Título: El pensamiento estratégico y la inteligencia estrategica en la resolución de conflictos. Un enfoque actual
Fecha: 01/10/2002
Idioma: español
EL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO Y LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA EN LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. UN ENFOQUE ACTUAL
Roberto Duarte
Abogado
I. Consideraciones Generales
Los estados en general formulan y desarrollan políticas en los diferentes campos de interés que integran la realidad de cada uno de ellos, y justamente para el ejercicio de tales funciones, es que resulta necesario conocer la diversidad de situaciones conflictivas que deberán ser detectadas, identificada y comprendidas, para que las eventuales soluciones, que se adopten en el marco de tales conflictos, sean oportunas y plausibles.
La tipología de los conflictos actuales, requiere de todo actor comprometido, una eficaz y eficiente tarea de prevención de los mismos, para anticiparse y no ser sorprendido por las contingencias que caracterizan toda dialéctica de voluntades.
La presencia en el contexto internacional de las llamadas "nuevas amenazas", que hoy ya empiezan a ser denominadas "viejas nuevas amenazas", produce un importante desafío para los decisores que tienen la responsabilidad de conducir los estados, ya que estos fenómenos generan riesgos y oportunidades, y si los actores los saben detectar de modo adecuado, la realización de sus valores y demás fines, es posible, controlando los riesgos y aprovechando las oportunidades.
A propósito, en los estados que tienen vigencia los principios, las instituciones y las acciones democráticas, pero donde recientemente estuvieron conculcados los derechos y libertades de las personas, aparece como una actividad primordial la integración cívico militar, y es por ello que la seguridad interior y la defensa nacional, son cuestiones que requieren permanente debate y un gran esfuerzo para la reconciliación, porque son particularmente ámbitos donde se han dado las fricciones más relevantes.
La creciente interdependencia de las personas, derivada de la continua expansión y presencia de los medios de comunicación social, que vinculan masivamente las sociedades entre sí y las aproximan a los problemas existentes en cualquier región del mundo, sumado al dinámico proceso de globalización que impacta a todas las formas de actividad humana, requieren metodologías y herramientas de aprendizaje que faciliten la interpretación de la fenomenología de los conflictos actuales.
La experiencia cotidiana nos muestra que en general las personas, ya sea en sus actividades personales, profesionales, institucionales y académicas, tienen serias dificultades para identificar y comprender la esencia de los problemas o conflictos en los que se encuentra involucrados, o que deben estudiar por las funciones que desarrollan.
Tales dificultades, tienen efectos no deseados, muchas veces muy desfavorables para los decisores, cualquiera sea el nivel de decisión que ocupe, ya que si la identificación, interpretación y compresión de la cuestión central que debe resolver no es correctamente enunciada y planteada, la solución y las acciones que planifique y programe serán equivocadas, inconsistentes, inadecuadas, es decir habrá pérdida de tiempo, recursos y oportunidades.
Si a nivel de las interacciones individuales los conflictos tienen una gran diversidad en los grados de complejidad, cuando la interacción se da entre grupos sociales instituciones, organizaciones estatales, organizaciones supranacionales, organizaciones no gubernamentales los problemas y conflictos tienen características que hacen mucho más difícil el estudio de los mismos.
La experiencia en el estudio de conflictos, muestra que las personas, tanto decisores como los analistas asesores, a menudo tienen dificultades para detectar e identificar las cuestiones esenciales, el problema principal a estudiar, y otros problemas que si bien aparecen muy imbricados, revisten carácter de secundarios. Las consecuencias de una lectura equivocada de las cuestiones esenciales de un conflicto, conducen a la adopción de soluciones desacertadas, que muchas veces hacen escalar a niveles inaceptables las situaciones conflictivas, o son inconducentes.
En síntesis, frente a una situación incierta, compleja, poco estructurada, donde es necesario adoptar decisiones, aparecen dificultades para:
- La identificación del problema principal de una situación conflictiva.
- La identificación de los actores, fines, medios, valores, intereses, objetivos y acciones que están presentes.
- La comprensión acabada de la dinámica que tienen los factores de tal situación.
