas y el mejor cumplimiento de su misión constitucional"565.
Ya se ha comentado algún aspecto de la tesis doctoral de Fernando Rodrigo en otro capítulo. En lo que hace referencia a la transformación militar que impulsa los gobiernos de la UCD este autor aporta una interesante interpretación sobre el significado de la reforma. Según su opinión "el espíritu" de la reforma es explicado por Gutiérrez Mellado ante los miembros de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados el 10 de enero de 1978; ésta consiste en la creación del Ministerio de Defensa, y en la separación de la cadena de mando militar y de la rama político administrativa, estableciéndose -afirma Rodrigo- el equilibrio en las relaciones civiles-militares que Huntington juzga como necesario para el surgimiento de actitudes profesionales entre los miembros de las FFAA566. Ello significa la remilitarización de los militares, devolver a éstos a los cuarteles y alejarles de la vida política.567
Esta orientación profesional requiere una importante inversión económica que tranquilice y la haga creible para los militares, lo que se evidencia un año antes, el 21 de enero de 1977, al aprobarse un Real Decreto sobre dotaciones presupuestarias de la Defensa Nacional, que concede 686.948 millones de pesetas para la modernización del material de las Fuerzas Armadas.568. Este argumento lo lleva más lejos Rodrigo al señalar la importancia del decreto que iguala los sueldos de los militares a los funcionarios civiles, ya que la pérdida de poder adquisitivo durante las décadas de los años 1960 y 1970, les obliga a pluriemplearse, y es necesario darles tranquilidad en un momento político muy delicado569: "En consecuencia, las FFAA españolas a la muerte de Franco estaban mal organizadas, mal equipadas y sufrían de exceso de personal y, lo que era más importante a efectos políticos, no estaban satisfechas de la respuesta que el régimen había dado a sus propuestas de modernización. Esta situación era pues muy favorable para los dirigentes de la transición, que tenían oportunidad de asociar el cambio de régimen con un programa de reformas militares largamente deseado por la mayoría de los profesionales de los Ejércitos, que facilitaría enormemente la retirada de las Fuerzas Armadas de la vida política y su inserción en el nuevo sistema político democrático"570.
Rodrigo afirma que si bien Gutiérrez Mellado va ganando apoyo político y popular para realizar su reforma, esto no se traduce en un apoyo de sus compañeros. Acosado por los sectores militares partidarios de la intervención militar, a ellos se le une la división también de los reformistas571. Rodrigo pone en duda el éxito de la reforma, y trata a Gutiérrez Mellado como a un fracasado incapaz de consolidar la creación del Ministerio de Defensa, que a finales de 1978 no es más que una realidad legal572. Esa debilidad inicial del Ministerio se muestra, según su opinión, con que en el presupuesto de 1979 sólo se distribuye para el organismo central del ministerio un 5% del dinero programado para la defensa. Este autor critica la lentitud y la debilidad del vicepresidente del Gobierno, no teniendo en cuenta ni la visión de largo plazo, a la que Vilanova se refiere, ni la "prudencia" con la que el gobierno les pide que se muevan a los grupos políticos en cuestiones militares, como confirma Busquets recientemente en sus memorias573.
El siguiente trabajo que destaca, siguiendo el orden cronológico de publicación, es el de Felipe Agüero, que como se ha comentado, trabaja con Fernando Rodrigo mientras está en España a finales de la década de 1980, y que como también se ha visto, parte de la posición, de que en España los militares tienen escasa influencia en la formulación de los objetivos de la transición, porque el franquismo posibilita que los políticos civiles dominen la agenda de las transformaciones.574
Según el punto de vista de Felipe Agüero normalmente en los regímenes militares el ejército está al frente de las negociaciones sobre su retirada e impone medidas protectoras para sí575. En el caso español esto no sucede así, ya que los militares sólo participan como uno más de los muchos grupos o familias del régimen que Franco mantiene en equilibrio576. El ejército como institución no delibera en torno a la política, ni toma decisiones críticas, lo que hace que la marcada presencia y notoriedad militar no signifique que el franquismo sea un régimen autoritario militarizado577. Para Agüero en España los militares no participan en el núcleo de elite que toma las decisiones esenciales, y los militares no intentan obtener ventajas para sí578.
En la transición el papel de los ejércitos, en opinión de Agüero, es meramente reactivo, y de respuesta apresurada al ritmo que les marca el gobierno, con el que no estan de acuerdo; así no reaccionan con más fuerza ante la legalización del partido comunista por miedo al nombramiento de un ministro de defensa civil579, y no participan en la elaboración de la Constitución, -aunque intentan ejercer algunas presiones no tienen éxito-580. Agüero descalifica el papel del CESEDEN como creador de pensamiento militar, ya que "era más un aparato burocrático para la formación de oficiales de alta graduación y el desempeño de funciones de relaciones públicas que un influyente patrocinador de doctrinas o políticas"581, y parece llegar a la conclusión, como ya se ha comentado en otro lugar, que los ejércitos obligatoriamente deben ser contrarios a la democracia.
Agüero justifica la reforma militar por la existencia de unos militares liberales que son indispensables para que el gobierno de Suárez neutraliza la oposición que existe en las FFAA, y que a cambio de ser beneficiados con su ascenso a puestos de mando, pueden realizar la modernización militar582. Esta existencia de un grupo de liberales en la elite militar española da a los reformadores civiles una ventaja de la que se carece en Sudamérica583. En palabras de Agüero: "sólo en España supuso el carácter de estas divisiones una oportunidad para la colaboración de líderes civiles y militares en pro de la democratización y la modernización y reforma del ejército"584.
La biografía de Gutiérrez Mellado elaborada por Puell de la Villa muestra tres aspectos particularmente interesantes. Por una parte la justificación de la elección de un militar para encargarse de la reorganización de los temas de la defensa; por otra el desarrollo de los componentes, y del estilo de trabajo del equipo de Gutiérrez Mellado; y finalmente la explicación de la reforma desde el punto de vista gubernamental. Para tratar estos temas, a parte de su experiencia personal como antiguo colaborador del vicepresidente militar, Puell de la Villa recurre a entrevistas personales, y a la consulta de un fondo documental que se encuentra en el Ministerio de Defensa.585
En opinión de Puell de la Villa puede calificarse al general Gutiérrez Mellado como "el último espadón" de la historia de España586, ya que Suárez piensa de que cualquier proyecto de reforma política resulta viable si cuenta con la comprensión y conformidad del mundo militar; y por el contrario se dificulta mucho sin este importante apoyo. En palabras de Puell de la Villa: "para cubrir ese flanco, necesitaba contar, a semejanza de sus colegas decimonónicos, con el apoyo y colaboración de un espadón, un teniente general con prestigio entre sus compañeros, capaz de transmitirles los siguientes mensajes: que la reforma era necesaria para la estabilidad de la Monarquía, que el pueblo español la deseaba, que era posible llevarla a cabo sin vulnerar la legislación vigente, y que su consecución no provocaría fisuras entre los españoles, ni el Gobierno permitiría alteraciones del orden"587.
Según Fernando Puell el nombramiento de Gutiérrez Mellado tiene una doble significado. Por una parte su presencia en el Gobierno quiere decirle a la sociedad que la transición va a ser pacífica y que se conduce a través de la reforma, recordando con la presencia del teniente general que el ejército está alerta y vigilante, y que no permitirá que la transición se vaya de las manos. Por otra parte hay implícito también un mensaje a los ejércitos, a los que tiene que convencer tanto de la bondad de la reforma, como de la necesidad de una amplia modernización588. Su elección como "espadón" es acertada, a pesar de que moleste a algunos que se creen capacitados para asumir esa responsabilidad, porque aunque un año después, Gutiérrez Mellado, sea la bestia negra de amplios sectores de los ejércitos, sin embargo en otoño de 1976: "era muy probablemente, el general con mayor prestigio profesional en el Ejército; querido por todos, absolutamente por todos los jefes y oficiales que, en sus diversos destinos, habían trabajado con él; admirado por los muchos más que le conocían de referencia, y respetado por el resto de sus compañeros de armas"589.
Uno de los errores que el biógrafo atribuye al general es que se equivoca sobre la ideología y mentalidad de la oficialidad590. La creencia de Gutiérrez Mellado es que los militares jóvenes son reformistas y desean fervientemente la modernización militar en el sentido de las democracias occidentales, estando únicamente las viejas generaciones ancladas al pasado. Por esta razón, parece deducirse del argumento de Puell, que la estrategia del general relaciona la reforma política del país, con la modernización militar profesional, utilizando la segunda como un cebo que conduce a los militares durante toda la transformación política. Así la mayoría de jóvenes que ansían modernizarse, por las frustraciones y por las influencias que anteriormente se han analizado, desean también la reforma política del país.
Puell de la Villa se precipita al sugerir este error de cálculo, ya que es perfectamente posible que efectivamente esta sea la situación. El que Gutiérrez Mellado tenga una imagen tan negativa entre el conjunto de la oficialidad al final de transición, y el que sea objeto de críticas por parte de sus compañeros no tiene nada que ver con las expectivas iniciales de los militares. Los problemas políticos de la transición, el terrorismo que se centra con especial dureza en los militares, y las campañas de la extrema derecha desgastan al gobierno generando inquietud, y desconcierto, y se encuentran en la base de este cambio en la percepción. A pesar de ello no es lo suficientemente importante como para minar la obediencia y la disciplina de la mayoría de éstos que acompañan la transición591.
La descripción del gabinete es otro de los aspectos valiosos que aporta Puell de la Villa. Gutiérrez Mellado se rodea de un pequeño equipo de colaboradores, caracterizados por su juventud, a los que ha ido conociendo en distintas circunstancias -especialmente en el Alto Estado Mayor, y en el comité militar que negocia bajo su dirección con los Estados Unidos entre 1974 y 1975-592. La edad media de éstos ronda los cuarenta años, todos son diplomados de Estado Mayor, con conocimientos en varios idiomas, y han tenido relación con ejércitos extranjeros593. El gabinete lo dirige el capitán de navio Luis Torres Caplane -después que el general de aviación Emílio García-Conde rechace el puesto-; y está compuesto por los comandantes de artillería Angel de Lossada, y Gonzalo González Gullón, el de infantería Agustín Muñoz-Grandes, que dimite tras la legalización del Partido Comunista, y posteriormente el teniente coronel de ingenieros Miguel Iñiguez del Moral, y el comandante del ejército del aire Carlos Alonso del Río, que sustituye al también aviador Carlos Gómez Coll.
El trabajo se organiza, según Puell de la Villa, de acuerdo a un típico Estado Mayor, marcando objetivos conjuntos, y realizando un verdadero trabajo de equipo: "los numerosos y variopintos asuntos que hubieron de analizarse y resolverse, se discutieron alrededor de una gran mesa de reuniones, en maratonianas sesiones de tarde que se prolongaban hasta bien entrada la noche. Gutiérrez Mellado presidía las reuniones de forma discreta, casi tratando de pasar desapercibido, abierto a las ideas e iniciativas de los miembros de su gabinete"594.
La explicación de la reforma desde el punto de vista de Gutiérrez Mellado es el tercer aspecto que se destaca de esta parte del estudio595. Según Puell, Gutiérrez Mellado afirma que inicialmente no existe una idea clara en cuanto a los alcances y objetivos de la reforma militar, y que éste lo único que tiene claro es que hay que actualizar a las FFAA y hacerlas más eficaces. Sin embargo esta falta de previsión es cuestionable ya que los meses de otoño de 1976 se dedican a marcar objetivos y establecer el calendario de la reforma, y a finales de diciembre se crea una "Comisión del Gobierno para Asuntos militares"596, que es la que en su primera reunión del 4 de enero de 1977 definie las líneas maestras y fija los objetivos básicos de actuación597.
Según Puell a pesar de que el general considere exagerado hablar de "reforma", lo cierto es que el mero hecho de plasmar en un papel un programa, apenas transcurridos cien días de su llegada al Gobierno, es ya una clara prueba tanto de la intencionalidad, como de la propia autoría de la refoma: "lo fundamental de su programa fue la creación del Ministerio de Defensa, pero lo más entrañable para él era la institucionalización del Día de las Fuerzas Armadas, ligada al Homenaje a la Bandera; la aprobación de la ley de Reales Ordenanzas; la puesta en marcha del Instituto Social de las Fuerzas Armadas; la constitución del Grupo Aeronaval de la Flota y la concesión del empleo de almirante de la Armada a don Juan de Borbón"598. En opinión de Puell de la Villa se decide reorganizar los Ministerios militares, de forma que sus titulares cedan el mando sobre las unidades a los jefes de Estado Mayor, utilizando para convencer a éstos el argumento de que en un futuro no muy lejano los ministros militares deben ser civiles, y creando la figura de la Junta de Jefes de Estado Mayor, cuyo Presidente es la cabeza visible de los ejércitos. Esta modificación pretende establecer en el terrero organizativo una clara diferenciación entre la rama político-administrativa y la de mando militar, dejándose el camino libre para que en el momento que sea conveniente se cree el Ministerio de Defensa599.
Según Puell de la Villa el modo de proceder del ministro, que para todo cuenta con sus compañeros de milicia, y sigue los pasos reglamentarios, muestra lo errados que estan aquellos que aceptan el rumor de que los planes de reforma son obra de una camarilla de leales colaboradores, y que no carecen del respaldo de la jerarquía militar, ya que "en el proceso de elaboración la corporación castrense desempeñó un papel que excedía con mucho sus propias competencias (...) La prueba más palpable de ello era el acusado talante corporativo de la norma: todos y cada uno de los altos cargos del Ministerio debían ser desempeñados, precisamente, por militares profesionales, fijando incluso sus empleos y situación"600. Otras muestras de la utilización de las estructuras existentes en las FFAA para elaborar las tareas de la reforma son por ejemplo: 1.la equiparación de los sueldos de los funcionarios civiles y militares, que se encarga a una comisión interministerial de retribuciones del Alto Estado Mayor; 2. El rejuvenecimiento del personal; 3. La creación del Instituto Social de las Fuerzas Armadas, que provoca una larga discusión entre el Alto Estado Mayor y los médicos militares; y 4. La aprobación de las Reales Ordenanzas, para la que también se crea una comisión de militares que son los que elaboran y llevan un proyecto al Congreso de los Diputados cuatro meses después.601
Otro de los autores que analiza este período es Javier Fernández López en "El Rey y otros militares". Su relación personal con Sabino Fernández Campo, y las grabaciones de los tenientes generales Vega y Sáez de Tejada que se conservan en la Fundación Ortega y Gasset son utilizadas para caracterizar la gestión de Gutiérrez Mellado. El tono que preside el discurso en relación a la reforma del Gobierno es negativo, buscando siempre resaltar los errores en los que la administración centrista incurrie. Este autor -que se cataloga como un militar demócrata-, destaca en su estudio los problemas que el vicepresidente tiene con la Institución, utilizando para ello la opinión, más o menos interesada, de una serie de militares que a su manera colaboran con la transición. Según éstos Gutiérrez Mellado es el causante de que se enturbie el ambiente entre los militares por su falta de práctica en el mando, y por falta de mano izquierda.602 A pesar de ello afirma que conforme se va produciendo la transición se produce un cambio muy significativo, ya que se desarrolla la profesionalidad, cambiándose la percepción del enemigo que pasa de estar en el interior, para estarlo en el exterior, lo que a pesar de ser un proceso lento, permite que el camino no tenga vuelta atrás603.
Fernández López604 defiende la idea de que las FFAA españolas desempeñan un papel muy importante en el cambio de régimen: "en ningún caso comparto la teoría de que las Fuerzas Armadas en el instante de fallecer el general Franco sean mayoritariamente involucionistas". Aparte parece afirmar este autor que conjuntamente con otros factores desestabilizadores, otro de los principales problemas del país que genera crispación innecesaria, y que finalmente conduce a que algunos militares promuevan el golpe de Estado es la actitud del gobierno con los militares. Ya que el vicepresidente del gobierno es de trato imposible, y no sabe encontrar equilibrio entre las diferentes medidas que toma605: "Gutiérrez Mellado no tenía dotes de mando. Era un militar atípico, muy bien preparado, muy de despacho, pero no tenía experiencia de mando. El mando hay que ejercerlo y sólo con los años se adquiere soltura en el mismo (...) [según Vega] el principal problema de Gutiérrez Mellado es que no sabe mandar y por eso sus arengas, sus voces destempladas, su insensatez al reunirse con mil mandos en una sala para hablar de la Constitución le han llevado de disgusto en disgusto. Otros generales que también le conocían bien opinan de forma similar"606. Fernández une las figuras y la imagen de Suárez y Gutiérrez Mellado en su relación con el ejército, y afirma que los que son demócratas los ven con simpatía a ambos, aunque no puedan justificar sus errores607, y los que tienen simpatías franquistas, después de la legalización del Partido Comunista les ven como el enemigo a combatir608.
En buena lógica con el monarquismo que preside su argumentación, su opinión es que la figura del Rey es la que conduce a que muchos militares se identifiquen con la democracia609, ya que, como se ha afirmado, parece querer decir que el gobierno lo único que hace es viciar el ambiente610. Relacionado con este aspecto es interesante el resumen y la reflexión que desde la perspectiva jurídica realiza sobre la posición que la Constitución determina para el Rey y las FFAA, y que le impulsa a caracterizarse con la posición mayoritaria de los juristas que tratan sobre este tema: "la doctrina mayoritaria en el estudio de este mando constitucional del Rey sobre las FAS concluye que no se trata de un mando efectivo, técnico, militar, sino de un mando de carácter político, simbólico, debiendo ser considerada esta función regia como el resto, precisada de refrendo y correspondiendo la responsabilidad del acto al refrendante y la decisión al órgano del Estado que así determine la Constitución, en este caso el Gobierno. Una parte de la doctrina, muy minoritaria, hace otra interpretación pretendiendo atribuir al Rey cierta posibilidad de mando efectivo"611. Éste punto es importante en su trabajo por la importancia que atribuye a la corona en la función de liderazgo de la Institución militar.
Otro de los aspectos interesantes del trabajo de Fernández López es su afirmación de que las Ordenanzas militares son claramente anticonstitucionales. Ésta ley de la que, como señala, Gutiérrez Mellado se muestra especialmente orgulloso, y que es muy importante en el proceso de cambio mental de los militares es un nuevo error del Gobierno: tanto la concepción, como la elaboración, como el rango jerárquico y contenido de las Reales Ordenanzas, a pesar de que son un avance, no pueden considerarse un acierto, y es aconsejable, en su opinión, una revisión en profundidad de éstas612.
Este autor a medio camino entre militar y jurista simplifica "el deber ser", y abusa en exceso de la "experiencia personal". No explica la complejidad del proceso de transición, ni contextualiza adecuadamente las situaciones, destacando únicamente lo que le parece convenir a su argumentación. El ordenamiento del texto es confuso, y se encamina a explicar el golpe de Estado, y a defender la positiva actuación del Rey613, sin profundizar como hubiera podido hacer tanto en el analisis de la reforma militar, como en el papel de los militares en el cambio de régimen político, de lo que únicamente aventura una serie de hipótesis, con las que a pesar de que se puede coincidir en algunas de ellas, no demuestra convenientemente614.
De las memorias de Julio Busquets en relación a este período, destaca sobre todo lo relativo a la dinámica entre las FFAA, el Parlamento, y los grupos políticos. Su doble condición de militar retirado y diputado del PSOE le lleva a conocer desde el Parlamento todo lo que tiene que ver con la reforma militar.615 La intención de la legislación militar durante la transición pretende, según Busquets, resolver los problemas heredados de la dictadura: la profesionalidad y el apartamiento de las tareas políticas, judiciales y policiales por una parte; y la modernización de la administración militar con la creación del ministerio de Defensa por otra616. En su opinión, que difiere de la de López Garrido, los parlamentarios tuvieron gran responsabilidad, destacando sobre todo los grupos socialistas por su gran actividad617. A pesar de ello la labor del legislativo en la política de defensa durante estos años es modesta y la comisión actua poco: "después de casi cuarenta años de dictadura, había gran cantidad de problemas que resolver y había que hacerlo de forma eficaz y rápida, pero en una transición en la que los militares van asumiendo lentamente la democracia no conviene inquietarlos con debates que se pueden evitar y que al ser divulgados por la prensa puedan dar lugar a crispaciones en los cuarteles dado que los militares son excesivamente suspicaces ante la crítica y la letra impresa"618.
Para evitar los problemas según Busquets se utilizan tres recursos: utilizar el decreto del Gobierno siempre que sea posible, desviar a otras comisiones temas de Defensa para que pasen desapercibidas (Presupuestos, Hacienda, Interior, Justicia y Relaciones Internacionales)619, y finalmente publicar muchas preguntas sobre temas militares en el Boletín Oficial con títulos intencionalmente crípticos620. Esta prudente forma de actuar evita problemas, pero al mismo tiempo devalua la Comisión de Defensa, lo que produce desencanto en algunos sectores democráticos621. La teoría de la autonomía militar, en opinión de Busquets, quiere acentuar la independencia de las FFAA del gobierno, organizándose bajo la dirección suprema del Rey, lo que obliga a que se tenga que actuar durante todo el proceso de reforma "con paciencia y prudencia, modificando lentamente la estructura de la cúpula militar mediante un excesivo número de decretos y leyes sucesivas"622. Esta prudencia hace que en diferentes ocasiones Gutiérrez Mellado pida a los otros grupos políticos que rebajen sus pretensiones, y que incluso se trate de impedir que algunos proyectos se desarrollen623; y también tiene como resultado que partidos como el PSOE adopten en muchas ocasiones un tono moderado en sus propuestas de enmiendas, o en sus críticas al gobierno.624
A pesar de la prudencia el objetivo es consolidar la democracia, y hacerla irreversible; para ello, según Busquets se toman distintas medidas relacionadas con los aspectos simbólicos, éticos y jurídicos, lo que es significativamente importante para los militares, ya que éstos prestan mucha atención a los símbolos externos. En esta línea se hacen cuatro leyes que afectan a la jura de bandera, al escudo, a las Ordenanzas militares, y al Código de Justicia Militar. La nueva fórmula de jura de bandera incluye el acatamiento a la Constitución, y el cambio del escudo, que es iniciativa de Luis Solana, sirve para que con el reemplazo de la bandera en las unidades muchos mandos militares vean que la situación ha cambiado definitivamente. Las nuevas Ordenanzas, que son elaboradas, como ya se ha comentado, por una comisión de militares625, y que eliminan el concepto de obediencia debida a raíz de las enmiendas del grupo socialista, y la Reforma del Código de Justicia militar son también reformas muy importantes.
