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Mujeres militares abogan por más inclusión,
participación y equidad de género en las FFAA
Texto:
Pablo Osoria Ramírez
La Paz, 12 Jul (Erbol/PL).- La
posibilidad de luchar por la integridad de las naciones y la
defensa de la soberanía de los pueblos no constituye un hecho
exclusivo de hombres, lo es también de las mujeres que, de a
poco, ganan espacio en los escenarios militares.
Ese
pronunciamiento primó durante un encuentro celebrado en la
ciudad boliviana de La Paz, sede del gobierno, y que reunió a
oficiales, cadetes y alumnas de institutos militares de
Argentina,
Chile,
Colombia,
Ecuador, Perú, Venezuela,
Brasil, España y el país sede.
Sus intervenciones y
análisis, sin importar procedencia, tenían un denominador
común: buscar que las Fuerzas Armadas sean más inclusivas,
participativas, con equidad de género e igualdad de
oportunidades.
Históricamente las mujeres que
intervenían en conflictos bélicos lo hacían como parte de los
grupos de retaguardia o prestando servicios sanitarios,
señalaron.
Empero a tenor de los cambios, ellas exigen
mayor presencia en los quehaceres de los ejércitos, y
fundamentan sus argumentos en principios de equidad y enfoque
de género, los cuales, a su juicio, deben encontrar asiento y
protección en las instituciones castrenses.
TEMAS A
DEBATE
Los deseos de deliberar sobre esos temas son
demasiado grandes, opinó durante el referido foro la
representante de la Red de Seguridad y Defensa de América
Latina, la argentina Marcela Donadio.
Sin dudas, existe
la voluntad de hacer avanzar la preparación de la mujer en
asuntos relativos a la salvaguarda de los Estados,
subrayó.
Las delegadas a esa cita coincidieron en que a
pesar de haber logrado insertarse en el mercado laboral, la
batalla para superar estigmas ocupacionales y de rango por
género continúa.
En esa línea, las oficiales o las que
están en vías de serlo, dejaron entrever el apoyo que
necesitan de instituciones estatales, entre ellas, las Fuerzas
Armadas, a través del servicio militar y de centros e
institutos de formación.
Según los documentos y
proyectos debatidos, en muchos países aún son consideradas
como fuerza laboral secundaria y no se cumplen, o muchas veces
se cumplen a medias, normas de derecho
internacional.
Donadio valoró como positivo la
posibilidad de intercambiar y apreciar aciertos y desaciertos
que en materia de inclusión e igualdad de oportunidades
mostraron las delegadas de cada una de las naciones presentes
en el seminario.
Aplaudida fue la idea de crear una red
de comunicación entre mujeres militares, a la cual también
invitaron a los hombres, con el fin de compartir las mejores
experiencias y buscar acercamientos en las estrategias
castrenses latinoamericanas.
Igual de importante
resultó la interrelación entre los países, que según Donadio,
va más allá de diferencias históricas y
políticas.
“Hemos visto compartir a oficiales de
naciones que hace 15 años nunca hubiéramos imaginado podrían
estar sentadas juntas a una misma mesa, a pesar de existir aún
una situación conflictiva”, destacó.
Una parte de los
debates la dedicaron a los intereses de las féminas en
participar en operaciones internacionales para el
establecimiento de la paz, lo cual consideran una arista que
los ejércitos deben replantear, debido a su escasa
intervención en ese tipo de misiones.
En ese sentido,
citaron resoluciones de la Organización de Naciones Unidas
donde se promueve mayor asistencia de las mujeres en esos
frentes, ya sea como observadoras militares, policía civil o
personal dedicado a tareas humanitarias.
MÓNICA HABLA
DE PERSPECTIVAS
Para la teniente de navío Mónica
Carrillo, de la Armada del
Ecuador, la vida no se torna fácil dentro de las Fuerzas
Armadas, un mundo que tradicionalmente ha sido dominado por
hombres y fue reglamentado para ellos.
“No podemos
negar que ha habido discriminación en algún momento por el
hecho de ser mujeres”, reconoce la oficial con más de 20 años
dentro de la fuerza naval de esa nación
suramericana.
Subraya que competir en un escenario
machista y masculinizado, ha sido el gran desafío de las
féminas incorporadas a instituciones militares por decisión
voluntaria y propia.
“El mundo cambia, y con él la vida
de las Fuerzas Armadas, por tanto, ver a una mujer uniformada
detrás de un cañón, encima de un barco o piloteando un tanque
de guerra ya nos es problema”, enfatizó.
Carrillo
resaltó las trasformaciones paradigmáticas que se observan en
los escenarios latinoamericanos, no solo en el ámbito militar,
sino también en otras instituciones, con la llegada de mujeres
a funciones históricamente monopolizadas por
hombres. |