- La solución y respuesta al problema principal
- La percepción de los conflictos secundarios que se plantean y que incidencia tienen sobre el principal.
- La evaluación y verificación del comportamiento de la solución y respuesta producida.
Estas dificultades, como tantas otras que se presentan cuando se pretende resolver conflictos, pueden subsanarse si se recurre algún instrumento metodológico, que llevado a la práctica, permita que las unidades decisionales puedan identificar, interpretar, comprender, formular soluciones y proponer respuestas plausibles.
Si bien se proponen diversas técnicas para contribuir con el decisor durante el proceso de decisiones, para que dicho proceso sea lo más eficaz y eficiente posible, considero oportuno y de una utilidad muy grande recurrir a una herramienta milenaria, pero con enfoques modernos: la estrategia, pero la estrategia como manera de pensar en conflicto, como una método intelectual que necesariamente debe ser empleada antes de realizar cualquier formulación de planes y programas, y mucho antes que ejecutar acciones para alcanzar objetivos.
La realidad actual, dentro de la cual se desarrollan las sociedades, está caracterizada por una gama diversa de riesgos y amenazas para la estabilidad y vigencia de las instituciones fundamentales de los estados democráticos, la seguridad internacional y, la seguridad y bienestar de las personas, que generan escenarios tumultuosos, cambiantes, imprevisibles, vertiginosos. Sin lugar a dudas, estas circunstancias confieren una dinámica muy novedosa a los conflictos, y por ello requiere que el estudio de los mismos se realice de modo multidisciplinario y empleando instrumentos adecuados a esta realidad, poniendo como fin ulterior de cualquier especulación, la vida humana y su contexto.
Esta actualidad entonces requiere que los decisores tengan espacio y tiempo par especular como actividad previa a cualquier tipo de formulación de planes y programas, pensamiento este que permita conocer acabadamente los problemas esenciales, la trama de fines y medios que generan los actores, los riesgos y oportunidades que surgen, las fortalezas y debilidades que se atribuyen en un conflicto que resulta de interés.
La tarea fundamental es quitar incertidumbre y complejidad a cualquier situación, para que luego resulta más sencillo estudiarla y comprenderla.
Este 5° Seminario Anual "Desafíos a la Defensa y la Seguridad del Siglo XXII, Continuidad o Cambio?" es una inmejorable oportunidad para que teniendo en cuenta lo expresado proponga una manera de abordar los nuevos fenómenos que afecta a la Defensa y la Seguridad, desde el punto de vista de la estrategia y empleando una herramienta de manejo de la información llamada inteligencia estratégica, para la detección, identificación, localización, interpretación y resolución de conflictos.
2. Estrategia
Estrategia antes que planificar:
Antes de disponerse a planificar, es imprescindible saber pensar en una nivel de abstracción tal que no comprometa las decisiones en el futuro, reduciendo la complejidad y la incertidumbre propias de situaciones poco estructuradas. Por ello es necesario tener una metodología de pensamiento estratégico que ilumine el proceso de toma de decisiones, para evitar que se cometa el grave error de confundir la estrategia (Modo de pensar) con la planificación (Modo de hacer). Son dos universos diferentes que se complementan y no deben confundirse, ya que el hecho de haberlos confundido, muestran notorios fracasos en la resolución de conflictos, que resultaron muy costosos en vidas humanas y otras formas de vida.
Qué es la Estrategia:
La estrategia es una actividad propia del ser humano que se realiza espontáneamente y así como el burgués gentilhombre de Moliere hablaba en prosa sin saberlo, todas las personas, en forma más o menos consciente, hacen estrategia. Pero convengamos. hacer estrategia es más difícil que hablar en prosa.
"La estrategia no ha de ser una doctrina única, sino un método de pensamiento, que permite clasificar y jerarquizar los acontecimientos, para luego escoger los procedimientos más eficaces. A cada situación corresponde una estrategia particular; cualquier estrategia puede ser la mejor en una de las coyunturas posibles, y detestable en otras. Ahí está la verdad esencial" - General A. Beaufre - Introducción a la estrategia - Editorial Struhart, Buenos Aires, 1982, pág 11.