El tratamiento dado a los temas militares en la Constitución española es acertado en opinión de Busquets, y se deriva del esfuerzo colectivo de los diferentes actores. Existe presión de los militares sobre los constituyentes que se centra en tres temas concretos: los Tribunales de Honor, la objección de conciencia y la pena de muerte; con el resultado que el parlamento cede ante la primera presión, llega a una transacción en el segundo de los temas, y se niega a las pretensiones militares en relación a la pena de muerte626. Los grupos parlamentarios quieren suprimir los tribunales de honor, ya que es un instrumento anticuado y sin garantías para los militares que se someten a su disciplina, pero finalmente se prohiben en todos los ámbitos de la administración civil, sin hacer referencia a la militar, con lo que "se estaba diciendo in senso contrario, que allí estaban autorizados"627. El tema de la objección de conciencia incomoda a los militares, y Gutiérrez Mellado pide una redacción discreta que no lo considere un derecho fundamental que figure en el título primero de la Constitución, retirándose finalmente hasta el artículo 30 que lo asocia al servicio militar628. El de la abolición de la pena de muerte acarrea una tensión importante, en el que Gutiérrez Mellado y la UCD se baten decididamente por miedo a las reacciones militares. Finalmente después de que el Congreso las acepte, en el Senado se prescinde de las presiones y se aprueba la redacción actual que sólo permite la pena de muerte en caso de guerra: "y en contra de lo que nos decía el gobierno de la UCD, la abolición de la pena de muerte no provocó ninguna crispación entre los militares y no pasó absolutamente nada"629
En el debe de las reformas impulsadas durante este período Busquets señala a la Ley de Criterios básicos de la Defensa de julio de 1980. Su disconformidad parte de la idea de que "el gobierno remitió al Congreso un proyecto de ley, que era prácticamente igual a otro muy anterior que había sido presentado a las Cortes de Franco630 y aún cuando allí no se aproba, no deja de ser chocante presentar el mismo proyecto de ley a las Cortes franquistas y a las democráticas"631. Esta ley finalmente tiene que esperar a ser modificada totalmente hasta la Ley Orgánica 1/84 de 1 de julio de 1984 que en opinión de Busquets establece finalmente la debida subordinación de los mandos militares al gobierno acabando con el autonomismo; y que permite crear un organigrama coherente que facilita una eficaz gestión del Ministerio de Defensa, lo que "puso fin en lo jurídico-formal a la transición, al subordinar claramente el poder militar al poder político y acabar con la confusión generada por la anterior existencia de dos líneas de mando del Ministerio de Defensa, la militar (de la JUJEM) y la político-administrativa (dependiente del ministro)".632
Narcís Serra publica un artículo titulado "La reestructuración de las Fuerzas Militares españolas 1976-1989"633 en el que hace una serie de reflexiones que interesan en este estudio. Según su punto de vista ya sea por activa, como en el caso de Portugal, o por pasiva aceptando y apoyando el proceso, como en España, los militares son obligatoriamente protagonistas de los procesos políticos de transición634. Es necesario que los militares acepten el proceso democrático para que éste pueda triunfar. En el caso español el diálogo entre Suárez y los mandos es siempre muy difícil, y está basado en la desconfianza mutua, y condicionado; por lo que el poder civil no ejerce el mando de las Fuerzas Armadas en el sentido real635.
Gutiérrez Mellado plantea su actuación como ministro desde la óptica del militar demócrata, demostrando a sus compañeros que las cosas deben ir unidas. Teniendo en cuenta las dificultades del período las reformas son numerosas, y destacan por su énfasis en la eficacia de las FFAA y la necesidad de su acción conjunta., pero al conceder el mando máximo colegiado de la cadena militar a la JUJEM, con la única instancia superior del Rey, se consolida los deseos de los militares que pretenden constituir un poder autónomo vinculando al Estado a través del Rey, y no del Gobierno, y ello se convierte en un problema que dificulta las tareas del ministro y el avance de las reformas durante este período636. A juicio de Serra se esbozan líneas de trabajo importantes y valientes entre las que destacan: la decisión de crear un verdadero Ministerio de Defensa; la limitación o eliminación de factores de poder militar sobre la sociedad civil como los Tribunales de Orden Público, o los cargos en la administración civil; la creación de la acción conjunta de los ejércitos; la programación y prioridad de la inversión en material y armamento como condición para aprovechar las posibilidades de la ley de dotaciones; y la indicación de la apertura a los Ejércitos de los países democráticos europeos637.
Resumiendo su punto de vista señala que en este período: "prima la gestión de los problemas derivados de la transición política sobre las posibilidades de una reforma en profundidad de las FFAA (...) deja al siguiente la herencia de una situación en la que el ministro debe dedicar la mayor parte de su tiempo y energías al control de los Ejércitos y de la situación (...) aparecen progresivamente procesos de involución y manifestaciones externas de indisciplina, en parte por la protección ideológica de los mandos, por la tolerancia corporativa y por querer demostrar autonomía respecto del poder ejecutivo contra el que se dirigían estos hechos; pero también por la debilidad progresiva del gobierno"638.
Un punto de vista totalmente diferente plantea Platón, que defiende además con mucha rotundidad su argumento, afirmando que la imprecisión ha sido la tónica de muchos de los análisis efectuados hasta el momento639. En su opinión los ejércitos no son un obstáculo para la libre actuación de los gobiernos durante la transición, y no tiene sentido hablar de presiones del mando militar sobre el ejecutivo; así esta voluntad de no intervenir no es un objetivo que se plantea expresamente Gutiérrez Mellado, sino que es una práctica y una convicción del mando militar640. Según Platón para comprender la actitud de las FFAA españolas durante este período hay que partir de tres premisas: la primera es la complejidad del proceso transicional, que hace que los ejércitos no se libren de la confusión que existe en toda la sociedad; la segunda el mutuo desconocimiento entre los profesionales de las FFAA y el mundo de la política, lo que lleva a que la mayoría de los nuevos dirigentes políticos sólo tengan un conocimiento superficial del mundo militar; y finalmente el proceso de común evolución que lleva a que la sociedad española de 1939, no tenga nada que ver con la de 1975, incluyendo a los militares y a los ejércitos en esta transformación, y afirmando que "las FFAA de mediados de los años setenta eran, por su composición y mentalidad, diferentes de las que habían ganado la guerra civil"641.
Es interesante la referencia que Platón hace sobre la aceptación por parte de los militares de la vicepresidencia primera del gobierno, que concede, en principio, prioridad a este militar sobre el resto del gabinete, exceptuando al Presidente, y cuyo mensaje político es que las FFAA constituyen el pilar más importante del régimen. Esta decisión en su opinión es tomada unilateralmente por los políticos, y no existe ninguna toma de posición por parte de las Fuerzas Armadas; la consecuencia para los ejércitos es que se ven situados en primera línea de la política, y que se ven comprometidas de una forma institucional en el proceso de la reforma política del país. A pesar de ello Platón señala que no existe contradicción con lo que anteriormente afirma, ya que no hay presión alguna, ni siquiera petición de las FFAA para tener ese protagonismo, y que ello tiene como efecto político favorecer el proceso de transición642. En su opinión que Adolfo Suárez confirme a los cuatro ministros militares del Gobierno de Arias, como miembros de su gabinete, es una muestra más de que los mandos de las Fuerzas Armadas se encuentran al margen de las rivalidades políticas643.
El tratamiento cambia sin embargo cuando se refiere a Gutiérrez Mellado, del que afirma que se convierte, probablemente sin desearlo, en un político al acceder a la vicepresidencia644. A pesar del tratamiento descriptivo que realiza, que sugiere una neutralidad prudente645, Platón se detiene especialmente en señalar los factores que crean inestabilidad, y problemas en las Fuerzas Armadas durante la transición, situando el origen de éstos la gestión del vicepresidente del Gobierno. Las crisis de las FFAA ante la legalización del PCE, y otras manifestaciones que detalla, no son consideradas presiones militares por el autor, que afirma por el contrario, que no sólo los militares no quieren participar del poder, sino que acogen con satisfacción las normas de 1977 que prohiben la actividad política de los militares646, y ven como normal el perder los ministros militares en el gabinete tras la unificación de éstos en el Ministerio de Defensa647. Los militares estan en otras actividades de tipo profesional, y respaldan los valores que se esconden tras informes como el que Gutiérrez Mellado difunde el año 1977: "conseguir unas Fuerzas Armadas firmes, solidarias, modernas, operativas, unidas, adecuadas siempre a las posibilidades económicas y sociopolíticas nacionales, fuertes en cohesión y disciplina, capaces de constituir un eficaz instrumento de nuestra política exterior y decisivo factor de disuasión contra todo lo que pueda atentar a la seguridad, unidad e independencia de la Patria y el orden institucional establecido según las leyes vigentes"648.
Esta neutralidad sobre el tratamiento de la figura y la política de Gutiérrez Mellado es justificada por el propio Platón que reconoce que veinte años después la figura del general todavía resulta controvertida en el mundo castrense. No consigue un consenso entre sus colaboradores para valorar la figura. Aquellos que fueron parte de su equipo respaldan su actuación, otros piensan que su actuación tuvo más sombras que luces, y un tercer grupo afirma que a pesar de los errores, el balance es positivo, dada la extrema dificultad de las circunstancias en las que tuvo que actuar como vicepresidente649. De hecho esta es la posición del propio autor que afirma que no se ha destacado suficientemente la dificultad y trascendencia de dos responsabilidades que le correspondieron a Gutiérrez Mellado: transmitir el espíritu de la transición a las FFAA, e iniciar la estructura y funcionamiento del Ministerio de Defensa: "Responder con suficiente éxito a cualquiera de las dos responsabilidades citadas bastaría para acreditar la categoría personal de un profesional militar. Lograrlo en las dos simultáneamente tiene un mérito excepcional. Los errores que pudo cometer y las situaciones incómodas, o incluso violentas, que pudo originar se justifican, o por lo menos se disculpan, por las dificultades inherentes a ambos cometidos. Con el paso del tiempo la opinión general se ha ido decantando hacia el reconocimiento de su hombría de bien y su patriotismo. En 1994 y a consecuencia de una propuesta del Consejo Superior del Ejército, el Consejo de Ministros le concedió, a propuesta del Ministro de Defensa, el ascenso honorífico al empleo de Capitán General del Ejército"650
Profesionalidad y neutralidad política de los militares
Motivaciones, significado y características de la reforma
Existen dos preocupaciones que coinciden en el momento de afrontar la reforma militar en España: una es la necesidad de modernizar las FFAA, y otra la de transformar un modelo de ejército en orden a respetar los cambios políticos que la sociedad está experimentando651. Una buena parte de los militares son defensores de la idea que la relación del Estado con las FFAA ya desde el franquismo responde a un modelo de "control objetivo", y sostienen que los ejércitos no cambian con la sociedad, porque su esencia fundamentalmente es la misma; según esta visión durante el franquismo los ejércitos son autónomos, obedientes al poder del Estado y neutrales políticamente hablando. Estas percepciones son las que hacen fácilmente entendible para la mayoría de los militares el reclamo hacia la profesionalidad y la neutralidad que los altos mandos militares demandan durante la transición hacia el interior de las FFAA, y orientaran la reforma que desde una perspectiva profesional impulsa el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado.
A pesar de esta convicción lo cierto es que la Institución militar es uno de los apoyos políticos fundamentales del franquismo, y que durante la transición, como afirma Puell de la Villa, se tiene que recurrir a un "espadón" que asegure a la Institución que la transformación política se va a producir dentro de la legalidad, y sin mayores problemas de orden interno para la sociedad. La idea de Gutiérrez Mellado y de sus colaboradores responde fundamentalmente a la primera de las preocupaciones apuntadas: éstos quieren modernizar las FFAA, y la relación con el Estado no debe plantear ninguna preocupación puesto que los ejércitos se han configurado según las características previamente descritas, y no tienen que tener, salvo excepciones, ningún problema en seguir comportándose de esta forma652.
Este planteamiento inicial impulsa un modelo de política militar determinado por los propios militares, y condiciona la actuación de las diferentes fuerzas políticas, que tienen que mostrar su "paciencia", y que tratan con extrema delicadeza los asuntos relacionados con la reforma militar apoyando las medidas que el Gobierno impulsa, interviniendo casi únicamente para recalcar la subordinación de las FFAA a la Constitución. Estas acciones contribuyen a que se consolide el definitivo regreso de los militares a los cuarteles, y si bien no es todavía suficiente para poder considerar a la defensa una política pública impulsada, decidida, e implantada en igualdad a otras del Estado, los ejércitos finalmente se encaminan en la dirección hacia la que la sociedad quiere que vayan: el proceso se vuelve irreversible.
La transición no tiene una agenda definida y se va resolviendo según se plantean los problemas, no siendo el tema militar una excepción a la regla: "la transición no se decidió, ocurrió"653. En este sentido Pere Vilanova, como se ha visto, señala que tal y como se vaya produciendo la evolución de las FFAA, esto condiciona el proceso político, ya que durante buena parte de ésta se vive con la posibilidad de una intervención militar que interrumpa el proceso654. En los ejércitos el sentimiento de inevitabilidad del cambio está generalizado655, y la mayoría es reformista656, estando contentos con el aumento de los sueldos, con la modernización de las unidades, y con las medidas que impulsa el Gobierno657, no obstante se les manipula en contra de esas reformas, y el terrorismo y las campañas de la ultra derecha logran su efecto; todos estos factores han de ser comprendidos para entender la complejidad tanto del proceso como de las actitudes de los militares658.
El programa de reforma militar es un ambicioso programa de largo alcance que pretende actualizar, y hacer más eficaces a las FFAA. Para el general del Ejército del Aire Fernández Sequeiros la reforma tiene dos planos: uno institucional que se concreta con la ley orgánica de 1980, y que se revisa en 1984 -al dejarse claro de quién dependen los militares-; y otro personal que se completa en 1989 con las leyes del régimen del personal militar659. El ritmo de implantación es relativamente lento, el que se considera como posible, ya que bien o no hay tiempo de hacerlo más deprisa660, o bien hay que dejar que se asimilen las primeras reformas imprescindibles para adaptarse a la democracia, para después ir a las que tienen que ver con las estructuras que afectan a las FFAA661.
Narcís Serra apoya la idea de la "profesionalidad" como motivación de esta reforma, ya que ésta se impulsa desde la óptica de un militar demócrata, que defiende un modelo claro de lo que deben de ser las FFAA en democracia: "que los militares sólo hicieran de militares"662. Según Fernando Puell de la Villa de esta "profesionalidad" es de donde surge la gran discusión de la transición española. ¿De quién dependen los militares? Se crea un ministerio de defensa absolutamente militarizado, sin ningún resquicio al poder civil, ya que la concepción de Gutiérrez Mellado es la de una administración totalmente militar con una doble cadena de mando que se define en la ley de 1980, y que según las palabras de Puell: "no hay quien la entienda"663: la cadena administrativa dirigida por el ministro, que se convierte en una especie de gestor; y la cadena de mando militar que coordina la Junta de Jefes de Estado Mayor, y el Jefe de Estado Mayor en relación directa con el Rey. Esto genera confusión ya que la sensación que produce el autonomismo, es que el poder militar no está claramente subordinado al poder político664.
El papel de los grupos políticos en todo el proceso está bien desarrollado por Julio Busquets en sus memorias, y es confirmado tanto por Oliart, como por Luis Solana, y Narcís Serra665. El gran problema es resolver de una forma eficaz, rápida, y sin inquietar a nadie con costosos debates, lo que hace necesario utilizar la paciencia, la prudencia, y el consenso durante la mayoría del tiempo. Hay que desarrollar la profesionalidad para que se cambie la percepción del enemigo del interior al exterior, y para que de esta forma no exista posibilidad de marcha atrás. Oliart insiste en este aspecto y comenta que existe una especie de prudencia y de temor justificado que hace que no se manden muchas leyes al Congreso sino únicamente las esenciales666. Luis Solana habla de las constantes conversaciones que existen entre el Gobierno y el PSOE buscando la colaboración, lo que a veces pueda transmitir la sensación de que en este tema se actuase como en una especie de coalición: "las conversaciones las tenía Suarez con el propio Felipe González... y algunas enmiendas me las tumbaba, porque había tenido algunas conversaciones con Suárez, y Gutiérrez Mellado, donde le habían pedido que no apretase mucho el acelerador... no se cuántas enmiendas, de proyectos de ley... por llamadas... de mira no fastidies... que esto es complicado..."667.
El equipo de Gutiérrez Mellado y la autonomía militar
Señalar la íntima relación personal existente entre los generales que ocupan puestos de responsabilidad durante la transición, es una de las aportaciones que hace en su biografía Fernando Puell de la Villa:"en su mayor parte, procedían de la Academia General durante la dirección de Franco, habían combatido como tenientes y capitanes en la Guerra Civil, [además] muchos volvieron a encontrarse en las aulas de la Escuela de Estado Mayor, durante treinta años compartieron despachos en Buenavista y Vitrubio y, de nuevo, pupitres en la Escuela Superior del Ejército. Les unían, por tanto, fuertes lazos de amistad, iniciados en la adolescencia, mantenidos durante la juventud y reforzados en la madurez. Su carrera había sido poco competitiva, regida por el férreo principio castrense del ascenso por antiguedad, que excluía celos y agravios comparativos, y su vida profesional [había estado] ajustada a principios y valores, considerados sagrados, inmutables y tácitamente asumidos por toda la corporación"668.
Precisamente porque los ascensos siempre respetan los cauces reglamentarios lo cierto es que son dos compañeros de promoción de Gutiérrez Mellado los que le promueven a los puestos más importantes de su carrera militar. Coloma Gallegos, compañero de la Escuela de Estado Mayor, le destina como general de división a Ceuta669, y Félix Álvarez Arenas, compañero en la Academia General Militar, a la Jefatura del Estado Mayor Central del Ejército. Por otra parte, también es interesante darse cuenta de que en el momento en que se hace cargo de la Vicepresidencia del Gobierno, dos de los otros ministros militares, Álvarez Arenas, Ejército, y Franco Iribarnegaray, Aire, han estudiado con él en la segunda promoción de la Academia General dirigida por el general Franco y son amigos suyos. Otros compañeros de promoción también son muy conocidos durante el período que estamos tratando: Emilio Villaescusa Quilis, secuestrado por ETA, y colaborador de Gutiérrez Mellado, forma parte de la misma promoción, de la que también son dos generales luego tachados de liberales: Federico Gómez de Salazar, y Tomás Liniers Pidal670. La autonomía de los militares y este sistema de promoción militar basado en la antiguedad y el escalafonamiento tiene una doble consecuencia: por una parte "liga" el futuro a una serie de oficiales predeterminados, pero también permite que el conocimiento entre ellos sea muy grande lo que facilita que el pequeño margen de discrecionalidad que se deja para la elección de los colaboradores se base en un conocimiento muy profundo.
A los compañeros de promoción con los que tiene especiales lazos de amistad se unen, entre los que pueden ser seleccionados para los ascensos, y para ocupar los puestos decisivos, otros militares que tienen experiencias similares a Gutiérrez Mellado, ya sea el tener que dejar temporalmente las FFAA para dedicarse a actividades empresariales por tener problemas económicos para poder mantener a la família; el estar obsesionados en que no se repita una guerra entre españoles; o el apoyar abiertamente el cambio por otra serie de motivos. Este tipo de militar es especialmente promocionado a los puestos más cercanos al general Gutiérrez Mellado.
En opinión de Puell de la Villa la excedencia del ejército influye en la forma de enfocar los problemas de la sociedad de su tiempo, y replantea muchos de los juicios preconcebidos que el militar mantiene acerca de la sociedad civil. Entre otros Ibañez Freire o Gabeiras671 forman parte de estos militares que llevan a que Puell se pregunte si la transición hubiera sido viable sin la existencia de este tipo de generales, "a los que nadie se había preocupado de preparar y que, probablemente, ni ellos mismos eran conscientes de que sus pautas de conducta seguían derroteros distintos de las de sus compañeros de armas"672.
Otros militares que colaboran activamente con Gutiérrez Mellado comparten el horror por la guerra civil. Conformados por un fuerte cuadro de valores conservadores estan traumados por el recuerdo de la guerra, y quieren evitar que una situación así se repita: el general Bourbón, primer director del CESID que es fusilado con su padre en Santander, y salva su vida porque su padre le cae encima, tiene una auténtica obsesión porque no se repita un episodio de confrontación armada de este tipo 673; del mismo modo otros como Javier Calderón y Andrés Casinello pierden a sus padres en la guerra civil y participan de este sentimiento que fomenta la tranquilidad y el cambio pacífico, otros procedentes de los alféreces provisionales como Sáenz de Tejada y Marcelo Aramendi también pueden clasificarse en este grupo. Entre los que además de este pavor por la posibilidad de un nuevo conflicto, también tienen una fuerte convicción de la necesidad de la transformación, y lo han explicitado públicamente se encuentra el general Luis Pinilla que recibe un encargo de Gutiérrez Mellado para que le haga sugerencias sobre como se puede transformar el ejército, y abrirse hacia la sociedad, y que más tarde es elegido director de la Academia General Militar de Zaragoza674.