Ahora bien, nos encontramos viviendo una realidad donde la palabra estrategia se usa con mucha frecuencia, pero en muchos casos, las realidades a las que se refiere, son ignoradas por quienes la utilizan, y en otros, tiene poco que ver con los temas que son tratados.
Las teorías vinculadas con la estrategia y la inteligencia estratégica, a través de una gran variedad bibliográfica, han proliferado en los últimos años, particularmente en ámbitos como el político, el empresarial y social.
Esta proliferación aporta pocos conocimientos nuevos acerca de qué es la estrategia y cuáles son sus fundamentos y aplicaciones útiles. En muchos casos se repite una variedad de conceptos ya concebidos y aplicados, pero con lenguajes novedosos y maneras originales. Esto hace que se presente a la estrategia como un "producto nuevo", con elaboraciones teóricas que "descubren" a la estrategia y su gran utilidad en los diferentes campos de la actividad humana.
La estrategia es una manera de pensar en conflicto
El Conflicto
La diversidad de visiones del mundo que tienen los seres humanos cuando observan y estudian las cosas y los hechos, pueden dar lugar a comportamientos incompatibles, que sin lugar a dudas, son los generadores de los conflictos, los que a su vez, pueden resolverse de dos maneras, o mediante la razón o empleando la fuerza.
El conflicto es el estado natural de las relaciones humanas y no, como en ciertos casos se considera un estado patológico e irregular en las interacciones humanas. Es la dialéctica de las voluntades de los actores involucrados en un conflicto.
En todas las actividades que el ser humano realiza a lo largo de su vida, siempre existirán antagonismos incompletos y asociaciones precarias, razones suficientes para comprender la necesidad de tener una formación en el campo del pensamiento estratégico.
Cuando mayor complejidad tengan los procesos de toma de decisiones, tanto mayor será la responsabilidad del decisor para adquirir conocimientos que le permitan detectar, identificar, comprender y resolver los conflictos. Y esto es precisamente lograr un adecuado desarrollo del pensamiento estratégico.
El desarrollo de las ciencias cognoscitivas, sociales y políticas, aportó abundantes conocimientos para permitir explicar los procesos de la toma de decisiones, también llamados "procesos decisorios" y ubicarlos lejos de los círculos esotéricos de los genios y de los charlatanes. Estos adelantos sustentan la idea de que las personas utilizan sus actitudes, experiencias y conocimientos, para percibir situaciones futuras y adecuarlas al presente que vive.
La racionalidad en estrategia
Si pensamos que los fines son los medios que se desean tener, y para alcanzar los fines son necesarios disponer de medios... pues entonces podemos afirmar que la racionalidad es la manera personal de relacionar medios con fines, resultante de los valores, experiencia y conocimientos acumulados por cada actor en su trayectoria vital.
Esto quiere decir que el ser humano siempre va usar medios para alcanzar sus fines, que va actuar en su mejor interés según su saber. En otras palabras la racionalidad es la estructura de sus intereses, o sea su manera personal de relacionar medios con fines.
La estrategia surge para adaptar las racionalidades, que por ser subjetivas, hay tantas como seres humanos existen. Por el contrario si las racionalidades fueran objetivas, todos tendríamos la misma visión del mundo, los conflictos no surgirían. Más aún, nuestros comportamientos serían predecibles a partir del propio conocimiento del mundo, sin necesidad de preocuparnos por las percepciones de los demás.
La interdependencia en la estrategia
Es la relación de dependencia que surge en un conflicto entre los fines y medios de los actores
Actor es la persona física o ideal (Individuo o grupo) a la que se le atribuyen intereses en un conflicto. Es decir fines a lograr y medios para ello. Cabe acotar, que en un conflicto adquieren calidad de actores, cuando ambos tienen intereses relacionados entre sí. Si un actor carece de intereses, no resulta relevante considerarlo como tal en un conflicto, porque sin medios, sus fines no importan y sin fines, sus medios son erráticos.
Sabemos que todos los seres humanos tienen fines, es decir, que procuran alcanzar los medios que no poseen, pero también es cierto que en la mayoría de los casos los recursos con que cuentan, o sea los medios que tienen, no son suficientes porque los deben compartir con otros actores, habida cuenta de la escasez de los mismos. Y es justamente esta insuficiente disponibilidad de recursos la que genera la interdependencia entre los actores.
La interdependencia alienta la interacción entre los diferentes actores, a través de la comunicación en sus diversas modalidades (acciones, escritos, imágenes, gestos, alianzas, acuerdos, etc.).
Frente a un conflicto la estrategia debe ser desarrollada antes que el planeamiento, que en la realidad cotidiana traduce en tiempo, espacio y materia las conclusiones de la estrategia. La estrategia precede al planeamiento.
Fundamentos de la estrategia
Encontramos fundamentos epistemológicos y científicos del pensamiento estratégico.
Fundamento epistemológico
Epistemología es estudio crítico y filosófico de la ciencias y de los principios lógicos en que han de basarse.
Las dos premisas adoptadas como punto de partida racionalidad e interdependencia ubican a la estrategia en el campo del pensamiento, de las interacciones y del comportamiento humano, es decir dentro los fenómenos que estudian las ciencias sociales, en el campo del espíritu y no de la materia.
De este modo, todo lo que se relaciona con la conducta humana, está regido más por ese comportamiento y valorización individual, que por la naturaleza misma de las cosas.
Por ello se afirma que el positivismo ha fracasado en las ciencias sociales, ya que como dice el conocido problema de Brentano (1838-1917), "los eventos mentales no están gobernados por leyes físicas, sino por sus propios principios mentales". Qué quiere decir esta afirmación? Que el comportamiento humano no es causal, sino intencional y que no se rige por leyes físicas, donde frente a iguales causas o estímulos, se producen iguales efectos o comportamientos
La fe, la ética, las ideologías, los valores, las creencias, los fines que orientan la conducta humana no son objetos reales, sino ideales, simbólicos. Y las ciencias sociales se interesan por las relaciones que se dan entre símbolos o palabras y no tanto por la causalidad entre las cosas.
Los símbolos, cuando generan los estímulos y las respuestas a éstos, determinan la voluntad y el comportamiento de las personas.
Debemos comprender que si bien las intenciones humanas son puramente simbólicas porque se procesan en la mente de cada uno, el comportamiento que ellas estimulan es bien real y concreto. Este comportamiento es el resultado del saber humano de cada individuo, saber constituido por distintos niveles tales como las actitudes, experiencias y conocimientos.
En principio diremos que las actitudes se sustentan en conocimientos elementales, las experiencias son conocimientos más elaborados y los conocimientos científicos conforman el nivel más elevado de saber humano.
No todos percibimos el mundo de la misma manera, él está allí, se presenta ante nuestros ojos, pero cada uno de nosotros y como consecuencia de nuestra historia personal y de nuestros distintos niveles del saber, lo percibimos de modo diferente. Cada uno de nosotros tiene una representación del mundo que le es propia y es esta representación la que lo lleva a actuar y rige su conducta.
El saber, como visión del mundo individual y social, se puede investigar desde tres enfoques: desde la lógica, desde la teoría y desde lo pragmático.
- Lógica: Estudia a la estrategia como sistema abstracto para analizar su estructura, es decir su lenguaje y sus reglas de razonamiento
- Teoría: Revisa el saber estratégico acumulado. Es decir las representaciones del mundo y los principios orientadores de la decisión. Es la historia estratégica.
- Praxis: Explica el proceso de creación de la estrategia como un método de pensamiento. La única manera de mostrar cómo se hace estrategia es haciendo estrategia.
Lógica de la estrategia
El estudio de la estrategia desde un enfoque lógico comprende conocer el lenguaje estratégico y el razonamiento estratégico.
Lenguaje estratégico
Es la lógica aplicada al campo de la estrategia, la que debe ocuparse de perfeccionar y convenir el lenguaje indispensable para representar los fines y medios de los actores, la situación estratégica, la trama de los intereses, los escenarios, las interacciones, las soluciones y respuestas estratégicas y las modalidades para comunicar las decisiones estratégicas.