Los atentados terroristas sobre los militares generales se ceban especialmente en los colaboradores cercanos a Gutiérrez Mellado, por lo que la reacción de la ultraderecha agrava el daño y la crueldad contra el equipo que el general conforma para llevar adelante la transición. El secuestro de Villaescusa, que se resuelve finalmente positivamente; el asesinato del teniente general jefe de Personal Gómez Hortiguela, que es el encargado de llevar adelante la reforma del personal militar; el posterior suicidio de su principal colaborador en esa reforma, el general de división, y Director General de Enseñanza Marcelo Aramendi; y el asesinato del general de división Constantino Ortín a la sazón Gobernador Militar de Madrid, y del general Gonzalez de Suso, antiguo director de la oficina de Información del recién creado Ministerio de Defensa son una muestra de la presión con la que se vive en esos años675.
El suicidio del General Marcelo Aramendi el 13 de mayo de 1981676 es una muestra clara de las dificultades que tienen para manejar la tensión los militares que colaboran con el Gobierno. Aramendi se pega un tiro en su despacho al día siguiente de la aprobación del proyecto de ley de creación de la reserva activa de los militares, que anticipa la edad de retiro para los militares, para adaptarla a los ejércitos modernos, y que él ha contribuído a realizar, aunque no a redactar, desde su ya lejana colaboración con el asesinado Gómez Hortiguela, y después formando parte de la Comisión Interejércitos de Personal.
Amadeo Martínez Inglés677 hace una encendida e imprecisa defensa del general Aramendi, destacando sobre todo la humanidad y la voluntad modernizadora de este militar, que según su opinión trabaja duramente, siguiendo al pie de la letra las consignas de Gutiérrez Mellado; no obstante frivoliza sin recordar exactamente el momento en el que se suicida este general, y afirmando que es un convencido demócrata, lo que hace poner en cuestión sus opiniones678. Según Cardona679 que lo conoce cuando éste es jefe de Estudios de la Academia General Militar, es una magnífica persona, pero no un demócrata convencido, sino un católico muy de derechas680, que no puede soportar la presión de el periódico El Alcázar, y en lugar de tomarse a broma lo que aparece publicado en este diario, se lo toma tan en serio que acaba suicidándose. Esto es confirmado por uno de los principales colaboradores de Aramendi681. En su opinión éste es un hombre de confianza de cualquier mando682, y soporta muchísima presión recibiendo numerosos anónimos que le califican de "traidor", y de "vendido". Finalmente se transtorna y se dispara mirando en dirección al cuadro de Franco que preside su despacho: "no es que quisiera tanto a Franco, quiso lanzar un mensaje... se había vuelto loco...un mensaje a los que le llamaban, y le decían...que era un vendido... de que él era leal... a sus principios...por encima de todo... y murió leal..."683.
Un segundo aspecto relacionado con los colaboradores del general Gutiérrez Mellado es el que hace relación a su equipo más cercano: el gabinete. El teniente general del Ejército de Tierra Angel Lobo forma parte del que negocia con los Estados Unidos los acuerdos de renovación bajo la dirección de Gutiérrez Mellado684. Éste describe en entrevista personal las características principales del modo de formar grupos de trabajo del general: apasionado por lo que hace se convence de los resultados por el nivel de profundidad en los temas, al que llega después de muchas horas de trabajo. Ésto y el carácter impulsivo que le caracteriza, hace que Gutiérrez Mellado muchas veces sea muy vehemente a la hora de defender los asuntos685. Austero por naturaleza, tiene una gran concepción de equipo del que no se despega, y al que hace seguir su ritmo de trabajo.
Según el general Lobo la procedencia de los servicios de inteligencia de Gutiérrez Mellado le hace ser un tanto desconfiado a la hora de elegir colaboradores, y por ello se rodea de personas de mucha confianza. El equipo de negociación con los Estados Unidos formado en 1974 es la base del que luego es su gabinete en Defensa. Los militares que participan en un principio son desconocidos para él, porque son aportados por los diferentes ejércitos, pero después de un año "trabajando, viajando y cenando juntos en Washington"686, tienen un grado de relación tan grande, que de allí sale la base de su equipo ministerial. El almirante Liberal aporta al capitán de navio Torres Caplane, el general Gimerá de Tierra viene con el comandante Losada, y el general Dolz del Aire con el comandante Alfonso del Río. A González Gullón lo conoce en el Alto Estado Mayor, y Muñoz Grandes Galilea pide su incorporación, y luego recomienda a Iñiguez del Moral para su sustitución687.
Fernández Sequeiros en entrevista personal insiste en la idea de que el equipo de Gutiérrez Mellado no representa a ningún grupo político. El diseño de la reforma lo hacen los propios militares; el protagonismo, la titularidad de la transformación es de las Fuerzas Armadas688. El general, en palabras de Puell, está en el gobierno, pero sigue siendo militar, y manteniéndose reacio por voluntad propia a entrar en otros temas: "renuncia a no entrar en política, porque yo no soy político"689.
El equipo está formado integramente por militares. Según Lobo, Gutiérrez Mellado comparte la idea de unas Fuerzas Armadas en democracia, pero no tiene prisas en introducir un componente civil en lo militar690. En opinión del teniente general Emilio Alonso Manglano en entrevista personal, el general Gutiérrez Mellado es víctima de una cultura político-militar que considera que lo militar debe estar en manos militares, lo que después es un enorme problema, cuando posteriores gobiernos traten de intentar introducir civiles en el área de defensa. Éste sigue siendo un grave problema hoy en día ya que no existe voluntad política para resolverlo. Ni se encuentran suficientes civiles capacitados, ni se diseñan líneas de carrera para los profesionales que podrían llegar a cubrir esa carencia. El ministerio de Defensa sigue siendo un departamento donde los cargos importantes se cubren con militares, militares en la reserva o con funcionarios del cuerpo diplomático. La desconfianza hacia lo civil sigue existiendo hoy día691.
El ejemplo más importante desde el punto de vista normativo de esta voluntad de autonomía es la presión para que las Fuerzas Armadas aparezcan en el Preámbulo de la Constitución, con las consecuentes interpretaciones sobre la importancia de las FFAA como Institución esencial del Estado y la Ley Orgánica de la Defensa de 1980, que configura a la Junta de Jefes de Estado Mayor como el mando superior de los ejércitos, y al Rey como comandante supremo, no citando al Gobierno en la nombrada cadena de mando. Una muestra de esta voluntad de autonomía de Gutiérrez Mellado es la actitud defensiva que muestra en el Parlamento ante la discrepancia política en temas relacionados con los ejércitos, lo que se muestra con claridad viendo la tensión con la que sigue el debate sobre la Ley de 1980. Las reiteradas llamadas a la prudencia que solicita entre los grupos políticos no son seguidas en ocasión de la aprobación de la Ley Orgánica, por el diputado canario Fernando Sagaseta, lo que lleva a que el general descortésmente abandone el hemiciclo ante el ataque a la Ley del canario692; los enfrentamientos con este diputado continúan más allá cuando un par de meses después, y ante un crimen cometido por unos legionarios en Canarias, Sagaseta utiliza éstos en su discurso político para criticar a la Institución, y Gutierrez Mellado muestra con vehemencia como no soporta las críticas hacia la Institución militar: "El vicepresidente primero del Gobierno, teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, en tono visiblemente crispado y con voz entrecortada, replicó a una intervención del diputado de Unión del Pueblo Canario Fernando Sagaseta, que había afirmado que en Fuerteventura "se están cometiendo crimenes por hombres que pertenecen a la Legión". Gutiérrez Mellado pidió una ley que impida decir eso. Fernando Sagaseta había hecho tal afirmación al final de su intervención de réplica, durante la que el vicepresidente para la Defensa y el ministro de Defensa habían estado fuera del hemiciclo. Gutiérrez Mellado entró entonces, se dirigió a la presidencia, sin micrófono y sin recibir la palabra, en tono interrogante, y dijo: ¿Se ha dicho aquí que la Legión ha cometido crímenes? Yo pido que se traiga una ley que haga imposible decir tales cosas a un diputado, por muy diputado que sea"693.
A pesar de esta voluntad autonomista que trata de regular este espíritu, según la interpretación de Gustavo Suárez Pertierra la posición constitucional de las FFAA se define en referencia a las funciones que tienen asignadas y al modo de su ejercicio. No se constitucionaliza en el preámbulo a las FFAA propiamente, sino por relación a la vinculación de su función con los principios constitucionales. De esta forma el legislador quiere constitucionalizar la función de la defensa material del Estado, que es parte misma y razón de ser de las FFAA. Ello quiere decir que las FFAA se configuran en la Constitución como agentes del Estado en el cumplimiento de esta función, y que por ello en el cumplimiento de sus funciones están sometidas al Gobierno, y tienen que intervenir cuando se les requiere según los principios constitucionales, lo que confirma que no existe una relación efectiva de dirección entre el Jefe del Estado y las FFAA.694
La Ley Orgánica de Criterios Básicos de la Defensa Nacional de marzo de 1980 fija los órganos superiores de la Defensa, y les atribuye competencias: "así bajo la autoridad del Rey, mando supremo de las FFAA por atribución constitucional, las Cortes Generales realizan la función legislativa de control y debate en materia de política de defensa y de política militar (...) el gobierno determina la política de defensa y dirige la administración militar y su Presidente "dirige y coordina la acción del mismo en materia de defensa" y ejerce la dirección de la guerra asistido por la Junta de Defensa Nacional (...) la Junta de Defensa Nacional propone al Gobierno las líneas generales de la Defensa Nacional, formula y propone la política militar y las directrices de la política de defensa y asiste al Presidente del Gobierno en la dirección de la misma (...) El ministro de Defensa tiene atribuidas, por su parte, la ordenación y coordinación inmediatas de la política de Defensa y la ejecución de la política militar"695. En opinión de Suárez Pertierra esta ley, que ha estado pensada como dice Serra desde dentro de la profesión militar, y que seguramente ha tenido que recorrer ese camino porque adoptar otro hubiera sido difícil696, llega un momento en que necesita una modificación que clarifique las relaciones entre el Gobierno y las FFAA que han quedado, como se ha visto anteriormente, un tanto confusas. En 1984 una nueva ley obliga a encaminar las responsabilidades directas que tienen asumidas los órganos colegiados directamente hacia el Presidente del Gobierno. La Ley 1/1984 realiza una reordenación funcional de las competencias atribuidas al Presidente del Gobierno, al Ministro de Defensa y a la Junta de Defensa Nacional. El Presidente de Gobierno asume claramente la dirección política de la defensa, ordena, coordina y dirige la actuación de las FFAA; le corresponde la dirección de la guerra, la definición de los grandes objetivos estratégicos y la aprobación de los planes de la política militar. Por su parte la Junta de Defensa Nacional y la Junta de Jefes de Estado Mayor se convierten en órganos asesores; y la dirección política de la defensa y la actuación de las FFAA corresponden por delegación del Presidente al Ministro de Defensa697.
Según Emilio Alonso Manglano en entrevista personal la autonomía del poder militar se introduce como consecuencia de una evolución histórica que conforma esta tradición. Según Manglano cuando a partir de Oliart698 se intenta introducir civiles en el ministerio de defensa la tarea se vuelve muy complicada, porque los militares piensan que los civiles van a quitarles el espacio. Hay momentos en que Jefes de Estado Mayor se niegan en redondo a despachar con directores generales, ya que no se quiere dejar que se introduzcan civiles porque eso supone invadir "esta especie de mundo absoluto de las FFAA, y que dejara de existir el exclusivismo militar en todas las gestiones"699.
Alberto Oliart consigue nombrar dos civiles: Eduardo Serra como subsecretario, y Jesús Palacios como Director General de Presupuestos. La razón de estos nombramientos son según el ministro Oliart en entrevista personal convertir el ministerio de Defensa en un verdadero ministerio de Defensa, y no sólo en un reducto de militares; el que desde los ejércitos no se pueden tener todos los especialistas más capacitados, y el que a veces efectivamente el puesto lo puede cubrir un militar, pero también lo puede desarrollar un civil con igual efectividad. Su política sigue siendo prudente, porque después del golpe militar se excita el sentimiento de autonomía militar frente al poder político. Ello le lleva a introducir los cambios despacio para no añadir inquietud sobre inquietud.700
Según Narcís Serra701 después de la transición ha de superarse la visión que tienen dentro de los ejércitos sobre su papel en democracia, es necesario que la sociedad decida como quiere que sean sus ejércitos, dedicando a ello buena parte del esfuerzo de su gestión, ya que es necesario que la sociedad tenga expertos en seguridad y defensa, para que no sean exclusivamente los profesionales de las FFAA los que tengan el monopolio de este área de gestión política.702
La atención de "El País" a los temas militares en 1977
El tratamiento de los asuntos militares en los medios de comunicación es una referencia tanto de la intensidad con el que la opinión pública observa a la Institución, como del nivel de protagonismo que este actor tiene en un momento determinado. Las opiniones sobre el escaso protagonismo de las FFAA en la transición motivan el que se haya recogido lo que se edita en uno de los principales diarios españoles. Podría haberse analizado todo el período de la transición y estudiado otros medios de comunicación, pero la extensión del trabajo es enorme, y las conclusiones probablemente no difieren mucho de lo afirmado en las siguientes línias. Se ha escogido el año 1977 para realizar un análisis en profundidad de los contenidos que El País publica sobre los ejércitos por ser éste el año inicial, y probablemente más importante de la reforma de Gutiérrez Mellado. A pesar de la elección de este año, todo el período de la transición es intenso en lo informativo, e incierto en los acontecimientos que tienen que venir703.
En este año se presentan tensiones políticas muy serias que acaban de confirmar, si alguien tenía alguna duda, que la reforma militar acompaña a la reforma política del Estado704, y que una y otra van indefectiblemente unidas. En enero el secuestro del teniente general Villaescusa muestra la estrategia terrorista que pretende provocar la reacción militar; en febrero la primera reorganización de los ejércitos crea la figura de la Junta de Jefes de Estado Mayor estableciéndose la doble cadena de mando; en marzo se constata que los militares también pueden ser criminalizados por corrupción económica; caso Lockheed; en abril, se legaliza el Partido Comunista de España; en mayo se instaura el Día de las FFAA, y se lleva a cabo el ingreso del Príncipe de Asturias a los ejércitos, simbolizándose con este acto la incorporación de una nueva generación de militares, y el fin del Ejército de la Victoria. En junio, la izquierda irrumpe con fuerza en el Parlamento tras las primeras elecciones generales democráticas; en julio, se crea el ministerio de defensa; en agosto se relacionan expresamente los temas de Gibraltar y la OTAN705, y se insiste en la necesidad de la integración en esta institución occidental; en septiembre se intensifica la campaña de la extrema derecha, y se ponen de manifiesto las primeras crisis en la cúpula militar que ha iniciado la reforma; en octubre se difunde el informe de Gutiérrez Mellado sobre su gestión, y se responde a los extremistas reclamando unidad y profesionalidad; en noviembre, se renueva parcialmente esa cúpula militar y se reorganiza el recién creado Ministerio; y, finalmente, en diciembre se produce el asesinato del comandante Imaz, organizándose en su funeral los primeros ataques públicos en contra de Gutiérrez Mellado y el Gobierno, y se reune la Comisión de Defensa del Congreso con la JUJEM aceptándose las misiones que la futura Constitución va a encargar a las FFAA706.
Todo ello motiva una amplia cobertura informativa que se centra fundamentalmente en cinco temas: el Rey y los militares, la actividad política y las FFAA, el tema de la justicia militar y la objeción de conciencia, la Reforma propiamente dicha, y finalmente las relaciones con los Estados Unidos, y la posibilidad de integración en la OTAN. El País dedica una gran atención a los temas relacionados con las FFAA, e impulsa tanto una línea de observación, que se materializa en el gran número de veces en el que las actividades de las FFAA son portada del diario. o en la cantidad de detalles que se reflejan en sus páginas707; como en una clara línea de opinión que muestra la necesidad de que las FFAA impulsen su reforma y sus relaciones internacionales en orden a integrarse en una sociedad democrática, lo que se muestra en los editoriales, y en la selección de colaboradores y temas de comentario708.
Entre otras portadas destacan: las de enero que recogen los discursos de la Pascua Militar abundando en la necesidad de que los militares obedezcan al mando político y se vinculen al Rey, primando los valores de obediencia y profesionalidad; la del Pentágono que apoya el ingreso de España en la OTAN; o la de los GRAPO que se atribuyen el secuestro de Villaescusa. En febrero la del Rey comiéndose un bocadillo con Milans en la brigada acorazada que se interpreta como una visita que tiene como objeto tranquilizar a los militares tras el secuestro; la de Gutierrez Mellado en una fábrica de armamentos haciendo esfuerzos por reclamar neutralidad política; o las que hablan de la Reforma explicando la creación futura del ministerio de Defensa, o la creación de la JUJEM; otras portadas que destacan son las de los viajes de Gutiérrez Mellado a Alemania y Francia en las que se insiste en la idea de que las FFAA van a apoyar a cualquier gobierno legal, o la de la liberación del general Villaescusa. En marzo las compras de armamento a los EEUU, y el procesamiento de un general y un coronel del ejército del aire por el escándalo económico relacionado con la compra de material militar Lockheed. En abril las reacciones sobre la legalización del PCE, la dimisión del ministro de Marina y la acusación del periódico de que este tipo de presiones no pueden ser toleradas por la democracia; el famoso editorial conjunto con otros medios de comunicación "No frustrar una esperanza" aparecido en portada hace patente este espíritu. En mayo nuevamente el apoyo de los EEUU al ingreso de España en la OTAN; la metedura de pata de un diputado de Alianza Popular que pide al ejército que se oponga a una futura Constitución; y la amnistía, y la simbólica fotografía del principe Felipe desfilando como soldado el día de las FFAA. En junio la portada hace relación al apoyo de las FFAA en las elecciones. En julio a la creación del ministerio de defensa, y a los primeros efectos de la amnistía que libera a presos condenados a muerte por los tribunales militares. En septiembre nuevamente se dedican portadas al interés internacional para que España se integre en la OTAN. En octubre al informe de Gutiérrez Mellado sobre la evolución de la Reforma, y a su defensa contra los ultraderechistas. En noviembre se hace mención a la reorganización del ministerio de defensa y sus últimos nombramientos, y también a la liberación de los últimos condenados a muerte por la jurisdicción militar. Finalmente en diciembre aparece el funeral por el comandante Imaz, y los ataques contra Gutiérrez Mellado; y la aceptación por parte de la JUJEM del proyecto de funciones que la comisión de defensa del Congreso de los diputados está pensando incorporar en la Constitución.
En cuanto a los editoriales la mayoría tienen relación con la necesidad de que las FFAA acepten la democracia: así en enero se publica un editorial sobre el Decreto de Ley de objeción de conciencia, que defiende el punto de vista de los objetores; y se trata el tema del orden público, recordando a las FFAA que no es una de sus funciones intervenir en estos problemas. En marzo se les recuerda que deben aceptar las críticas que la sociedad les dirija como cualquier otra institución del Estado. En abril se insiste en los riesgos de la democracia, afirmándose que se está asistiendo a un intento continuado, mediante crisis periódicas, de colocar a las FFAA en medio del camino hacia la democracia rogádose no "frustar una esperanza". En mayo por otra parte se insiste en la necesidad de integrar a España en la OTAN; y se recuerda que las FFAA no están por encima de la política, reclamando profundizar en la profesionalidad. En julio y agosto El País vuelve a insistir en el tema de la OTAN y en la carencia de política exterior del Gobierno; también se trata de la reforma de la justicia militar. En septiembre se denuncia con firmeza la campaña de la extrema derecha para alterar los ánimos de los militares, y se sigue insistiendo en la integración a las organizaciones occidentales de defensa como algo beneficioso para los ejércitos españoles. Finalmente en diciembre se recuerda que además de los ultraderechistas que organizan campañas de opinión existen muchos militares demócratas que guardan silencio por disciplina; y se reclama unas relaciones entre las FFAA y la sociedad en las que se manifieste la naturalidad y la claridad, y se huya de la demagogia y de la adulación. En la tabla 26., se refleja gráficamente la frecuencia de notícias que sobre temas militares se publican a lo largo de 1977, identificando mensualmente cuántas de éstas han sido portada, editorial, columnas de opinión, o han venido presentadas dentro de las otras secciones habituales del períodico.
Tabla 26. Distribución de las noticias relacionadas con las FFAA aparecidas en El País en 1977709
Fuente: Elaboración propia. El Pais 1977
El Rey dedica una parte muy importante de su tiempo a ejercer de Jefe Supremo de las FFAA, y lo muestra ya sea a través de sus comentarios, o simplemente presidiendo actos castrenses, y acudiendo a inauguraciones con otras jerarquías militares710. En todos estos actos aparece de uniforme, y como soldado se preocupa por las cosas cotidianas de la institución, como los últimos avances tecnológicos, o la reforma militar711.
Los discursos del Rey no dejan ninguna duda sobre el camino hacia donde han de ir las FFAA, repitiendo una y otra vez las ideas de disciplina, de lealtad y de abnegación que han de presidir la actuación de los militares respecto a sus mandos, lo que les ha de llevar a aceptar la democracia independientemente de los problemas que surjan en el proceso. Esto lo manifiesta especialmente en tres ocasiones particulares: en el mensaje de la Pascua Militar en el que afirma que "en ocasiones resulta especialmente duro el ejercicio de la lealtad, pero es entonces cuando adquiere su grandeza y constituye el complemento insustituible al espíritu de disciplina que debe animaros a todos"712, lo que recuerda mucho al famoso discurso que Franco dirige a sus cadetes cuando se cierra la academia en la II República, y que todos los militares conocen muy bien; en la entrega de diplomas de la 73ª promoción de la Escuela de Estado Mayor en la que dice que "la proverbial lealtad, el sentido de la disciplina aceptada en aras del servicio común, la abnegación, la laboriosidad, la constancia en el esfuerzo, la fe en la victoria, son consustanciales con el oficial de EM, y cobran en los momentos actuales su más profundo valor"713; y en la recepción a la JUJEM de finales de año en la que afirma que está perfectamente enterado de las preocupaciones, inquietudes y deseos de las FFAA, y que ello le hace estar honrado de ser su jefe supremo y confiado en la "lealtad, disciplina y espíritu de sacrificio (...) ya que con esa moral de todos los componentes nada podrá prevalecer contra la patria"714.
Por otra parte además de reclamar estas virtudes también escenifica las transformaciones que los ejércitos están experimentando. La muestra más clara de ello es el ingreso del Príncipe de Asturias como soldado honorario, justo en el preciso momento en que deja de celebrarse el desfile de la Victoria, por el de las FFAA de todos los españoles. El Rey de España aprovecha la incorporación de su hijo para explicarle a éste públicamente, y con él a todos los soldados que aparecen formados con él, lo que significa ser un soldado en un país democrático, simbolizándose de esta forma el nacimiento de un nuevo modelo de ejército que tendrá que ir madurando con el paso de los años.715
El País se muestra muy interesado en la actividad política de los militares y de su entorno recordando sobre todo a través de sus editoriales, y sus comentaristas la importancia de la neutralidad de éstos. Uno de los episodios más señalados es el relacionado con las reacciones a la legalización del partido comunista, que lleva a que este diario denuncie las campañas que tratan de instrumentalizar a los militares716, y defienda la existencia de un ejército diferente al de después de la guerra civil717.
Otra circunstancia menos conocida es el anuncio de AP, a través de Torcuato Luca de Tena, de que va a pedir al ejército que se oponga a una nueva Constitución718, lo que provoca una reacción de moderada condena del periódico, que a pesar de dedicarle una portada, no insiste en el debate, cerrándolo con una reacción de Felipe González que pide serenidad a las FFAA para que no se dejen llevar por las incitaciones de AP: "un ejército se dignifica cuando defiende la voluntad soberana del pueblo. Y yo, que nunca hago alusión al ejército, porque quiero que permanezca al margen de la vida política, tengo que hacerla hoy; ante las voces de la clase reaccionaria española, la más insolidaria de Europa, tengo que decir al ejército que no preste atención a esas voces, sino que defienda las fronteras y la voluntad popular expresada en las elecciones"719.
El tema de la UMD siempre es tocado desde una perspectiva informativa, tratando de comentar el asunto, pero sin levantar susceptibilidades, ni crear problemas añadidos. Se publica una entrevista con Luis Otero que afirma que "quiere al ejército", y que sigue pensando que el ejército es algo muy importante, pero viendo la carrera desde una perspectiva diferente720. Se informa que la amnistía no afecta a los militares de la UMD a pesar de que los ex militares busquen su reincorporación721, y se comunica la autodisolución de la organización clandestina militar después de las elecciones generales722.
Las campañas de la ultra derecha en contra de Gutiérrez Mellado es otro de los temas que se destacan. El País evidencia que existe un movimiento organizado que hace una activa propaganda en contra del vicepresidente723. Según el editorial del 30 de septiembre: "la ocupación de la cúpula de la organización política-administrativa de las FFAA por un militar ilustre, que hace suya la doctrina, propia de cualquier país civilizado y desarrollado, de que el ejército apoya al poder constituido (formado por la corona, un parlamento elegido por sufragio universal y un gobierno responsable ante esta asamblea), es el mayor obstáculo que esos incitadores al golpismo pueden encontrar"724.
Un tema poco tratado, en buena lógica con las características del diseño de la política, es el de los grupos políticos y la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. Constituida después de las elecciones de junio de 1977, Mújica, primer presidente de la Comisión725, explica su concepción sobre la comisión a partir de noviembre; ésta tiene que estudiar la normativa que afecte a las FFAA, y establecer un puente entre los ejércitos y la representación parlamentaria. Para facilitar su labor pide a Gutiérrez Mellado que la comisión sea invitada a visitar acuartelamientos, academias, y otras instituciones militares, así como a presenciar distintas maniobras726.
Finalmente en cuanto a la participación política de los militares se refiere, se trata también sobre la actuación de los militares en el orden público, lo que no es aconsejado en ningún caso727, aunque se recoja un curioso debate del PCE, en el que Tamames afirma que transitoriamente no estaría mal que un militar ocupara la cartera de interior, a lo que Carrillo responde que no sería conveniente.728
A raíz del decreto de 5 de enero por el que los objetores pueden realizar un servicio cívico de tres años los comentarios en este diario sobre este tema son muy frecuentes. Las páginas de El País recogen tanto las opiniones insatisfechas de los objetores, como los juicios y condenas que recaen en ellos durante todo el año729. Otro caso de reivindicación constante es el de los militares de la UMD, y su no inclusión en la amnistía que el gobierno ofrece730. Si bien el tratamiento es poco valorativo, lo cierto es que la insistencia, y la publicidad del caso es una muestra de apoyo clara a los militares de la UMD, que no son finalmente amnistiados por presiones de la Institución militar. En contraste con estos dos casos se puede señalar que el de unos militares procesados por sus actividades mercantiles con la empresa Lockheed es muy poco tratado. A pesar de ser considerado un escándalo económico, en el que estaban procesados dos ex ministros italianos, y en el que el abogado Cid Cebrián afirma que los militares incriminados son sólo la punta del iceberg de numerosos casos de corrupción en España, lo cierto es que prácticamente sólo aparece en prensa el tema entre el 10 y el 18 de marzo, volviendo a aparecer el 20 de abril cuando Gil Robles actuando como abogado insiste en que declaren los ex ministros Cuadra Medina y Díaz Benjumea.731
La reforma de la justicia militar es uno de los caballos de batalla del periódico, especialmente por las frecuentes condenas a periodistas o actores, que por cuestiones de opinión son juzgados por tribunales militares: "la democracia es esencialmente una recuperación de los derechos del ciudadano, entre ellos, precisamente, el de que nadie puede ser sustraído a la jurisdicción natural (...) No tiene sentido entonces la pervivencia de leyes militares dictadas hace casi un siglo, bajo la inspiración de principios de desconfianza hacia la sociedad civil"732. Las detenciones entre otras del redactor de Diario 16 Gregorio Morán733, del director de la revista "Renovación" por un artículo titulado "Guipúzcoa bajo el terror"734; de otro periodista gallego corresponsal de La Región735, de Albert Boadella, director de "Els Joglars"736, provocan una gran inquietud, que se alivia en parte con la promesa que suponen los Pactos de la Moncloa de Reformar el Código de Justicia Militar737.
Desde el inicio de la reforma militar El País da su apoyo informativo al proceso, divulgando tanto los detalles como la visión general. Desde el principio de año se afirma que el objetivo de los cambios es crear un ministerio de defensa, y reestructurar los tres ejércitos738. La reforma militar busca profesionalizar a los ejércitos, y dotar a las FFAA de los medios, las estructuras y los mecanismos que hagan posible la eficacia y la modernidad739. Para poder lograr estos objetivos, a los que pocos militares profesionales se oponen, se publicita el discurso de Gutiérrez Mellado, que pide la unidad de los ejércitos, y el respeto a cualquier opción política que tenga cabida en el orden institucional740. El plan de reforma será progresivo, partiendo del principio que comenta el director general de la Guardia Civil Ibañez Freire, según el cual "los nuevos tiempos siempre hacen preciso que las instituciones se amolden a ellos"741.
La mayoría de las medidas impulsadas son apoyadas por el diario; así la neutralidad política de los funcionarios militares es aplaudida como necesaria742; y la constitución del ministerio de defensa es recibida como una de las innovaciones técnicas más importantes del Gobierno, ya que implica un hondo significado para la Institución743. El periódico apoya sin reservas el informe 1/77 que explica los avances de la reforma, plantea los objetivos, y responde desde la perspectiva técnico profesional a las críticas que tienen su origen en la ultra derecha política; en palabras de Sánchez Gijón: "los planes de reforma militar del general Gutiérrez Mellado son sólo los primeros pasos, los necesarios e inexcusables pasos, de una puesta en orden (abandonada durante decenios por nuestros gobiernos y sociedad), para que España pueda ser un agente significativo del sistema internacional, y se empiece a poner a la altura organizativa de otros países de su misma área político-social. La resistencia a estos necesarios paseos no constituye más que una inadmisible retrógada"744.
El último de los grandes temas a los que El País dedica atención es el de la integración en la OTAN, medida que no sólo considera necesaria sino fundamental para la consolidación de la democracia. A pesar de la prudencia del Gobierno por no abordar este tema, El País recoge todo tipo de informaciones que puedan acelerar el debate sobre el mismo. El 22 de enero publica en portada una declaración del Pentágono que apoya el ingreso de España en la OTAN; el 4 de febrero convierte una visita protocolaria del embajador Aguirre de Cárcer con el jefe de las fuerzas de la OTAN en Bruselas, en una toma de contacto para preparar el terreno para una posible negociación de adhesión; en febrero destaca con todo lujo de detalles los viajes de Gutiérrez Mellado a Alemania y Francia745, y obligan a que el general aclare que "España entrará en la OTAN cuando la necesidad lo pida"746; en el mismo mes de febrero recogen la opinión del Almirante Hill-Norton, un alto mando de la OTAN, animando a la adhesión de España; en mayo con motivo de la reunión del Consejo de la OTAN se vuelve a editar otra portada confirmando que Washington continúa apoyando el ingreso de España, aunque ésta debe ser una decisión tomada por España747.
En un editorial posterior se reclama un estudio serio del Gobierno sobre los pros y los contras que debe tener para España esta incorporación748, y tres días después se publica otro en el que se hace una propuesta en este sentido concluyéndose que la incorporación será positiva porque tiene más ventajas que inconvenientes: España estaría protegida por la alianza, se lograría respaldo político y diplomático, se podría hacer una defensa adecuada a las necesidades; se crearía un marco positivo para la entrada en la CEE, y para la negociación de la devolución de Gibraltar, y además se concederían responsabilidades militares específicas para España en el Mediterráneo y el Estrecho749. Finalmente desanimados por no haber conseguido mover al Gobierno hacia el debate El País publica otro editorial en el que acusa al Gobierno de carecer de política exterior750. A finales de año el gobierno de los Estados Unidos a través de su secretario de defensa Harold Brown declara, a preguntas de un periodista español, que: "toca al Gobierno y al pueblo español decidir si desean ingresar en la OTAN (...) Hay que esperar; naturalmente la OTAN tiene otros muchos problemas antes de pensar en serio en el asunto español"751.
El estilo de elaboración de las políticas: las Reales Ordenanzas
Realizar un estudio del estilo de adopción de decisiones de las diferentes políticas impulsadas en la Reforma tendría mucho sentido, pero habría que trabajar el archivo que Puell de la Villa localiza en el Ministerio de Defensa, y con la documentación que allí se encontrase tratar de reconstruir los procesos. Lamentablemente la información que se dispone es insuficiente en orden a realizar este esfuerzo. A pesar de ello se puede reflexionar sobre la que para Fernando Puell de la Villa es la obra más importante de la Reforma752, gracias a los trabajos que Salas Larrazabal753, Francisco Laguna754, Miguel Silva755 y Gustavo Suárez Pertierra756 han realizado, los que permiten un amplio grado de conocimiento del tema. Las características de la elaboración de las Reales Ordenanzas reflejan el estilo con el que el Gobierno formula e implanta sus políticas en este área, mostrando claramente los dos ejes principales del espíritu de la reforma del general Gutiérrez Mellado: la profesionalidad autónoma, y la neutralidad política del militar subordinado al Estado. Esto se manifesta al elaborarse la ley por una comisión de militares, que son tanto los expertos como los interesados del tema, y al aprobarse ésta por el Parlamento, que con su actuación prudente busca facilitar que la mayoría de los militares militares acepten la transición, y entiendan el cambio de los tiempos, que exige su neutralidad ante la voluntad mayoritaria de la ciudadanía757.
Las Reales Ordenanzas de Juan Carlos I son sancionadas por el Rey el 28 de diciembre de 1978, después de que el Congreso las apruebe en su sesión del 20 de diciembre, y que el Senado lo haga en la del 27 del mismo mes, poniendo fin de esta forma a unas ordenanzas que han sido promulgadas hace 230 años para la Marina, y 210 años para el Ejército de Tierra758. En opinión de Suárez Pertierra esta nueva ley, junto a la ley de Órganos superiores de la Defensa Nacional de 1978, es uno de los elementos básicos de la reforma; lo que queda demostrado sobretodo tanto por la prioridad en su elaboración, como por las prisas que tienen en su promulgación759; que en su opinión se debe a la necesidad de mostrar la intención reformista, y a la de apuntar el camino a seguir en la solución de los diversos problemas760.
La profesionalidad se muestra precisamente en que Gutiérrez Mellado no se inventa nada, sino que continua con las reformas que tiempo atrás se llevan impulsando en los ejércitos761, y en que cuenta únicamente con militares para realizarla762. Las RROO de Fernando VI para la marina, y de Carlos III para los Ejércitos de Tierra y Aire763 están muy desfasadas, y es necesario un esfuerzo de actualización, ya que por ejemplo de 2218 artículos que tiene la de Carlos III, sólo un 10% está en uso764. Esta circunstancia es la que motiva que el 23 de noviembre de 1973, Pita da Veiga cree la Comisión de Ordenanzas Generales de la Armada (CORGENAR) que es impulsada por lo confuso de la legislación existente, y a consecuencia de la evolución de la estructura orgánica de la Armada, y la constitución de la Fuerza Naval765. CORGENAR se rige por los principios de "mantener el espíritu que tradicionalmente ha constituído el código de honor y el catecismo de dogma militar que ha prevalecido en nuestras instituciones, consagrando principios conservados hasta nuestros días, pero sin dejar de recoger con una mentalidad moderna, la evolución de la nación que ha afectado a todas las ramas de la ciencia, la técnica, la economía y la sociología"766. Esta comisión dirigida por el contralmirante Rafael Márquez Piñero tiene un plazo de 18 meses para presentar el primer esquema de contenidos, que tiene que cubrir los siguientes objetivos: fijar la naturaleza y las características de los componentes que integran las armadas; tratar de la organización y cualidades del personal; establecer normas que rijan el desarrollo del servicio, obligaciones del personal, cometidos peculiares que impone a las dotaciones la evolución del material y su empleo adecuado; y dar a los oficiales conocimientos para ejercer sus funciones de mando, y administración767. El trabajo trata de crear una guía completa de procedimientos y regulaciones militares, con el espíritu de compendiar fundamentos y principios doctrinales que han de inspirar reglamentos, y manuales que regulen al servicio.
La muerte de Franco interrumpe el estudio, que entonces cuenta con 362 páginas, y que es reanudado inmediatamente después del nombramiento de Pery Junquera como ministro de Marina. El 16 de abril de 1977 se nombra al general de división de Infantería de Marina Francisco Martínez de Galinsoga como nuevo presidente de CORGENAR. En la nueva etapa se elabora un texto diferente reduciéndolo a 316 artículos, que se concentran en 12 capítulos, y cuatro títulos: el preliminar que trata sobre conceptos morales y cualidades militares; y los de normas generales de conducta del personal militar; misión, estructura y organización de la armada y el personal; y figuras de los mandos y autoridades de la armada768. Paralelamente al trabajo de CORGENAR el teniente general del Ejército de Tierra Félix Álvarez Arenas constituye la "Comisión Revisora de Normativa Moral Militar", cuya dirección encarga al teniente general Manuel Cabeza Calahorra, y que cuenta con veinte miembros. Cuando están a punto de completar el trabajo, se crea la JUJEM, que ordena ampliar los objetivos e incorporar a miembros de la Armada y del Ejército del Aire: y así se incorporan diez militares de la Armada, y diez del Ejército del Aire, elaborando el "Proyecto conjunto interejércitos para documento base para la normativa moral militar" que es entregado al ministro, y a los Jefes de los Estados Mayores de los Ejércitos769.
Gutiérrez Mellado parte de todo este trabajo previo, y se decide a promulgar una nueva norma para todas las FFAA. El 13 de septiembre de 1977 dirige a la JUJEM una Directiva, para la redacción de unas nuevas Reales Ordenanzas, que tienen que estar completadas el primero de enero del año entrante. La profunda transformación política y socioeconómica, y la ratificación por parte de España del Pacto Internacional de Derechos Humanos hacen necesaria una actualización con visión de futuro de las Ordenanzas. Éstas tienen que conjugar la tradición770, con las previsiones de comportamiento futuro; y comprender tanto deberes y obligaciones, como derechos y normas de comportamiento. Constan de una parte común a los tres ejércitos que vendrá seguida de otras tres específicas para cada ejército771.
Según Salas Larrazabal la aspiración de Gutiérrez Mellado es crear una norma que pueda durar mucho tiempo, y que evite que se legisle un estatuto del militar772. Las Ordenanzas ligan a la Institución militar con la tradición y confirman el concepto "Institución"773. El estatuto es visto como una norma administrativa no deseable porque diluye ese espíritu que creen necesario para las FFAA; "institución", y "espíritu" son vistos también positivamente por Huntington.
Éste es el aspecto que explica la Reforma de Gutiérrez Mellado, y las actitudes de la mayoría de los militares en la transición, ya que es el elemento que sirve de eslabón entre reforma militar, y reforma política del Estado. Huntington es un autor comprendido por los militares americanos, y Díez Alegría y Gutiérrez Mellado asumen su mensaje, ya que éste es fácilmente asimilable a la formación que han recibido. Esta idea permite conjugar "modernidad", "democracia"; con "institución militar", "espiritualidad" y "tradición", y por ello es seguida y defendida.
Esto no quiere decir que éstos militares compartan la idea que el militar es un funcionario del Estado, de igual forma que lo puede ser otro ciudadano en el Ministerio de Obras Públicas; tampoco quiere decir que fomenten las relaciones entre civiles y militares en el interior del desarrollo de la política militar. El control civil que defienden es el control político del Parlamento, el control civil objetivo de Huntington, y la participación de civiles en el área de la defensa no se considera. Este concepto, mayoritario entre los militares estadounidenses de la época, y seguramente también entre sus colegas europeos, es el que influye a los militares españoles y les permite vislumbrar que una España democrática puede ser posible en estos parámetros. Esto tampoco quiere decir que la mayoría de los militares, como se verá más adelante, tenga una claridad de conceptos tan definida, como para no dudar, y soportar sin problemas tanto la campaña terrorista, como la de la extrema derecha, que afectan a la "neutralidad"; pero tampoco quiere decir que Gutiérrez Mellado tenga que hacer una relevancia extraordinaria en la disciplina y en la neutralidad política al no contar con el apoyo suficiente de un ejército opuesto a las reformas774.
Salas Larrazabal confirma la intención de Gutiérrez Mellado de buscar referencias en el contexto internacional, ya que éste les indica que deben utilizar como base, además de los trabajos que se desarrollan a partir de 1973, los estatutos de países afines como, entre otros, Francia, Italia, Inglaterra, o Alemania775, y explica como el general marca de cerca tanto el tipo de composición de la comisión, como los calendarios, y las líneas generales en donde se tenía que enmarcar el proyecto. Así la JUJEM es la encargada de proponer la comisión, pero no puede hacerlo de forma arbitraria, ya que el vicepresidente del Gobierno fija que tienen que ser miembros de los tres ejércitos, que debe haber además un asesor histórico, otro jurídico, y otro linguístico, y que entre éstos deben encontrarse: "jefes, y oficiales jóvenes que unan a su espíritu militar una mentalidad abierta para intuir las normas idóneas para el futuro"; además los nombres de los componentes deben venir acompañados de una biografía y de la explicación de las circunstancias específicas que les hagan acreedores de figurar en la comisión.776
La JUJEM se reune y propone una comisión paritaria entre los ejércitos, pero el ministro desestima esta posibilidad ordenando que los de Tierra sumen el mismo número que los otros dos ejércitos juntos. Finalmente el 31 de octubre de 1977 es nombrada una Comisión coordinada por el antiguo presidente de la CORGENAR Martínez de Galinsoga777. A él se le unen el general de brigada de infantería Jesús Ruiz Molina como vicepresidente, el coronel de aviación Ramón Salas Larrazabal como secretario, doce vocales, y cuatro asesores778. Según el general Laguna se elige personas conocidas por sus inquietudes que más o menos esten vinculadas con el tema, y que disponen de gran libertad para trabajar, la mayoría llegará en su carrera a gozar de prestigo, y casi todos ascienden a generales; la excepción es la Armada que elige un marino, un infante de marina, y uno de máquinas para tener representado todo el arco corporativo. 779
La Comisión inicia sus trabajos el 14 de noviembre de 1977, consiguiendo que el vicepresidente les conceda un aplazamiento de la fecha final hasta el primero de febrero de 1978. Se distribuyen el trabajo en dos fases: en la primera se trabaja el proyecto de las Ordenanzas Generales, que es lo que debe ser entregado en esta fecha; y en la segunda fase las Ordenanzas Específicas de los Ejércitos780.