El lenguaje estratégico ha sufrido durante muchos años deformaciones producidas por astigmatismos conceptuales dados por geopolíticos, militaristas, pacifistas, belicistas, humanistas y otros dogmatismos, generándose los llamados "dialectos estratégicos", pero éstos por ser altamente subjetivos no pueden llegar a ser lenguajes, ya que responden a intereses o ideologías que rompen las relaciones lógicas que deben valorarse entre los fines y los medios en toda actividad humana.
Un lenguaje más formal, capaz de comprender y darle significado a todas las situaciones con igual objetividad, es indispensable para el pensamiento estratégico y para evitar que éste vaya a la deriva.
La objetividad no resulta de un acto individual, sino social, grupal, por ello la importancia de la actividad interdisciplinaria en el pensamiento estratégico.
Razonamiento estratégico
La estrategia necesariamente requiere desarrollar actividades del pensamiento que se caracterizan por ser como mínimo especulativas e interdependientes, esto así, porque normalmente existe un estadio de máxima incertidumbre dentro de un conflicto.
El razonamiento estratégico no puede ser cerrado, sino que tiene que tener la misma apertura que el lenguaje natural que usan los seres humanos, diferenciándose del razonamiento y lenguaje científico.
Mucha literatura producida en los ámbitos empresariales y castrenses, definen la estrategia con criterios que ya en la actualidad dejaron de tener vigencia, puesto que:
- Intentan reducirla al planeamiento, soslayando la característica fundamental de incertidumbre que exige el razonamiento especulativo, de ensayo y error, dialéctico, propio de toda decisión que se toma en una situación incierta y poca estructurada. En este estadio no han objetivos definidos, deben ser creados.
- Atribuyen la decisión a un hipotético alto nivel decisorio y relegan la decisión interdependiente a otros actores que se encuentran en un segundo nivel de decisiones, soslayando el conflicto que está presente en toda interacción humana.Y de esta manera se pierden dos atributos fundamentales de la estrategia.
- El carácter especulativo, provisorio, hipotético de sus fines, con orientaciones cambiantes y permanente retroacción. Es el universo de las atribuciones subjetivas y posteriores verificaciones.
- La interdependencia presente en todo conflicto, que genera relaciones de cooperación y competencia, coaliciones y maniobras en cualquier teatro, con variado lenguaje estratégico.
Estos son los componentes típicos de la interacción social y de las relaciones humanas, razón suficiente para no soslayarlas en el razonamiento estratégico.
Teoría estratégica
La teoría repasa el saber estratégico acumulado. Es decir las representaciones del mundo y los principios orientadores de la decisión. También la definimos como la historia estratégica.
El estudio de los hechos que nos relata esta historia sólo muestra resultados que fueron exteriorizados, pero nunca las intenciones que tuvieron los actores históricos cuando procesaron mentalmente sus decisiones.
La intencionalidad, que siempre es subjetiva, de quienes han construido teorías o modelos específicos para cada situación histórica, los hace depender en buena medida de la idiosincrasia de cada uno.
Al estudiar los conflictos que la historia relata, se debe tener en cuenta que la historia se cuenta según el punto de vista de quien la hace, pero el pensamiento de los actores, que en definitiva construyen la historia, no aparece en los relatos de los historiadores, lo que sí aparecen son los pensamientos de estos historiadores.
La historia no muestra ni puede mostrar los medios y fines, ni la racionalidad de los actores responsables de los hechos, porque son procesos mentales que no se ven ni se registran en la crónica. Estos desaparecen con los autores.
Praxis Estratégica
El conocimiento profundo de la estrategia se logra justamente analizando cómo se hace estrategia, pero fundamentalmente haciendo estrategia, pensando.
La práctica de la estrategia es el arte de construir representaciones verbales de las situaciones. Para ello, hay que comprender las personalidades individuales de los actores e interpretar sus relaciones, como conflicto o interacción social.
El arte de la estrategia es construir modelos de conflictos, con la finalidad de manejar los factores favorables, sin riesgos de escaladas intolerables para quien pretende conducirlos, y obtener resultados plausibles dentro de ellos.