Según Laguna "trabajamos dos meses y pico a dedicación completa"781. Después de la recopilación de antecedentes se nombran tres ponencias para que elaboren un borrador del esquema, y una programación de calendario782. Este trabajo debe estar listo para el 18 de noviembre en el que se forma una subcomisión presidida por Gárate que antes del 22 de noviembre debe integrar un esquema definitivo que parta de los tres previos. Se decide que las Ordenanzas Generales tengan un preámbulo, y tres tratados, y que el borrador redactado por tres ponencias esté listo el 22 de enero, para revisarlo y entregarlo el 1 de febrero783. La mecánica que se sigue, según Salas Larrazabal, prevee que el 19 de diciembre esté redactado un primer borrador, que las ponencias enviarán a los demás miembros, y a los asesores. Éstos tienen hasta el 3 de enero de plazo para presentar enmiendas, que son tenidas en cuenta para una reelaboración que se somete el 9 de enero a una subcomisión compuesta por el Presidente, el Vicepresidente, el Secretario, y los Portavoces de las Ponencias. Finalmente en Pleno el dia 16 se discuten nuevamente enmiendas para redactar un cuarto borrador784.
El 20 de diciembre, una vez concluida la redacción del primer borrador, la Comisión al completo se reune con Gutiérrez Mellado y su gabinete en la sala de Juntas de Presidencia de Gobierno. El vicepresidente les anima, según Salas, a mantener los criterios de calidad por encima de todo, y les recomienda huir de las rigideces, y no ser categóricos con las fechas, ya que lo importante es la calidad del trabajo. Esta reunión es importante porque muestra la forma dialogante que Gutiérrez Mellado tiene con sus colaboradores cercanos: éste sugiere que se de a conocer el proyecto, hay debate, y predomina el criterio de mantener la discreción785. Finalmente las fechas se alteran mínimamente. La reunión del pleno para exponer pegas y reparos es el 5 de enero, y la subcomisión inicia sus trabajos a partir del segundo borrador el 12 de enero. El 22 de enero una ponencia presidida por Salas Larrazal presenta un tercer borrador que sale de las sugerencias de la subcomisión.
Finalmente se reune el Pleno para concluir el trabajo el 30 de enero y el general Martínez Galinsoga recoge todas las sugerencias finales, y con la ayuda de los grupos de trabajo da forma al cuarto borrador, que se expone el 3 de marzo de 1978 en la Sala de Juntas de la Vicepresidencia ante Gutiérrez Mellado y la JUJEM. El Ministro afirma que le parece urgente la promulgación de las ordenanzas, y recomienda limitar la difusión del anteproyecto, ser discretos, y organizar reuniones conjuntas entre la JUJEM y la comisión para añadir posibles sugerencias. Se habla de la necesidad de informar al Rey, de aprobar las Ordenanzas después de la Constitución, y se discute sobre la elección del rango de la disposición786. Los Jefes de Estado Mayor se lamentan de que el documento no se haya tramitado dentro del marco institucional de los órganos de trabajo y asesoramiento del mando787, y por ello se decide que sea sometido a la consideración de los Consejos Supremos de los Ejércitos mientras se informa al Rey, y al Jefe de Gobierno. El 5 de abril ya están consultados todos los Consejos Superiores, elaborándose un quinto borrador con las modificaciones de la JUJEM y de aquéllos. El 18 de mayo se presenta al Rey, y al mes siguiente a Suárez. Una vez culminados estos trámites, y sin esperar el trámite parlamentario, entre el 21 y el 26 de junio, los miembros de la Comisión van a explicar el proyecto en todas las guarniciones de cabecera, lo que no resulta muy agradable, debido a las reticencias, a la exacerbada sensibilidad despertada por la ultraderecha, y a que los militares no acaban de entender para qué se les presenta el proyecto, si no pueden determinar los contenidos788.
El 1 de agosto se publica el texto del proyecto de ley en el Boletín Oficial de las Cortes. Prudentes los partidos políticos mejoran moderadamente el texto, al presentar cincuenta y una enmiendas, que básicamente confirman las referencias a la Constitución, e implantan alguna modificación importante, a través del famoso artículo 34 que regula la obediencia debida789. Según Julio Busquets los socialistas fueron los más activos en este trabajo; reuniéndose para redactar las enmiendas socialistas antiguos miembros de la UMD (Julián Delgado, Gabriel Cardona, Díez Gimbernat) con Múgica, Luis Solana y el mismo Busquets. Encuentran material para introducir ochenta enmiendas, pero finalmente en buena lógica con la política impuesta, prevalece un criterio moderado presentándose únicamente cuarenta y nueve que son asumidas practicamente en su totalidad790.
Como se ha comentado finalmente el 20 de diciembre el Congreso, y el 27 el Senado aprueban las Ordenanzas Generales que son sancionadas por el Rey el dia siguiente de aprobar la Constitución, el 28 de diciembre de 1978, juntamente con la ley de "Órganos Superiores de la Defensa"791.
Las reacciones dentro de los ejércitos son de todo tipo, según el general Laguna; ya que al redactarse al mismo tiempo que la Constitución, quedan unidas a ésta, y ello provoca que se sintieran decepcionados aquellos a los que no les gustaba algunos artículos y conceptos constitucionales. Esto plantea algunos rechazos que desaparecen con el tiempo. Según otro militar792 hay una contestación muy fuerte por parte de los ejércitos, lo que se muestra claramente en que se tenía que haber acabado la segunda parte de las Reales Ordenanzas rápidamente, y en que sin embargo por problemas internos se demora hasta el año 1983 para el Ejército de Tierra, y todavía durante más tiempo para la Marina793. Esta desconfianza independiente del contenido del trabajo es reflejada de una forma clara por Pardo Zancada que manifiesta que se produce mucha polémica, y que en algunos sectores se recibe casi como una ofensa la aprobación y publicación de éstas: "creo que más por lo que representaban de cambio, que por su propio contenido (...) yo, que las leí y estudié con bastante detenimiento, no encontré en ellas nada que me repugnase íntimamente. No eran aquellas críticas sino una manifestación más del malestar reinante en los cuarteles"794
Gustavo Suárez Pertierra hace una valoración positiva de lo que significa la promulgación de las Ordenanzas. Pieza fundamental de la reforma, manifesta la decisión de emprenderla bajo la subordinación del poder legítimo del Estado, pero quizá a pesar de sus aportaciones le "faltó la decisión para dar un salto en el tiempo", ya que carecieron de una cierta visión de futuro795: "el texto constituye un serio esfuerzo por regular los componentes básicos de la condición del militar (...) No parece arriesgado interpretar que se consideró improcedente avanzar más allá. Sin duda por las dificultades inherentes a la delicada construcción del sistema democrático, se prefirió la gradualidad en la definición del problema"796.
El comentario de Suárez Pertierra no tiene en cuenta que el espíritu de las Ordenanzas encaja en buena lógica con esa profesionalidad que preside las actuaciones del ministro. En este caso Gutiérrez Mellado no quiere avanzar más por que no lo cree conveniente, ya que está convencido de que éstas son las Ordenanzas que desde una perspectiva interna y profesional necesitan las FFAA para adaptarse a los tiempos797. Éste es un buen ejemplo de lo que Narcís Serra califica como contraste entre las prioridades y las visiones que un militar de carrera, y otro ciudadano pueden llegar a tener sobre un mismo problema. El segundo tiene que conocer y representar los intereses y las voluntades democráticas de la nación, tratando que los ejércitos se adapten a lo que el pueblo desea que sean; mientras que el primero, que cree en la Institución, subordinada al Gobierno, pero con unas características propias sobre las que la sociedad tiene poco que decir orienta internamente la reforma. Éste es un ejemplo también que muestra los aspectos positivos que aporta una fluída y positiva relación entre civiles y militares, que permite que mediante el intercambio y el diálogo se combinen adecuadamente las visiones, y las experiencias de la administración (militares, y civiles que trabajen en este área), que normalmente obedece a lógicas corporativas798, y de los ciudadanos (el gobierno): dos elementos que deben comunicarse adecuadamente a la hora de programar e implantar las políticas públicas del área de la defensa.
La inquietud de los militares y el Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981
A lo largo de este trabajo se ha defendido que, por diferentes razones, la mayoría de los militares evolucionan con la sociedad, y ven como normal que después de la desaparición de Franco, España se integre plenamente entre los países de nuestro entorno. Si esto es así, ¿porqué se produjo el golpe de Estado? A pesar de que sólo fue una minoría de los militares los que lo organizaron, lo cierto es que existe un gran malestar en las Fuerzas Armadas, que va creciendo conforme la transición avanza799, y que el primer gobierno socialista se encuentra con unos ejércitos muy sensibles a los que hay que prestar mucha atención800.
Desde una perspectiva militar las reglas del juego están inconscientemente condicionadas por la percepción de la amenaza, y eso explica que en el caso español uno de los objetivos principales de muchos miembros de la Institución a principios de la década de los setenta es defender la paz, y que no vuelva a repetirse una guerra civil que marca la memoria colectiva801. La profesionalidad autónoma, por mucho que insista en la neutralidad política, mantiene la distancia con la sociedad, y permite que los miembros de la Institución, que no parten de la tradición del ciudadano-soldado como defensor ciego de la democracia802, todavía puedan plantearse buscar soluciones ante situaciones de incertidumbre que no ven resueltas por el gobierno o la misma democracia. Esta percepción de la amenaza puede manifestarse de una forma subjetiva, u objetiva y crear más o menos ansiedad entre los oficiales uniformados. La percepción subjetiva de la amenaza se relaciona en España con la situación política del presente y del futuro del país y la objetiva con la realidad terrorista que les afecta directamente.
A pesar de la apuesta por la profesionalidad, la percepción subjetiva se debe entender en el contexto de que durante la Guerra Fría, en Occidente se cuestiona la bondad de los partidos comunistas, al relacionarlos con agentes soviéticos desestabilizadores, lo que encaja perfectamente con el que los "cruzados" españoles de la Guerra Civil803 consideran su principal enemigo, y se abona con la gran preocupación que tienen los Estados Unidos de que en España se repita el éxito electoral que los comunistas tienen en Italia804. En este sentido tanto la legalización del Partido Comunista, a pesar de que es recomendado por el SECED, que como se ha explicado es un servicio militar de inteligencia, y aceptada por el Rey, cabeza de los ejércitos, y por Gutiérrez Mellado y su equipo, formado también exclusivamente por militares805; como la fuerte presencia parlamentaria de la izquierda son factores que subjetivamente influyen en el ánimo de muchos militares, que por otra parte caen en el engaño y la manipulación que la extrema derecha propicia806.
La percepción objetiva de la amenaza se refleja claramente por la tensión acumulada por los atentados terroristas. A pesar de los esfuerzos que repetidamente hacen las altas jerarquías militares, afrontando la situación y afirmando que los terroristas no conseguirían romper la disposición de ánimo de los ejércitos; lo cierto es que ésta no deja de incrementarse, y se manifesta cada vez con más gravedad en los distintos funerales que se suceden. Los militares pasan de la situación de pensar que son intocables, y que ETA se atreve a matar policías y guardias civiles, pero que nunca hará lo mismo con los militares, a encontrarse como un objetivo indefenso de una fuerza terrorista a la que no pueden, ni saben como combatir, y que les deja numerosos compañeros muertos, y la incertidumbre de la propia seguridad personal futura807. Según Alberto Oliart en entrevista personal la tensión es tremenda: "no sabes lo que era salir de casa y que te dijera el conductor... están diciendo por la radio que han matado a... y eso era un día y otro". Esto provoca que muchos militares vuelvan a dejarse influir por la presión de la ultraderecha que habla de la "democracia negra", de que "nos estan matando a todos", y que trata a los gobernantes como si fueran los asesinos de los militares808.
No es objetivo de este trabajo analizar en profundidad el golpe de Estado del 23 de febrero, no obstante, se va a defender la idea de que el papel del Rey, y de los servicios de inteligencia a finales del año 1980 y principios de 1981, mantiene la coherencia con lo que se ha desarrollado a lo largo del proceso de transición, en un momento en que el Gobierno está haciendo aguas, y los militares que acompañan la reforma desde el gobierno están absolutamente desbordados por la situación.
Se ha dicho en numerosas ocasiones que nunca se sabrá lo que ocurrió el 23 de febrero. Esta es una afirmación intencional que trata de confundir al observador. Lo que se deriva de la lectura atenta de la mayoría de la literatura, como de las personas entrevistadas, es que el Rey, y los servicios de inteligencia a sus órdenes, tratan de neutralizar una situación de golpe de Estado, que, finalmente, a pesar de que se les escapa de las manos, tiene un resultado positivo para la consolidación de la democracia en España. Desde este punto de vista el Rey sigue actuando de "timonel", y los servicios de inteligencia, al igual que el SECED previamente, de peones del mando en favor de la democracia, y del éxito de la transición política. La conclusión que se deriva de todo ello, y del ocultamiento intencional de los contactos políticos que tratan de evitar "el golpe", que se conoce que iba a producirse, es que ni el Rey, ni los servicios de inteligencia, ni los capitanes generales han de actuar más en una crisis interna del país; y que los partidos políticos han de acostumbrarse a dirimir responsablemente sus diferencias en el Parlamento atendiendo a los intereses del Estado809.
El caso personal del oficial X810 es ilustrativo de las contradicciones que muchos oficiales viven durante esta época, y muestra la complejidad de las experiencias y sensaciones que determinan las actitudes de éstos, y que lleva a que algunos que están a favor de la reforma política, y de la reforma militar, en algún momento se sientan tentados para hacer "alguna cosa" que evite que explote una situación que cada día es más insostenible, y que es percibida subjetiva y objetivamente como amenazante. Es importante tratar de entender todas estas contradicciones, para no hacer acusaciones injustas, ni cometer errores de juicio importantes. Es muy complicado hablar de la actitud de los militares como de un cuerpo homogéneo, cuando a pesar de la disciplina, son muchos los factores que conforman las respuestas personales a las situaciones. Desde otro punto de vista se prueba que apostar únicamente por la profesionalidad y la neutralidad política de los militares es una condición importante, pero no es suficiente para asegurar el retorno de éstos a los cuarteles. Es necesario que exista una interacción real entre civiles y militares, que se sientan funcionarios del Estado que conjugan sus habilidades específicas en orden a un mismo fin de servicio al país, y sometidos como todas las administraciones al control político del Gobierno. Sólo de esta forma se logra que la confianza mutua prevalezca, y que cada uno haga el trabajo que tiene encomendado, alejando tentaciones y permitiendo que la nación resuelva sus problemas a través de la representación de los ciudadanos en las Cortes, y de la acción que el Gobierno legítimo decida.
Recién salido de una academia militar que le ha confirmado sus valores conservadores, el oficial X es uno de los primeros en ir a los Estados Unidos a realizar diferentes cursos. Vuelve entusiasmado de las técnicas aprendidas, y deseando ser un auténtico profesional sin ningún interés por la política, aunque le parece mal la participación de los militares como apoyo del Régimen franquista no lo critica porque él no es un político. En seguida se muestra quejoso de lo poco que podrá poner en práctica los conocimientos adquiridos, y admira lo venido del extranjero. Destinado en África durante tiempo, con experiencia en combate real, se desanima todavía más cuando vuelve a la península y se encuentra con la realidad diaria de los cuarteles. Pluriempleado por necesidades familiares, manifiesta un tímido interés por saber que pasará después de Franco, e incluso asiste a alguna reunión política pro reformista, siempre teniendo cuidado en ser discreto. Apoya y desea el inicio de las reformas militares, para adaptar de una vez por todas a los ejércitos españoles en nuestro entorno.
Una vez en la transición el oficial X es el ayudante de un importante general, y sufre el acoso terrorista, viendo morir a amigos, y temiendo contínuamente por su suerte, y por la de su familia. Tensionado y crispado rompe a gritar en el entierro por el general Ortín: "Gobierno Dimisión", y "nos están matando a todos, ejército al poder". A partir de este momento empiezan a formarse una serie de alocados grupúsculos conspiradores, "por que hay que hacer algo", de los que a pesar de no estar integrado tiene notícias, y le llegan a preguntar si pueden contar con él "para hacer algo". Uno de los grupitos más importantes, que se organiza en torno al teniente coronel Meer de Rivera de caballería, ya que los coroneles sólo piensan en el ascenso, y que está relacionado con su jefe directo del batallón del Ministerio de Defensa, le da la orden, en otoño de 1980, de que cuando los carros estén en la Castellana, debe ir a detener a los generales del Estado Mayor del Ejército811.
El oficial X no se niega, y de hecho está dispuesto a cumplir la misión, pero por cuestiones de escrúpulos, y porque tiene pavor a la guerra civil, la cual recuerda perfectamente porque vió morir personas directamente, denuncia esta acción a Múgica, incorporándose a partir de este momento como asesor externo de algunas cuestiones para el PSOE. Pasado el 23 de febrero hace el Curso de Estado Mayor, que antes no era necesario para ascender a general, y vuelve a frustrarse, cuando tras nadar y guardar la ropa, no es promocionado al generalato, seguramente por formar parte de una unidad que ha sido calificada como golpista. A pesar de ello acaba su carrera militar con un mando militar en una operación de paz lo que le satisface enormemente.
Son abundantes las fuentes que sugieren que todo el mundo espera un golpe de Estado812, y que ello naturalmente genera mucha inquietud iniciándose los contactos políticos en orden a llegar a un gobierno de concentración que evite el pronunciamiento. Luis Solana ha visto las listas que se manejan de posibles ministrables en ese gobierno, y Antonio Cortina comenta respecto a algún nombre del que se afirma que estaba en ellas, que él no cree que estuviera porque Fraga no lo hubiera aceptado, lo que sin duda es un reconocimiento del pacto al que se llegó813.
Armada y los servicios de inteligencia trabajan en orden a desactivar un golpe de Estado militar. La fidelidad al Rey del primero, y la imagen que tienen los políticos de su persona avalan esta idea, en otro caso no habría tenido la facilidad de movimientos que dispuso para su actuación. Los servicios prestados en el pasado, y el perfil ideológico personal de Calderón y Cortina avala también este punto de vista respecto al CESID; no sólo no son de ideas ultraderechistas, sino que se habían implicado activamente en la reforma814.
La participación de ambos respondiendo al interés de la corona consiste en preparar una moción de censura cuyo primer paso es la elección de Herrero de Miñón como nuevo portavoz parlamentario de la UCD, y que Suárez evita con su dimisión, y "borbonear" un gobierno de coalición con un general a la cabeza que deje tranquilos a los militares que están a punto de organizar un golpe militar clásico, y permita la continuidad de la corona y de la democracia815. Después de que Armada logre desactivar en la calle Cabrera uno de los golpes que se estaban gestando, el de Milans del Bosch; Tejero continua su propia agenda personal tal como reconoce Pardo Zancada816, y finalmente precipita su pronunciamiento unilateralmente, arrastrando a los pocos desconcertados que encuentra817.
El conocimiento o desconocimiento de Armada, y de los servicios de inteligencia del movimiento de Tejero ha sido muy discutido, y resulta importante para entender el problema. Según Pardo Zancada lo saben porque a las seis de la tarde Armada le dice a Sáenz Larumbe que igual ocurre alguna cosa importante, y él se tiene que ir a la Zarzuela, por lo que le pide que le sustituya en su despacho y atienda las llamadas si esto se produce818. Según Gabeiras819 poco después de esa hora está despachando con Armada, y a las seis y veinticinco entran para avisarles de que ha habido un golpe de Estado. En su opinión el general Armada se sorprende, afirmando que por una parte si aquél hubiera sabido que iba a tener lugar un golpe de Estado no habría estado tan tranquilo despachando asuntos de trámite, y por otra en ese caso dos días antes, en una cena familiar que tuvieron con las esposas habría tratado de sondearle820. En todo caso es difícil de creer que a pesar de la sentencia que recae sobre su persona, Alfonso Armada hubiera actuado en contra de los intereses de la corona821, y es descabellado pensar que la corona no hubiera querido consolidar la democracia822. En conclusión en el caso español la profesionalidad y la neutralidad política ayuda pero no garantiza el regreso definitivo de los militares a los cuarteles. Éstos son protagonistas de la transición dándole su apoyo, y son protagonistas cuestionando públicamente la marcha del proceso, y manifestando en demasiadas ocasiones credibilidad en la minoritarias opiniones de las fuerzas de la extrema derecha. Se mantienen vigilantes, y algo distantes de la sociedad a la que pertenecen, interpretando las necesidades de cambio, con su propias divisiones internas, y sin acabar de entender los procesos que deben gobernar ni a la sociedad, ni a su propia Institución. El golpe de Estado significa el fin de la intervención directa de los militares, ya sea apoyando, o atacando el proceso de convivencia democrática, y no triunfa por varias razones: la primera por la oposición de la sociedad, de la que eran conscientes los militares, y de la que participan muchos de ellos; y la segunda por el miedo a que esa división en una institución que no es homogénea, pueda provocar una guerra civil que no es deseada por nadie.
537. Entre otros Felipe Agüero (1995), Fernandez López (1998).
538. Gomáriz (1979:71-87)
539. Gomáriz (1979:72)
540. Gomáriz (1979:72-73) Esta explicación está un tanto forzada. Así la respuesta a la reacción franquista a Arias conocida como el "gironazo", según Gomáriz, es la capitanía general de Madrid para Vega, y el ascenso a teniente general de Gutiérrez Mellado; y la respuesta al rechazo de Arias por el integrismo fue promover a Gutiérrez Mellado al Estado Mayor Central, y el desplazamiento de Gómez de Salazar a Valladolid, y de Villaescusa al Consejo Supremo de Justicia Militar -órgano que regula los ascensos en la cúpula-. Tras las manifestaciones de miembros de la policía y de la guardía civil el 23 de diciembre de 1976, se sustituye en la Guardia Civil al general Campano por Ibañez Freire, y en la policía armada a Aguilar por Timón de Lara.
541. Gomáriz (1979:75) Afiliación del príncipe como soldado honorario; visita del rey a la división acorazada, proclamación del Día de las Fuerzas Armadas.
542. Gomáriz (1979:79)
543. Esta creación posibilitaba la coordinación de los tres ejércitos a nivel de cúspide.
544. Gomáriz (1979:81) Como se ve con más detalle posteriormente, una comisión militar compuesta por diecinueve oficiales designados a propuesta de los jefes de Estado Mayor de los tres ejércitos realiza un anteproyecto que pasa luego a la Junta de Jefes de Estado Mayor, para ser modificado y desde ahí pasar directamente al Congreso.
545. Entre otros Justicia Militar, proceso de reequipamiento técnico, aumento de ejercicios y maniobras, aumento de salarios, reforma del sistema retributivo, jornada completa, extensión de la seguridad social, educación.
546. Gomáriz (1979:84)
547. Gomáriz (1979:87)
548. Vilanova (1980)
549. Describe la reforma detalladamente basándose sobre todo en los informes de gestión de Gutiérrez Mellado en los que muestra la clara intencionalidad, y el calendario que el gobierno tiene para impulsar la Reforma.
550. Vilanova (1980:405-406)
551. Vilanova afirma (1980:362) que se anuncia el calendario concreto de los pasos realizados en los informes que en otoño de 1976, 1977 y 1978 presenta Gutiérrez Mellado. Fernando Puell de la Villa (1997) por su parte publica, entre las fotografías que vienen despues de la página 128, el documento de trabajo para planificar la reforma militar de la Transición de fecha 4 de enero de 1977. Estos datos refuerzan la idea de que la reforma militar no es improvisada, sino que responde a una dirección perfectamente establecida y planificada.
552. Vilanova (1980:376) lo caracteriza como continuidad de los objetivos desarrollados, ritmo desigual en su consecución (en función de múltiples factores), y una real reestructuración orgánica de las FFAA.
553. Vilanova (1980:423-424)
554. Vilanova (1980:260-261) Los puntos básicos de dicha resolución son, según Vilanova: considerar positiva y necesaria la existencia de relaciones entre las Fuerzas Armadas y los representantes del pueblo español; expresar la voluntad de los grupos políticos de prestar la mayor atención a la problemática de la defensa nacional, y de promover la identificación del pueblo con las FFAA; afirmar que en un sistema democrático de Gobierno las FFAA tienen la misión de garantizar la soberanía e independencia nacionales y de defender la integridad de territorio del Estado y el ordenamiento constitucional; y finalmente prestar a las FFAA el apoyo preciso y la colaboración para cumplir con su misión, con el "común propósito de consolidar la democracia en España"
555. Vilanova (1980: 261)
556. Vilanova (1980:425)
557. Vilanova (1980: 392-398)
558. Vilanova (1980: 279)
559. Vilanova (1980:298)
560. Vilanova (1980:429)
561. Según afirma Busquets (1986) en septiembre de 1985 se celebra en Madrid un Congreso del CIFAS (Comité de investigación Fuerzas Armadas-Sociedad) que se centra en analizar el papel de las FFAA durante la transición. De entre las ponencias que se presentan Busquets selecciona una pocas que se publican en este número de REIS.
562. Diego López Garrido (1986: 153-169)
563. López Garrido (1986:157)
564. Este artículo ya había sido publicado en 1984 como "La reforma militar de los gobiernos de Suárez" en "Historia de la Transición" Diario 16: 681-683. La cursivas aparecen en el original.
565. Rodríguez Sahagún (1986: 194)
566. Rodrigo (1989:227) Olmeda no se muestra de acuerdo con este argumento. En su opinión Suárez por distintos motivos involucra a los militares en la política constitucional e institucional, aumentando si cabe su politización. Por esta razón afirma que no es posible hablar de control objetivo, como lo entiende Huntington para definir esa gestión política (Olmeda, Parrado 2000: 246). Sin estar totalmente en desacuerdo con Olmeda el espíritu de la reforma profesional de Gutiérrez Mellado se puede entender como Rodrigo plantea. Es cierto el argumento de Olmeda, pero también lo es que Gutiérrez Mellado apadrina a Rodríguez Sahagún como primer ministro de defensa, y que este militar se explica en el contexto de una transición cuya característica es el ir "reformando" desde dentro con prudencia, y tratando de no levantar mayores problemas. De esta forma hay que leer el programa de Gutiérrez Mellado como un camino hacia la profesionalidad, y el control civil objetivo de Huntington -aunque efectivamente no puede hablarse de la existencia de éste durante su período como ministro de defensa-.
567. Rodrigo (1989:229) Este argumento parece contradecir lo que tanto el mismo Rodrigo, como Agüero no dejan de repetir en sus trabajos sobre la no participación de los militares en política en los últimos tiempos del franquismo.
568. Rodrigo (1989:231)
569. Rodrigo (1989:249)
570. Rodrigo (1989:249)
571. Rodrigo (1989:303-304) señala la dimisión del teniente general José Vega Rodríguez que renuncia a su puesto de Jefe del Estado Mayor del Ejército por discrepancias con Gutiérrez Mellado.
572. Rodrigo (1989:307)
573. Busquets (1999: 290 y ss). También en entrevista personal.
574. Olmeda no está de acuerdo con esta tesis. En un seminario organizado por el Departamento de Ciencia Política de la UNED que tiene lugar en 1990 Olmeda presenta una conferencia que llevaba por título "Las relaciones civiles-militares y el cambio politico en España 1975-1986" (recogida con pequeñas variaciones en el Volumen II de la Unidades didácticas de Ciencia de la Administración de la UNED. Olmeda, Parrado, 2000:239-262). Olmeda afirma que a pesar de que la cuestión militar ha sido escasamente tratada en las compilaciones que han trabajado la transición española, la importancia de ésta ha sido tradicionalmente señalada. Para apoyar esta idea recoge la siguiente cita de Cotarelo, De Blas 1987, 2:379 "y el hecho de que el Ejército fuera, en el fondo, el último garante del gobierno de Franco hizo que las Fuerzas Armadas tuvieran una importancia capital durante la transición democrática en España, hasta el extremo de que no es exagerado sostener que esta transición no es otra cosa que una transferencia definitiva del poder de los militares a los civiles, retirándose aquéllos a los cuarteles en el marco de un ordenamiento constitucional cuya emergencia tutelaron"(Olmeda, Parrado, 2000: 240). Para Olmeda la Institución Militar condiciona de forma acusada la agenda, el ritmo y la intensidad del cambio (Olmeda, Parrado, 2000: 244) y los militares no sólo participan directamente en el gobierno sino que aumentan su participación institucional con el puesto de Vicepresidente para Asuntos de la Defensa, ejerciendo una gran presión durante toda la transición lo que se evidencia entre otras cosas, con el destacado tratamiento constitucional de éstas (Olmeda, Parrado, 2000:242).
575. Agüero (1995:87)
576. Agüero (1995: 101)
577. Agüero (1995:102)
578. Agüero (1995: 116)
579. Agüero (1995: 165) Parece una afirmación muy aventurada que además Agüero no justifica adecuadamente. Los proyectos de reforma que se estudian en el CESEDEN, y que se discuten publicamente, con la aceptación de la mayoría de los militares hablan de la necesidad de la existencia de un ministro civil. Diferentes militares a los que se entrevista comentan los deseos que entre los militares hay de que se nombre finalmente un ministro de defensa que no sea militar. Por ejemplo el general de división Nogueras Biel en entrevista personal comenta la anécdota que un profesor suyo de organización en la escuela de Estado Mayor, que afirma año tras año: "hasta que no venga un ministro con bombín esto no se arreglará". Esta idea ha sido confirmada por otros entrevistados.
580. Agüero (1995: 160) Más tarde se desarrolla lo que Julio Busquets piensa acerca de este punto, y que no coincide en nada con lo que Agüero señala. Hay que leer también las opiniones especialmente de los juristas sobre el título 8 de la Constitución para tener una idea más precisa.
581. Agüero (1995:196). Como se ha mostrado anteriormente esto no es así. Más avanzado su estudio Agüero matiza su afirmación reconociendo en alguna medida que el CESEDEN contribuye a expander la idea de la necesidad de la coordinación entre los ejércitos, y que proliferan los estudios sobre diferentes temas profesionales. Algunos de ellos incluso son críticos sobre la estructura vigente de la organización de defensa española (Agüero 1995: 209).
582. Agüero (1995:216) No acaba de entenderse como es que si los civiles controlan una agenda de transformaciones, necesitan de militares liberales para neutralizar a los que no pueden actuar -en la lógica de Agüero-, porque no estan cerca de los núcleos de decisión. Tampoco se entiende el porqué de la reforma militar. La postura más cómoda hubiera sido no prestar atención a los temas militares durante la transición, para no provocar a la Institución, y desarrollar los cambios políticos. Sin embargo la reforma militar, como se ha mostrado, tiene una agenda claramente definida, y se implanta con una fuerte decisión gubernalmental desde que Gutiérrez Mellado asciende a posiciones de decisión.
583. Agüero (1995: 223)
584. Agüero (1995:228) Ya se ha mostrado en otro lugar la oposición al concepto "liberal" aplicado a los militares reformistas que se aglutinan en torno a Díez Alegria y Gutiérrez Mellado. El discurso de Agüero simplifica una realidad que como se ha mostrado anteriormente es mucho mas complicada.
585. El hecho de que el trabajo que realiza Puell de la Villa sea una biografía le impide aprovechar con más detalle todas estas fuentes de información, ya que el texto hubiera quedado desequilibrado. Por otra parte él mismo ha comentado en entrevista personal que le falta tiempo para analizar el archivo de Gutiérrez Mellado del Ministerio. Queda para una investigación posterior hacer una valoración general de la documentación que se encuentra en ese fondo.
586. Puell de la Villa (1997:192)
587. Puell de la Villa (1997:189). Éste se muestra de acuerdo con la percepción de Suárez.
588. Puell de la Villa (1997:190-191)
589. Puell de la Villa (1997: 192)
590. Puell de la Villa (1997:193)
591. Por otra parte ya se ha mostrado como entre las élites que ayudan a la transformación política se encuentran muchos militares de las generaciones posteriores a la guerra civil. También se ve esta influencia en el propio equipo de Gutiérrez Mellado. Por otra parte, el mismo Puell de la Villa (1997: 197-198) matiza esta opinión comentando que a pesar de los conflictos sigue existiendo una gran número de militares dispuestos a apoyar el proceso democrático: "El análisis de la correspondencia particular de Gutiérrez Mellado en los años que permaneció en la Vicepresidencia del Gobierno, muestra que muchos compañeros de armas compartían sus ideas, respaldaban su labor y, al amparo de la confidencialidad que ofrecía el correo, no dudaban en expresarle su afecto y solidaridad. Un colectivo en general poco propenso a dirigirse por escrito a los ministros del Gobierno, le envió 120 cartas y telegramas de apoyo en enero de 1979 tras las bochonorsas escenas del patio del Cuartel General del Ejército a la salida por el funeral por el general Ortín; por el contrario, un año antes, cuando se decretó el cese del general Prieto, jefe de Zona de la Guardia Civil, sólo recibió 14 escritos de repulsa".
592. Puell de la Villa (1997:203-205)
593. Puell de la Villa (1997:204)
594. Puell de la Villa (1997:204)
595. Hay que recordar que el trabajo de Puell es una biografía completa, y que aquí interesa destacar únicamente sus aportes al estudio de la reforma militar.
596. Constituida por el Presidente del Gobierno, el vicepresidente primero, el ministro de Justicia, los titulares de las tres carteras militares, y los de Hacienda y Gobernación.
597. Puell de la Villa (1997:205) La tarea se divide en cuatro grandes áreas: 1.organización superior de la Defensa, 2. Dotaciones presupuestarias, 3.política conjunta de personal, y 4. Competencias de la jurisdicción militar.
598. Puell de la Villa (1997:207)
599. Puell de la Villa (1997:208)
600. Puell de la Villa (1997:210)
601. Puell de la Villa (1997: 212-214)
602. Fernández López (1998:119)
603. Fernández López (1998:266)
604. Fernández López (1998:49)
605. Fernández López (1998:124-127)
606. Fernández López (1998:131). Vega tiene serios problemas con el vicepresidente, dimitiendo como Jefe del Estado Mayor del Ejército por problemas con el primero. Previamente ha aspirado a ocupar el puesto que el Rey y Suárez ofrecen a Gutiérrez Mellado como vicepresidente del Gobierno, polemizando en alguna ocasión incluso sobre su mejor capacidad para ejercer el cargo.
607. Destaca los nombramientos de Gabeiras e Ibañez Freire, las presiones de Gutiérrez Mellado sobre los diputados para no incomodar a los ejércitos, el nombramiento de Rodríguez Sahagún como ministro de defensa [del que dice que no sabe formar su propio equipo, no sabe dominar el Ministerio, y al que los problemas le sorprenden la mayoría de las veces], el tratamiento constitucional de las FFAA. Destacando todas las acciones que Fernández López considera errores de planteamiento del Gobierno, este autor muestra una falta de coherencia notable. Da la impresión de que todo lo que intenta Gutiérrez Mellado tiene que ser erróneo, beneficie ya sea a los que Fernández López califica como liberales o como reaccioniarios. Así es negativo que el vicepresidente se salte la cadena de mando para nombrar a un militar de confianza, porque levanta animadversiones entre los militares y tampoco es bueno que trate de presionar a los diputados para que sean suaves en determinados puntos con el objeto de que no se alteren los ánimos de los mismos militares.
608. Fernández López (1998:155)
609. Fernández López (1998:150) Ya se ha mostrado a lo largo del texto disconformidad con la simplicidad de este argumento. Es cierto que la posición del Rey es clave para mover las voluntades, y fomentar la obediencia, y que su posición al lado de la democracia es determinante. No obstante es difícil de creer que el Rey se enfrentara a la opinión mayoritaria de sus compañeros si ésta fuera radicalmente en contra del cambio. El Rey, como los militares, y como la sociedad, desea que España sintonice con las democracias occidentales, y sabe que para que se integre como una más, ha de llevar a cabo una serie de cambios. ¿Alguien puede creer que otro escenario hubiera sido posible a medio plazo en España?
610. Él se inclina a pensar que el golpe de Estado no es posible porque los militares no lo consienten. En el caso de que los reaccionarios hubieran triunfado, en su opinión, hubiera habido una guerra civil, porque se habrían opuesto militares que como él mismo se manifiestan a favor de la democracia (Fernández López 1998: 263).
611. Fernández López (1998:136) A pesar de ello para los militares, según su opinión, cumplieron lo que el Rey determinó. Éste hizo la transición que le pareció entender, y los ejércitos se subordinaron a esa decisión.
612. Fernández López (1998:140)
613. Recientemente ha publicado un libro titulado Diecisiete horas y media. El enigma del 23F.
614. La actitud de los militares ante la transición, etc...
615. Lo que refleja en sus memorias había sido publicado anteriormente tanto en una serie de artículos publicados en 1984 en Historia de la Transición; y en un artículo "La legislación militar en la transición española" que aparece en 1991.
616. Busquets (1999:289) Además este autor se refiere también a la rehabilitación de los militares que han perdido su carrera por demócratas.
617. Los portavoces del Partido Socialista hasta 1982 son Enrique Múgica, Luis Solana, y el mismo Busquets.
618. Busquets (1999:290)
619. Busquets (1999:291) En la comisión de Presupuestos: las de las víctimas de la guerra, de dotaciones de armamento y material, de celadores de prisiones militares, y las de presupuestos de Defensa; en la comisión de Justicia: reforma del código marcial; en la de Interior: reorganización y desmilitarización policia nacional; en la de Hacienda: temas de acuertalamientos.
620. Por ejemplo: infórmese sobre la aplicación del RD 6/78.
621. Parece una alusión indirecta al trabajo de López Garrido.
622. Busquets (1999:297)
623. Busquets (1999:284-287) En relación a este punto explica la Reforma del Código de Justicia Militar, que está a punto de ser abortada en tres ocasiones desde que en octubre de 1977 se decide llevarla a cabo en los pactos de la Moncloa, hasta noviembre de 1980 en que se publica en el BOE: "si tres meses antes del 23-F, el 22 de noviembre de 1980, el BOE número 280 no hubiera publicado la ley 9/80 reformando el Código de Justicia Militar, las condenas a los golpistas habrían sido ridículas"
624. Busquets (1999:271)
625. Busquets (1999: 271) afirma que éstos elaboran un trabajo muy serio, y que aconseja a Múgica que los felicitase públicamente por el gran esfuerzo, y solicitase para ellos una cruz blanca de mérito militar.
626. Busquets (1999:257) El político catalán recuerda que ya anteriormente existie una fuerte presión de los militares sobre los legisladores en la gestión de la ley 46/77 de Amnistía Militar para impedir que los oficiales de la UMD expulsados de las FFAA recobren sus carreras.
627. Busquets (1999:258)
628. Busquets (1999:262)
629. Busquets (1999:263)
630. Hace referencia al número 1340 del 23 de abril de 1974. Ya se ha hablado de este proyecto que presenta Díez Alegría. Esto es una prueba más de la continuidad con la que Gutiérrez Mellado y su equipo afrontan una reforma que se viene elaborando y madurando desde muchos años atrás.
631. Busquets (1999:298)
632. Busquets (1999:299)
633. Serra (2000: 173-195). Había desarrollado una conferencia parecida el 26 de enero de 1999 en la London School of Economics que lleva por título: "La consolidación de la democracia en España: La reforma militar".
634. Serra (2000:173)
635. Serra (2000:174) Hasta 1984 como afirma Busquets éste no es real.
636. Serra (2000:177-179)
637. Serra (2000: 181)
638. Serra (2000:181)
639. Platón (2001:361)
640. Al hablar de mando militar en este sentido da por sentado una posición política determinada -en este caso hacia la no participación política-, e indirectamente insiste en el autonomismo que permite que los militares adopten una posición determinada. En cualquier caso Platón no señala los autores que son imprecisos, ni concreta los argumentos con los que no se muestra de acuerdo. En el caso de la inexistencia de las presiones, no entra a discutir lo escrito previamente ni por Busquets, que seguramente es el texto más conocido, ni otros menos conocidos pero que como se ha visto también insisten en la presión de los militares sobre los Constituyentes.
641. Platón (2001:363-364) "Por otra parte, la larga agonía de Franco permitió que su muerte no cogiese a nadie por sorpresa. Las expectativas consideradas lógicas se cumplieron: la sucesión se llevó a cabo según lo previsto y sin que en ningún momento existiera vacío de poder".
642. Platón (2001:380-381)
643. Platón (2001: 395)
644. Es curioso porque anteriormente se considera a los militares que participan en el Gobierno como representantes de la Institución, y a Gutiérrez Mellado, si bien se le trata con respeto, se le bautiza como político. Platón (2001:413)
645. Es interesante ver como este autor no carga las tintas contra Gutiérrez Mellado, ya que los militares que colaboran con él consideran que el programa de éste tiene respaldo entre los militares profesionales, cuyos principios consideran indiscutibles. Al mismo tiempo, no obstante muestra desagrado ante el estilo del general, y pone de manifiesto el rechazo de muchos de sus compañeros. Los militares que aconsejan a Platón en mayor o menor medida son colaboradores del general Gutiérrez Mellado, y se mueven en la ambiguedad del que nada entre las aguas. Parece que consideren que la reforma es necesaria, pero sin pretender ofender a ningún crítico de Gutiérrez Mellado.
646. Platón (2001:442)
647. Platón (2001:446) En este sentido tampoco es una presión militar, ni es significativa la petición de autonomía que supone el afirmar el éxito de la tramitación parlamentaria de las Ordenanzas, que realizadas por una comisión de militares, no encuentra muchas críticas en el parlamento: "En conjunto no pudo salir mejor: el debate había sido brevísimo, y la votación unánime. La regulación de las Fuerzas Armadas no planteó a los constituyentes el menor problema político. Esta circunstancia encajó con el propósito militar de permanecer lejos de la polémica". (Platón: 2001:455)
648. Platón (2001:450)
649. Platón (2001:469)
650. Platón (2001:470)
651. El coronel Cirera afirmaba en entrevista personal "el ejército aquel africano, franquista, el de la guerra no podía adaptarse... no es culpa de nadie...tenía que desaparecer; el pueblo ya no reclamaba a un ejército como aquel"
652. Además ya se ha mostrado como una parte muy importante de éstos ven los cambios en la sociedad española como inevitables y necesarios para integrarse como uno más de los países del entorno cultural español.
653. Así lo explica Julio Busquets en entrevista personal.
654. Hay que tener presente que Vilanova escribe esto en 1980 lo que muestra la incertidumbre del momento.
655. Entrevista personal con Puell de la Villa.
656. El general Michavila en entrevista personal manifiesta que los militares ya no quieren ser más la columna vertebral de la Nación, ya que ella ha de serlo el Gobierno; los ejércitos deben ser como los puños para defenderse.
657. El general Jesús Maldonado manifesta en entrevista personal el alivió que los militares experimentan con el primer aumento del sueldo: "dijimos menos mal"; subrayando asímismo algunas transformaciones que el ejército empieza a experimentar, como un nuevo plan de instrucción, recursos para maniobras, y la creación de las compañías de operaciones especiales: "Cuando entra la democracia nos sube el sueldo a los militares, nos equiparan a los otros funcionarios... y entonces recuerdo que el ejército empieza a transformarse... el ejército de África era muy bueno, había muchos recursos, pero el de la península, quizás incluso no podía hacer muchas maniobras... no había muchos recursos... eso es una realidad... entonces el ejército era más bien de guardias, desfiles y nada más... pero es a partir de la llegada a la democracia, cuando se pone un plan de instrucción un poco interesante, donde ya se dedican recursos económicos a hacer ejercicios, maniobras, se crean las compañías de operaciones especiales... las boinas verdes nacen en esa época... (un poco antes de que muera Franco le parece recordar)... pero ya son unas unidades que se están diez días, de cada mes... en el campo... eso es una cosa extraordinaria... que una unidad, tipo compañía, pueda estar diez días en el campo... durante doce meses al año... 120 al año... eso es extraordinario para la formación del ejército... y es a raíz de esa época... que es cuando se transforma el plan de instrucción...
El plan de instrucción... desde un punto de vista civil, la gente solo piensa... el soldado de reemplazo... el servicio militar no vale para nada... no tenemos enemigos... pero nadie piensa en que el ejército tiene que instruirse... formarse los mandos... se tienen que formar con unas unidades en el campo... tienen que saberse mover en el campo tácticamente.
Eso normalmente el civil no lo comprende, y entonces hace falta hacer maniobras, ejercicios... y es a raíz de los años setenta y algo... cuando ya se cambia el plan de instrucción, y cuando cambia por completo la filosofía de la instrucción, y hay más recursos económicos para hacer maniobras...
Hay maniobras, pero yo creo que el plan de instrucción del ejército es posterior al 75, porque además yo he estado de capitán en la operación Rebeco 75 que fue en Cataluña, siendo capitán general Salvador Bañuls, y hay una fotografía en la que se ve al entonces príncipe de España, y al teniente general Bañuls que le está explicando... maniobras sí que hay, pero lo que es el cambio de la instrucción con salidas... el nuevo plan de instrucción... primero hay una fase de periodo básico, para moldearle un poco como soldado, y después viene las salidas alfa, beta y gama... La salida alfa es una salida de tipo compañía, para que el capitán sepa manejar las secciones de la compañía... y el apoyo de sus fuegos pequeñitos que tiene... la salida beta es de batallón, sale un batallón con tres compañías, y con una de armas de apoyo... y el comandante o teniente coronel... tiene que aprender a hacer ejercicios, y manejar compañías, con apoyo de sus fuegos... y la salida gama es una salida tipo brigada... en la cual un cuartel general, con un Estado Mayor dirige a los batallones, que son los peones que tiene una brigada... dirige a los batallones, y a la artillería de apoyo de los ingenieros... clara hay que saber manejar una brigada...
Después se instauran también los ejercicios que se llaman de simulación... para evitar también gastos de tantos recursos se hacen los DIRSICOM (Dirección y Simulación de Combate)... yo participé en muchos... aquí en capitanía organizamos bastantes... Eran los ejercicios llamados Delta... los delta, ya son de un teniente general, con un cuartel general ficticio, aunque hecho por gente del Estado Mayor, y una especie de Juego de la Guerra... y nada más que planes mayores de mando... planas mayores de artillería, de ingenieros, de batallones de infantería, cuarteles generales de brigada... cuartel general de división...
Salíamos al campo, y hacíamos incluso situaciones de 48 horas seguidas de ejercicios, con planteamientos de situaciones difíciles, para ver como los mandos se acostumbran a decidir..."
658. Puell de la Villa amplia este aspecto en entrevista personal afirmando que Gutiérrez Mellado es un hombre dolorido por unas críticas que acepta muy mal, y sufre en silencio: "daba golpes contra la mesa". En opinión de Puell incluso el general probablemente no está convencido de lo que está haciendo: "seguramente se creía en el deber de hacerlo, estaba convencido racionalmente, pero no emocionalmente".
659. Fernández Sequeiros en entrevista personal.
660. Como sostienen Fernández Sequeiros, y un coronel que no desea citado en entrevista personal. Por otra parte el general del Ejército de Tierra Iñiguez del Moral comenta en entrevista personal que el ritmo considerado en el contexto tampoco es tan lento. Se hicieron muchas reformas en poco tiempo según su opinión.
661. Como comenta el general de división del ejército de tierra Nogueras en entrevista personal. Entre las primeras destaca las que tienen que ver con las personas (la prórroga del compromiso contractual de los oficiales de complemento, la asistencia sanitaria y la Seguridad Social, el dejar libre el sábado, el normalizarse dentro del ámbito funcionarial y la subida de sueldos). El incremento en los salarios es conocida como la "bufanda", según Nogueras, comentario que hace relación a que esto es una especie de solución que tranquiliza, y silencia a los militares -al taparles la boca, y protegerles del frío-. En este sentido también el general de división del Ejército del Aire Benjamín Michavila justifica el aumento de sueldos al afirmar que si se quiere tener personas motivadas que no se muevan exclusivamente por ideales hay que pagarles bien: "era injusto que los otros funcionarios del Estado tuvieran otros niveles económicos".
662. Narcís Serra en entrevista personal. Esta perspectiva profesional se evidencia según Serra en que por ejemplo las Ordenanzas sean uno de los primeros objetivos del ministro. Seguramente si éste hubiera sido un civil sus prioridades hubieran sido otras.
663. Puell de la Villa en entrevista personal.
664. Puell de la Villa todavía va más lejos al insistir en que Gutiérrez Mellado siempre cuenta con sus compañeros, y sigue los pasos reglamentarios. El argumento tiene su importancia porque una de las críticas más importantes que recibe Gutiérrez Mellado es que prescinde de sus compañeros, y se transforma en un político partidista.
665. Alberto Oliart, Luis Solana, y Narcís Serra en entrevista personal.
666. Durante su período que es consumido sobre todo por el juicio a los golpistas del 23F, destacan la reforma de plantillas, la ley de dotaciones que prevee el gasto cada cuatro años, y la entrada en la OTAN, que abre un mundo de amenazas reales a los ejércitos, y que se realiza, según su testimonio, a pesar de que el entonces ministro de asuntos exteriores de la URSS Gromiko se entreviste con el Presidente del Gobierno español Leopoldo Calvo Sotelo, y le amenace con el incremento del terrorismo en España si el ingreso en la OTAN tiene lugar.
667. Entrevista personal con Luis Solana.
668. Puell de la Villa (1997:178)
669. Otros compañeros del curso de Estado Mayor son, según Puell de la Villa (1997:124): Santiago Díaz de Mendívil, Alfonso Pérez Viñeta, Miguel Cuartero Larrea, Miguel Moscardó, o Francisco Sintes Obrador. A pesar de que ejerciendo su función como ministro Coloma Gallegos -en la Pascua militar de 1975- declare en un conocido discurso que la naturaleza de las FFAA está más allá de las opciones políticas concretas, y que no es compatible hacer política mientras se forma parte de éstas (Vilanova, 1980:216), lo cierto es que Coloma es conocido por su oposición a la apertura, y por la utilización de los tribunales militares en la transición para perseguir las injurías hacia el ejército en las que supuestamente han incurrido el periodista Huertas Clavería, y Albert Boadella director teatral de "Els Joglars".
670. Puell de la Villa (1997:55)
671. Es muy conocido el episodio del ascenso de Gabeiras a teniente general, que despierta muchas críticas por que se ven obligados a ascender a otros generales de división sin vacante para justificar la elección de Gabeiras como Jefe del Estado Mayor del Ejército. Es interesante recoger la visión del propio Gabeiras sobre los problemas de ascensos, y el estilo de miedo o precaución que preside la actitud del Vicepresidente del Gobierno ante este tema. En este fragmento de la entrevista conservada en la Fundación Ortega y Gasset se muestra la presión que el propio Gabeiras ejerce sobre Gutiérrez Mellado, tratando de conjugar la ecuación ascensos reglamentarios, personas idóneas y fieles : "En los problemas de ascensos y cosas de esas, hubo precaución, por no decir miedo, y yo le dije al Guti muchas veces que no... que no debía ser... que puesto que los ascensos en el generalato es diez clasificados en el primer tercio del escalafón, puedes ascender a cualquiera, al primero, al segundo, al tercero o al cuarto... de modo que de generales de división habían 40 y tantos, a teniente general podían ascender entre los trece primeros... sin que pase nada... y ascendieron muchos mantas... y cuando pasó a la reserva Manolo Nadal, que era el último artillero, teniente general, no había ninguno, porque Gutiérrez Mellado había pedido el pase a la reserva como vicepresidente, yo le dije antes de ascender a Manolo Nadal querían ascenderme, porque no había ningún artillero... pero hombre, si estás de número siete... entre los trece y no hay ningún artillero... me ascendió y ascendió a Milans... Si no llega a estar Quintana de Capitán General de Madrid el 23F, y yo de JEME, ni unos ni otros...". En cuanto al pequeño margen de maniobra que se tiene para destinar a los generales tanto Cassinello, como un militar de los servicios de inteligencia que no desea ser citado, confirman que las recomendaciones de los Servicios para trasladar a algunos militares son claves a la hora de distribuir a los militares que necesariamente deben de ser ascendidos, pero que son inconvenientes por su poca disponibilidad a la transformación del sistema.
672. Gutiérrez Mellado regresa al ejército el 18 de noviembre de 1963 después de siete años de excedencia Puell de la Villa (1997:144)
673. Entrevista personal con un coronel que no desea ser citado.
674. Pinilla comenta en entrevista personal que redacta un estudio bastante exhaustivo que le es solicitado por el Vicepresidente. Sin tener noticias de que otras personas hubieran recibido el mismo encargo, se muestra convencido de que así fue, y que Gutiérrez Mellado se deja asesorar por diferentes personalidades militares.
675. Gabriel Cardona comenta en entrevista personal que Constantino Ortín había sido su coronel, y por ello lo conocía mucho. En la guerra éste estaba en Murcia donde tiene que esconderse, y finalmente es encarcelado. Incorporado después nuevamente es mirado mal por los franquistas que le ponen muchos problemas. Hombre inteligente, licenciado en matemáticas, es muy conservador, pero según Cardona comprende que hay que cambiar. Busquets desvela un pasaje suyo con Ortín en el que el general le anima a continuar en el ejército a pesar de la presión que recibe: "Yo he aguantado mucho y ahora estoy aquí, de general de división y director general de enseñanza" (Busquets, 2000:223). Otro militar colaborador de Gutiérrez Mellado que Cardona destaca porque a pesar de su fuerte cuadro de valores conservadores trata de cambiar, y adaptarse, fundamentalmente por su fidelidad al Rey, es el secretario de las Ordenanzas, el historiador militar Ramón Salas Larrazabal.
676. El País, 14-5-1981
677. Tanto en Martínez Inglés (1994: 34-36), como en su más reciente estudio del año 2001 donde reitera sus afirmaciones.
678. Que fecha en 1979. Martínez Inglés (1994:35)
679. Cardona en entrevista personal.
680. Lo que también confirma el general Pinilla en entrevista personal al afirmar que tuvo diferentes problemas con Aramendi sobre el ritmo de la reforma cuando éste era director de la Academia General Militar, y Aramendi Director General de Enseñanza Militar.
681. Colaborador de Aramendi en entrevista personal que no desea ser citado.
682. Unos días antes del suicidio este colaborador le comenta a Aramendi la posibilidad de pedir el retiro, y de olvidarse del ascenso a teniente general, por la enorme presión que soporta, y por la depresión de que es objeto. El general le contesta que debe ser fiel al mando, porque éste le ha encargado una misión. Cuatro o cinco días después se suicida.
683. Entrevista personal con el general Lobo.
684. No forma parte del Gabinete del Ministro porque es requerido para el cuarto militar del Rey.
685. Lo que le causa algunos problemas entre sus compañeros al no saber dirigir las reuniones de "puertas abiertas" donde trata que se discuta su reforma pero sin aceptar las lógicas críticas que se derivan de la invitación a participar.
686. Entrevista personal con el general Angel Lobo.
687. Además éste ya se ha conocido con Gutiérrez Mellado en otras ocasiones. Según comenta Puell de la Villa en entrevista personal los miembros del gabinete tienen repartidos los papeles, a pesar de que todos trabajen intensamente en todos los temas. Torres Caplane es el jefe del Gabinete, Iñiguez lleva la parte militar, Losada la parte política, Gullón la parte administrativa, y Del Río la parte de material: "el trabajo de gabinete eran todas las tardes del año con Gutiérrez Mellado; entraban a trabajar a las siete de la tarde, y había días que salían a las tres de la madrugada".
688. Entrevista personal con Fernández Sequeiros.
689. Entrevista personal con Puell de la Villa. En este sentido un coronel que no quiere ser citado expresamente comentó que tal era su obsesión de que no era correcto implicar a los militares en la lucha política, que llevó que el general rechazase la guerra sucia contra ETA: "ya que el ejército no puede implicarse en estas cosas... ni siquiera en el tema de ETA".
690. Entrevista personal con el general Lobo.
691. Por poner dos ejemplos: para el general Jesús Maldonado de Arjona el hecho de que existan civiles en direcciones generales es quizá desaprovechar lo que el propio militar conoce de las interioridades del ejército. En su opinión el general seguramente podrá gestionar y distribuir mejor los recursos, porque aporta dos ventajas: un mayor conocimiento del interior de los ejércitos, y la obediencia al superior. Según el general Benjamín Michavila es un error considerar que la defensa es una cosa sólo de militares. La defensa es responsabilidad de todos, y el que los políticos se involucren en estos temas es importante. No obstante éstos deben involucrarse positivamente, ya que en muchos casos lo único que han querido es eliminar lo que se consideraban privilegios de los militares, más que en hacer una política de defensa.
692. El País, 28-3-1980
693. El País, 22-5-1980
694. Suárez Pertierra (1988:2413-2414)
695. Suárez Pertierra (1994:18)
696. Entrevista personal con Narcís Serra.
697. Suárez Pertierra (1994:19)
698. Ministro de defensa desde el golpe de Estado de febrero de 1981, hasta la derrota de la UCD en octubre de 1982.
699. Entrevista personal con Oliart.
700. Entrevista personal con Narcís Serra.
701. Ministro de Defensa desde 1982 a 1989.
702. Entrevista personal con Narcís Serra.
703. Lo que avala la idea de que hubiese sido similar el resultado si se hubiera estudiado los otros años con el mismo detalle. El vaciado de las noticias relacionadas con las FFAA aparecidas entre 1977 y octubre de 1982 ocupan un total de 3.500 páginas de periódico lo que confirma la gran importancia que tuvo este tema a lo largo de la transición.
704. Lo que vuelve a demostrar que es imposible que los militares no sepan lo que supone la transición. Las reformas se van aprobando simultáneamente a esta complicada situación. Gutiérrez Mellado reclama prudencia a todo el mundo mientras mantiene el rumbo a pesar de las dificultades. Una buena imagen que refleja su accionar es la de un capitán de barco que permanece en el timón a pesar de la tormenta manteniendo el rumbo marcado, lo que llega a agotar y "estresar" al vicepresidente.
705. El País quiere transmitir la idea de que la recuperación de Gibraltar es posible si España ingresa en la OTAN y la CEE.
706. Esta petición de permiso a las FFAA muestra por un lado la prudencia del gobierno, pero también evidencia que los militares está al tanto de las reformas. Éstas en el terreno militar son planteadas por militares, asumidas por los políticos, y finalmente aprobadas por la máxima autoridad de la cadena de mando militar. Todos estos pasos son previos a la inclusión de estas funciones en la Constitución que más tarde es aprobada por el pueblo español.
707. Es común que aparezcan todo tipo de informaciones que quizás hoy en día parecen menores, pero a los que se presta bastante atención: nombramientos, ascensos, o perdidas de destino de militares y sus correspondientes biografías, accidentes militares, asistencia del Rey a maniobras, y otras actividades que aún pareciendo menores tienen un importante significado para la Institución. Ésto evidencia el alto nivel de atención que la opinión pública centra en las FFAA, lo que significa que preocupa la actitud de éstas en relación al proceso político del momento.
708. El principal colaborador es Antonio Sánchez Gijón que trata temas profesionales militares, y apuesta por la necesidad de la integración en la OTAN. Sus artículos deben ser entendidos desde la óptica de la profesionalidad. Habitualmente son positivos y buscan la complicidad del militar "moderno", mostrando incluso en alguna ocasión críticas al estilo del vicepresidente militar, del que sin embargo normalmente habla bien. Camilo Valdecantos defiende la política reformista seguida por Gutiérrez Mellado, y José Altozano trata las futuras funciones de los ejércitos en el orden constitucional. Los comentarios recogidos de otros medios de comunicación, nacionales o internacionales siempre destacan el buen camino de la reforma y la neutralidad política de los militares. Finalmente sobre todo hacia final de año militares cercanos a la UMD como Jose Luis Pitarch y Luis Otero cobran protagonismo defendiendo a sus compañeros -Otero es unos de los expulsados de las FFAA-, o ofreciendo sus puntos de vista sobre el futuro de los ejércitos (Fuerzas de orden público, función militar, Ordenanzas...etc).
709. En orden a valorar convenientemente la importancia númerica de los días en que aparecen estas notícias hay que tener presente que el periódico no es publicado los lunes. Días/Noticias se refiere a la cantidad de días en los que aparecen noticias relacionadas con las FFAA. Otras notícias refleja el número de aquellas que no son ni columnas de opinión, ni editoriales ni portadas.
710. El Pais recoge informaciones sobre la participación del Rey en dos ceremonias de condecoraciones, cuatro maniobras militares, cuatro inauguraciones, tres entregas de diplomas, tres audiencias a militares, y seis desfiles o demostraciones de las FFAA. Además de ello las tradicionales recepciones de la Pascua Militar, y del aniversario de don Juan Carlos.
711. Lo que lleva a que Hugh Thomas y Raymond Carr afirmen el 25 de junio a El País que el trato del Rey con los militares es una garantía de la democracia.
712. El País 7-1-1977.
713. El País, 5-5-1977.
714. El País, 7-12-1977
715. El País, 25, 28 y 29-5-1977
716. El País, 13, 14, 15, 16, 17- 5- 1977
717. Recogiendo valoraciones de Le Monde (17-4-1977), o de Informaciones (19-4-1977)
718. El País 15-5-1977. Tres días después en el congreso provincial del Partido en Madrid, Luca de Tena matiza que AP lucha para que se mantenga la misión institucional del ejército: "no pretendo pedirle al ejército la defensa del inmovilismo, sino la defensa de las leyes, sean de la clase que sean. AP luchará para que la misión institucional del ejército se mantenga"
719. El País 17-5-1977
720. El País 15-5-1977 (Dominical). A finales de año Otero colabora activamente con el periódico a través de una serie de artículos de opinión.
721. El País 1-5-1977. Como se verá más adelante sí que hace insistencia El País en los juicios hacia militares pertenecientes a la UMD.
722. La UMD había prometido que se disolvería tras las elecciones democráticas. El País 28-6-1977.
723. El País 20 y 21-9-1977.
724. A carácter de anécdota es curioso como Lister anuncia que si las cosas siguen en el mismo rumbo en cuatro o cinco años se producirá un golpe de Estado (El País 10-11-1977)
725. La importancia de los nombres de los políticos que componen la comisión muestra el interés político del parlamento en este momento: Presidente: Enrique Mújica (PSOE), vicepresidente: Jordi Pujol (CIU), Antonio Pérez Castro (UCD); Secretarios: Emilio Martín Villa (UCD), Alonso Puerta (PSOE). El País 12-11-1977, recogida anteriormente por Vilanova.
726. El País, 8-12-1977
727. El País, 15-12-1977
728. El País, 18 y 21-12-1977
729. El País, 6, 11, 12, 16, 18, y 19-1-1977; 15, 16, y 17-2-1977; 19-3-1977; 13, y 29-4-1977; 10, 11, 12, 25.27, y 29-5-1977; 1-7-1977; 6, 8, 18, y 30-9-1977; 4, y 13-10-1977; 4, y 22-11-1977.
730. El País, 1, 20, 22, y 24-5-1977; 5-5-1977; 19-6-1977, 24, 28-7-1977; 2, 13-9-1977; 5, 7, 8, 15-10-1977; 29-12-1977.
731. No se tiene información suficiente pero quizá éste es uno de esos temas en los que había que actuar con prudencia.
732. El País,. Editorial 28-8-1977.
733. El País, 21-5-1977.
734. El País, 16-7-1977.
735. El País, 16-11-1977.
736. El País, 22-12-1977.
737. El País, 26, y 28-10-1977.
738. El País, 12-1-1977.
739. El País, 15-1-1977.
740. El País, 9-2-1977.
741. El País, 10-2-1977
742. El País, 22 y 30-4-1977
743. El País, 7-7-1977
744. El País, 11-10-1977
745. El País, 11, 12, 13, 17, 18, 19, y 20-2-1977.
746. El País, 12-2-1977.
747. El País, 7, 10, 11 y 12-5-1977. Aunque no se puede probar, ante la insistencia, da la impresión de que existiera una campaña estadounidense por el ingreso de España en la organización.
748. El País, 12-5-1977.
749. El País, 15-5-1977.
750. El País, 15-6-1977
751. El País, 8-12-1977. En honor a la verdad hay que decir también que a lo largo del año recogen las opiniones del PSOE contrarias a la integración en la OTAN, favoreciendo de esta forma el debate que solicitaban. Como ejemplo de ello el 17 de febrero Felipe González se declara contrario a la entrada, y a partir del 24 de julio Emilio Menéndez del Valle en una serie de tres artículos explica la posición de neutralidad del PSOE, y su desagrado con la política de bloques.
752. Puell de la Villa en entrevista personal. En su opinión las Ordenanzas es la política más importante de Gutiérrez Mellado, porque será la única que transcienda y perdure durante mucho tiempo, a consecuencia de que los ejércitos son muy conservadores, y no permitirán su transformación.
753. Ramón Salas Larrazabal (1986 113-157).
754. Laguna Sanquirico y de Salas (1986: 120 y ss); Laguna Sanquirico (1979: 400ss).
755. Diferentes artículos aparecidos en El País, Informaciones Políticas, La Calle, Diario 16, y Gaceta Ilustrada entre 1978 y 1982.
756. G. Suarez Pertierra (2000: 259-287). Este artículo se redacta originalmente para presentarlo en las Jornadas Académicas "Veinte años de Reales Ordenanzas" organizadas por el Instituto Gutiérrez Mellado en 1998. En ese mismo acto entre otros el teniente general Miguel Iñiguez del Moral presenta "Las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas en el marco jurídico de la defensa"; y el general Javier Aparicio Gallego "Comentarios sobre las RROO y la jurisdicción militar, en relación a la Constitución".
757. En este sentido es interesante recoger la opinión de Miguel Silva -miembro de la comisión de elaboración de las RROO-, y que publica en El País el 25-6-1978: "la remisión de este proyecto de ley a las Cortes es muy significativa, ya que las FFAA someten aquello que define lo más íntimo de su ser, la regla moral de la Institución, a la consideración de los representantes del pueblo, único depositario de la soberanía nacional. Serán, pues, diputados y senadores, los que fijen en definitiva los principios éticos y morales que deben informar la vida del militar. Actuaciones de este tipo son las que permitirán ir creando ese clima real de confianza en las instituciones democráticas y el engarce perfecto de nuestras FFAA, con ellas. Creo que estas ideas compartidas, por tantísimos españoles es bueno que se expresen públicamente por un militar profesional".
758. Salas Larrazabal (1986: 116)
759. Lo que como se ha visto lleva a que algunos se cuestionen su constitucionalidad.
760. Suárez Pertierra (2000:278). Hay que recordar que Narcís Serra atribuye al carácter militar-profesional del general Gutiérrez Mellado la prioridad de esta aprobación. En su opinión, como se vio si el ministro hubiera sido civil hubiera tenido otras prioridades. Por su parte Miguel Silva en el artículo anteriormente citado de El País, 25-6-1978 señala: "estamos tan acostumbrados a declaraciones que luego no se traducen en realizaciones prácticas, que produce gran satisfacción el observar cómo en éste caso la idea tan repetida de que las FFAA habían asumido, claramente el proceso de cambio que vive la sociedad española, empieza a plasmarse en hechos concretos, en mi opinión más significativos que mil declaraciones (...) mucho más importante es comprobar cómo en la actualidad el espíritu de esas declaraciones se va conviertiendo en realidades tangibles"
761. Entrevista personal con el general de brigada del Ejército de Tierra Francisco Laguna.
762. Un coronel que no desea ser citado comenta en entrevista personal que ni siquiera se piensa en la posibilidad de que hubiera civiles participando en este trabajo: "yo creo que no era ni planteable. Ni por parte de los militares, ni por parte de los civiles". La lógica de la profesionalidad autónoma lleva que si es una norma para los militares debe ser elaborada por ellos que sonn los profesionales.
763. Que las había adoptado desde su creación.
764. Salas Larrazabal (1986:125). Un coronel que no desea ser citado en entrevista personal comenta que: "todo el mundo entendía que había que renovar las Ordenanzas. Hasta los oficiales de guardia ... un montón de disposiciones... hasta las cuestiones más nímias estaban reguladas. Era necesario hacer un nuevo marco, y hablar de cuestiones actuales de la vida del militar... y de la unidad...". Por su parte el general Laguna Sanquirico ironiza, en entrevista personal, con que en las últimas ediciones de lo que se enseña, como Ordenanzas, en las academias militares, están realizadas por una imprenta que se llama Hernando. Ningún organismo oficial interviene, y Hernando decide lo que está obsoleto poniéndolo en letra pequeña, y lo que está vigente al ponerlo en letra grande.
765. Salas Larrazabal (1986:116)
766. Salas Larrazabal (1986:116)
767. Salas Larrazabal (1986:118)
768. Salas Larrazabal (1986: 118)
769. Salas Larrazabal (1986:119)
770. Suárez Pertierra (2000:265) "El apego a la tradición se manifiesta, quizás mejor que en otros campos, en las técnicas que se emplean para aprobar las Reales Ordenanzas (...) Es ciertamente una ley, pero dispone de un cierto regusto a carta otorgada"
771. Salas Larrazabal (1986:122)
722. Salas Larrazabal (1986:122) Según un coronel que no desea ser citado, en entrevista personal, las Reales Ordenanzas debían hacer innecesarias el estatuto del militar profesional. Al parecer el grupo socialista tenía muy elaborado el Estatuto del Militar profesional, que quería proponer en Cortes, y que había elaborado un catedrático de Granada.
773. Suárez Pertierra (2000:264) define este concepto: "en tanto que poder organizado con una idea compartida de la obra a realizar en tanto que modelo de organización divergente de la organización civil y que, por serlo, favorece la autonomía militar"; Así según este autor: "Este modelo de lenguaje [corporativo en la línea de las organizaciones fuertemente cohesionadas] está tan enraizado en determinadas capas militares que provoca el rechazo a la incorporación de términos que son más propios de aquello que quiere definirse, que otros supuestamente más vinculados con el quehacer profesional de la organización militar".
774. Esta opinión ha sido sugerida por Suárez Pertierra (2000:277). La disciplina es un concepto tradicional de los ejércitos, y la neutralidad política forma parte de la esencia del concepto "profesionalidad".
775. Salas Larrazabal (1986:122) Señalado también por un coronel que no desea ser citado en entrevista personal: "(...)a parte de la bibliografía que nos dieron...régimen interior francés, régimen interior ruso, régimen disciplinario ruso, portugués, italiano (todo estaba traducido)". El general Laguna también afirma que manejan documentación de diez o doce países.
776. Salas Larrazabal (1986:122)
777. Un coronel que no desea ser citado en entrevista personal afirma que además se utilizan para trabajar los mismos locales que ocupa la CORGENAR debajo del cuartel general de la Armada.
778. Vocales. Por el Ejército de Tierra: coronel Infantería Enrique Fernández de Lara, comandantes de Infantería Hilario Martín Jiménez, Francisco Laguna Sanquirico, Daniel Serradilla Vallinas, el comandante auditor Vicente López Henares y el capitán de ingenieros Miguel Silva Muñoz; Por la Marina: capitán de navio Raúl Hermida y Sánchez de León, capitán de corbeta Pedro Fernández Nuñez -que fue sustituido por el comandante de máquinas Antonio Pazos Gómez-, y comandante de Infantería de Marina Gonzalo Parente Rodríguez; Por el Ejército del Aire: teniente coronel Luis de Marimón Riera, comandante Miguel Ruiz Nicolau, y capitán interventor Agustín Albadalejo. Asesores: Histórico, coronel infantería José Gárate Córdoba; Filológico, comandante Infantería Miguel Alonso Baquer; Jurídico, comandante jurídico del Aire Miguel Saénz de Sagaseta de Ilurdoz. Finalmente el 30 de noviembre se incorpora también el teniente coronel capellán Pablo Cabrera Arias como asesor religioso, que tiene que informar de cuanto se refiera al respeto de la libertad de conciencia, de pensamiento y religión.
779. Francisco Laguna en entrevista personal. Apoyando esta idea también un coronel que no desea ser citado, que en entrevista personal afirma que "el grupo de trabajo fue formidable", y que no son escogidos por ningún criterio ni ideológico, ni de ningún tipo, excepto que son conocidos por haber hecho algún trabajo, o por las inquietudes. Excepto en la Armada que es la más jerarquizada y la más representativa de su ejército. De hecho los nombrados se representan a sí mismos, y no responden ante nadie por sus opiniones: "no consulté con nadie desde el punto de vista jeráquico. Yo era un miembro de la Comisión trabajando. Consultaba con todo aquel que me parecía, y leía libros y el material que nos habían facilitado".
780. Que después de una interrupción culminan para el caso del Ejército de Tierra en 1983. A esta nueva fase se incorporan nuevos militares, estando compuesta durante tiempo únicamente por el general Galisonga y Miguel Silva, que según un coronel que no desea ser citado, en entrevista personal, "era el alma" de la Comisión.
781. Francisco Laguna en entrevista personal.
782. Presididas por Hilario Martín, Francisco Laguna, y Enrique Fernández.
783. Incluye todo seis títulos. El preámbulo y el título preliminar se encarga a la ponencia dirigida por Marimón; los títulos I, II, III a la de Hermida; y IV y V a la de Enrique Fernández.
784. Entrevista personal con el general Laguna: "E: ¿Había distintas visiones a la hora de plantear los debates?
L: Si, pero no había bandos, por así decirlo. Naturalmente había gente más joven. En concreto en la comisión de Ordenanzas había uno que yo lo había tenido de alumno en la academia. De alguna manera pertenecíamos a generaciones distintas. Y alguno de los asesores había sido profesor mío. Había de todas las generaciones. No hubo partidos concretos. Naturalmente se polarizaron en actitudes diferentes, primero hay que tener en cuanta que el Ejército de Tierra, y el Ejército del Aire, tenían la misma normativa, y sintonizaban más fácilmente. En cambio en la parte de la Armada había una actitud distinta, no digo que recelosa, pero sí más polémica con respecto a muchos artículos, entre otras cosas, porque no les sonaban determinadas actitudes, y determinadas frases. Igual que para el del ejército de tierra, no le sonaban determinadas frases que para el marino, tenían un contenido. Esto presentaba un tema de discusión que no respondía ni a actitudes políticas, ni sociales, sino a la realidad de que unos habían tenido unas ordenanzas que eran más antiguas, las de la Marina eran más antiguas que las de Carlos III, y otros más nuevas. Además de eso no cabe duda que el factor generacional influyó, pero hay que tener en cuenta que el Presidente, y el secretario fundamentalmente, porque el vicepresidente lo teníamos en una postura más intermedia, eran personas de la antigua generación, pero de un talante enormemente abierto. Esto facilitó el que hubiera una corriente más intergeneracional. No hubo posturas enfrentadas rotundamente, la mayoría de los miembros se podrían llamar jóvenes. Llamando jóvenes a personas de mediana edad, comandantes, y la mayor parte capitanes, y las posturas más tradicionales, y más conservadoras, de las personas que más habían vivido, bueno pues aceptaron bastante bien, y aportaron muchísimo de lo que es tradición".
785. Salas Larrazabal (1986:128)
786. Salas Larrazabal (1986:128) Afirma que inicialmente se piensa en que debe ser promulgada por el Rey en condición de Jefe Supremo de las FFAA, pero pronto acuerda que debe de ser una ley votada en Cortes por los Representantes.
787. A pesar de que la Comisión esté compuesta por militares, los Jefes de Estado Mayor están marcando al ministro su posición, y haciendo valer la indefinida doble cadena de mando que les confiere el poder en éste tipo de cuestiones. Gutiérrez Mellado a pesar de no ser más un militar en activo actúa como tal, y ello molesta a las autoridades militares que no aceptan que el ministro interfiera en sus competencias.
788. Según Laguna hay gente que lo interpreta mal, porque dice que para que se les explica si ellos no pueden discutir las ideas. "Se tuvo que decir claramente que los proyectos de ley donde se tenían que discutir eran en el Congreso, o en el Senado. Nosotros explicábamos el borrador del proyecto que se había enviado".
789. Lo que permite que las condenas al 23F fueran severas.
790. Busquets (1999:270-271): "Las mejoras introducidas en el Congreso gracias a nuestras enmiendas corrigieron aquello que era incompatible con el nuevo orden constitucional. Por ejemplo: se suprimió algún artículo poco feliz, como el 4, así como alguna alusión al confesionalismo religioso (artículo 15). Se matizó el sentido de la obediencia al modificarse los artículos 28, 34, 95...; se introdujo la conveniencia de la formación intelectual (artículo 44), el respeto por el trabajo manual (artículo 58) y el acatamiento y cita explícita de la Constitución en siete artículos, etc."
791. La explicación de Laguna, en entrevista personal, a por qué de la aprobación de las Ordenanzas inmediatamente después de la Constitución muestra la ingenuidad del "profesional" que no contempla el panorama general de la reforma, ni la importancia de que los militares desde el primer día quedan subordinados a lo que la Constitución refleja tanto desde el punto de vista organizativo, como desde el punto de vista de los postulados morales: " L: No, no. Las Ordenanzas podían haberse aprobado, a lo mejor un mes antes de la Constitución, porque habiendo terminado el proyecto de Ley en Enero, febrero el trámite de cualquier Ley, no llega nunca al pleno antes de septiembre o de octubre. Pero por qué se aprobaron el día después de aprobar la Constitución. Hay una razón puramente de técnica política... tocaban algunos temas, que era lo lógico que estuvieran refrendados por la Constitución, no era lógico que se dijera que respetarían la Constitución, antes de que hubiera una constitución, no parecía que se dijeran determinadas cosas sobre el idioma que se podía emplear, o la bandera, sí la Constitución no había dicho nada, o hablase de que era muy importante el servicio militar, si la Constitución no refrendaba esto... La Constitución podía haber dicho otras cosas. Entonces, aunque se redactó en paralelo, la lógica era que primero se aprobase la Constitución, y luego la Ley que ponía que era muy importante que los militares respetasen la Constitución... entonces se trataba de que se aprobase de inmediato, y lo inmediato fue al día siguiente, antes de que se disolvieran las cámaras.
E: ¿Porqué de inmediato?
L: Porque si ya estaban discutidas por las Comisiones, y se disolvían las cámaras, sin aprobarlas, entonces tenía que volver a empezar el trámite parlamentario. Que las Ordenanzas que estaban terminadas, podían haber tardado un año más en aprobarse... gratuitamente. Porque las Leyes que quedan pendientes, tienen que volver a iniciar todo el trámite parlamentario. No parten del punto en el que están. No parecía lógico que si ya estaban terminadas, y había un acuerdo mayoritario, y era importante para el nuevo paso, el que hubiera unas ordenanzas para la Institución militar: se pudo haber tomado otra opción. La opción más lógica es hombre si ya lo tenemos acordado, apruebese.. En qué momento, después de la constitución, cuando al día siguiente. El último pleno del senado es cuando se aprobó".
792. Coronel que no quiere ser citado en entrevista personal.
793. Esta segunda etapa debe abarcar normas específicas para cada ejército en lo referente a las obligaciones de sus miembros y a la vida y régimen interno de las unidades militares; desarrollo en disposiciones de rango inferior considerando detalles concretos de los principios generales enunciados; y normas generales que regulen la administración, seguridad, disciplina y otros aspectos de la vida militar.
794. Pardo Zancada (1998:57)
795. Suárez Pertierra (2000:287)
796. Suárez Pertierra (2000: 283)
797. Lo que queda de manifiesto en la satisfacción que siempre ha tenido por el trabajo realizado en la Reforma de las Ordenanzas.
798. Anthony Downs (1967)
799. Arrinconando del centro de atención la importancia que para los ejércitos tiene la reforma militar.
800. Entrevista personal con Narcís Serra, y con el teniente general del Ejército de Tierra Emilio Alonso Manglano.
801. Paloma Aguilar (1996).
802. Que por otra parte es el sistema político que le dota de sentido.
803. Así se autocalifican los que valoran a la guerra civil española como "la cruzada de la liberación".
804. Entrevista personal con un coronel que no desea ser citado.
805. En este sentido es interesante recoger la impresión del general Aramendi, que como se ha visto apoya a Gutiérrez Mellado, pero que según un colaborador suyo, que no desea ser citado, opina que los comunistas eran muy malos, ya que hicieron mucho daño en la guerra civil -además afirma que los conoce bien porque había luchado con la División Azul-. De los colaboradores cercanos al vicepresidente en el momento de la legalización del PCE dimite del gabinete Agustín Muñoz-Grandes Galilea, que pasa al Alto Estado Mayor, y luego al cuarto militar del Rey.
806. A lo que se une la incertidumbre provocada por el tema de las Autonomías que en ese momento es considerado por la mayoría de los militares como una amenaza potencial de ruptura nacional.
807. Entrevista personal con un coronel que no desea ser citado. Éste todavía recuerda con horror, cómo no quieren retirar los generales los distintivos de sus coche oficiales, y cómo vive la situación de psicosis permanente. Acompañante habitual del general Aramendi sufre intensamente esa tensión, y recuerda todavía la conversación que sobre seguridad personal tiene con los acompañantes de Gómez Hortigüela unos días antes de ser asesinados en un atentado de ETA.
808. Entrevista personal con Alberto Oliart. Hace bastante insistencia en esta presión de la ultraderecha que es la que lleva por ejemplo a Aramendi al suicidio, o al presidente del tribunal militar contra los inculpados en el 23F a pedir la baja por problemas de salud: "A Álvarez le observó un psiquiatra militar... y el Jefe de Sanidad Militar informó a los Jefes de Estado Mayor en mi despacho... "hay que quitarlo de ese puesto inmediatamente, porque puede pasar cualquier cosa... está con una depresión total"".
809. Esa es la principal lección que los españoles dan al hacer desaparecer prácticamente a la UCD en las elecciones de octubre de 1982.
810. Este es un caso real explicado en entrevista personal por un coronel que no desea ser citado.
811. Este no es el único tipo de movimientos. Martínez Inglés (1994, 2001) insiste en los movimientos de los tenientes generales, y un coronel que no desea ser citado comenta en entrevista personal unas entrevistas de tenientes generales con el general Vega en Madrid -cuando éste todavía no ha dimitido- (en la casa de la suegra de Suárez Inclán, ayudante de Vega, en la calle Ortega y Gasset). Por su parte Pardo Zancada (1998:122) explica las reuniones en octubre de 1980 de San Martín con otros coroneles y tenientes coroneles, entre otros señala a Emilio Alonso Manglano, que luego destaca en el 23F por su papel en la neutralización de su unidad. Todas estas inquietudes son sintetizadas por el famoso documento del CESID que estaba en manos del gobierno: "Panorámica de las operaciones en marcha", distribuido en noviembre de 1980. En este sentido es poco explicativo el artículo reciente de Jesús de Andrés (2001), en el que afirma que no puede hablarse de diferentes estrategias conspirativas en el 23F. De Andrés no explica adecuadamente ni justifica esta opinión que viene a igualar a Tejero, Milans y Armada; y que en el fondo desconoce el resto de estrategias conspirativas.
812. Hay que destacar a pesar del cuestionamiento de los dos primeros los libros de Amadeo Martínez Inglés (1994, 2001), Pardo Zancada (1998), y Jesús Palacios (2001). Desde diferentes perspectivas no sólo aportan datos valiosos y reflexiones interesantes, sino que incluso se complementan, partiendo de presupuestos muy diferentes, y llegando a conclusiones distintas. A través de la lectura atenta de éstos se pueden ver luces, y resolver preguntas. La explicación de José Luis Cortina que se encuentra en el libro de Pilar Urbano (1997:348-354) también es de necesaria lectura para entender el golpe.
813. Según Antonio Cortina manifesta en entrevista personal.
814. Confirmado por el general Luis Pinilla que comenta en entrevista personal la imposibilidad de que éstos militares, antiguos miembros de FORJA, participen de un golpe involucionista. En el caso de Vicente Gómez esto es distinto. Ha sido subordinado de Tejero en el País Vasco, y tiene buena relación con él. Según explica en entrevista personal el vota en contra de la Constitución; no obstante después de que ésta esté aprobada es la norma y hay que defenderla. Después de pasar 6 años en la cárcel sigue defendiendo su inocencia, y la de Armada, con el que pasea mucho por la prisión, y al que considera una víctima del resultado del Golpe de Estado.
815. En todo caso la situación era irreversible porque el pueblo tarde o temprano habría dado la vuelta a una posible involución.
816. Pardo Zancada (1998:195)
817. Esta precipitación es fundamentalmente la causa del fracaso del pronunciamiento, que obliga a que el Rey se tenga que "batir" telefónicamente con la mayoría de los preocupados capitanes generales que no esperan, ni conocían ese pronunciamiento, y que probablemente unos meses más tarde hubieran organizado uno más organizado y definitivo, según se comenta en los círculos políticos del país.
818. Pardo Zancada (1998:276)
819. Entrevista conservada en Fundación Ortega y Gasset.
820. En este mismo sentido el general de ejército del Ejército del Aire Fernández Sequeiros comenta en entrevista personal que él está cercano al despacho de Gabeiras, y que entra en el momento del comunicado, viendo también la cara de sorprendido de Armada. Muchos años después, y sin conocimiento previo de las opiniones de Gabieras realiza las mismas declaraciones.
821. Esta es también la opinión personal del general de división Luis Pinilla, que conocedor de Armada afirma que en todo caso a lo mejor se deja llevar por la soberbia de creer ser la solución, pero que es muy difícil que traicionara sus ideales. Entrevista personal con Luis Pinilla.
822. Esto no quiere decir que en algún punto Armada se hubiera equivocado en sus maniobras. Las diferentes posturas de Juan Carlos I a lo largo de toda la transición hacen afirmar eso sin ningún tipo de duda.