La estrategia es un método de pensamiento, que permite detectar, identificar, comprender y resolver los conflictos.
La práctica de la estrategia debe explicar cómo se relacionan los medios con los fines, cómo se construyen los significados que permiten comprender situaciones ambiguas y cómo actuar en consecuencia. Para ello y en este caso se emplea la:
- Inteligencia estratégica, mediante la cual se interpretan las situaciones compuestas por personas, cosas y acciones, atendiendo las ideologías, actitudes, experiencias y conocimientos de los actores que intervienen en el conflicto considerado.
- Apreciación estratégica, que centra su atención en el campo de interés donde está establecido el conflicto.
- Resolución estratégica, que infiere pautas o modos de acción mediante la atribución de relaciones entre fines y medios, propios y ajenos.
- Directiva estratégica, con la que se manejan los mensajes a los demás actores
- Supervisión estratégica, que ajusta la decisión adoptada al riesgo de escalada, de modo que el manejo del conflicto se mantenga dentro de los límites preestablecidos.
Cuando el ser humano entra en acción, ésta es el resultado de una decisión, que a su vez es una forma de pensamiento racional, donde se ha procesado el lenguaje que representa la situación que vive, pero como este proceso se desarrolla en la mente de cada actor, es muy difícil conocer la decisión, pero sí el lenguaje y su resultado que es la acción.
La decisión es la elección de medios para satisfacer fines. La misma consiste en elegir el curso de acción cuyo resultado supere las contingencias que puedan obstar el logro del fin.
Cada actor percibe el universo conforme a su nivel de saber, y toma decisiones en virtud de ello. Es oportuno acotar en este momento que según el nivel de abstracción de las decisiones, también podemos decir que existen tres niveles de decisión dentro de un conflicto, para el logro de fines:
- El de la estrategia, donde se determina la voluntad del actor, sus fines estratégicos y la manera general de cómo va llevar a cabo el planeamiento y las acciones para lograrlos.
- El del planeamiento donde se traducen los fines estratégicos y la orientación estratégica en operaciones, teniendo en cuenta tres dimensiones o variables estratégicas: tiempo, espacio y masa.
- El de la ejecución donde se convierten esas operaciones pensadas, en acciones concretas para lograr los resultados pretendidos.
Los resultados de la estrategia y el planeamiento se reducen a expresiones de deseos si no se concretan con la ejecución táctica, que enfrenta la incontrovertible realidad de los hechos.
La estrategia, el planeamiento y la táctica constituyen un trípode. La estrategia sin táctica, es simple retórica. La táctica sin estrategia no tiene sentido. El planeamiento transforma el lenguaje de la voluntad en el lenguaje de los hechos.
En estos tres niveles de decisión, aunque con diferentes racionalidades, la mente humana desarrolla para la comprensión y resolución de un problema una secuencia muy conocida: enunciado, planteo, solución, respuesta y prueba.
Sustento científico de la estrategia
La estrategia comprende la dialéctica de las voluntades, o sea la racionalidad interdependiente, razón por la cual, no se puede encarar su estudio sin considerar a la psicología cognitiva, que explica la racionalidad y a la psicología social, que se ocupa de la interdependencia, porque el ser humano es un ser racional y social.
No se pretende agotar el enorme caudal de conocimientos que hoy integran la psicología cognitiva y la psicología social, sino no contradecirlos con prejuicios infundados. Por ejemplo la psicología enseña que nada sale de la mente si antes no ha ingresado, o sea que el intelecto no crea nada, sino que recombina el contenido de la memoria. Teniendo en cuenta el estado actual de las ciencias es difícil sostener que el genio es innato.
Psicología cognitiva y la racionalidad
La psicología cognitiva ha desarrollado estudios muy avanzados que explican el funcionamiento de la mente con el rigor y precisión de las ciencias naturales, empleando el paradigma del procesamiento de información.
Uno de los aportes de la psicología cognitiva que resulta de interés para la estrategia, es el concepto de que el comportamiento humano depende de la racionalidad peculiar de cada actor, es decir de su propia representación del mundo.
La personalidad que determina el comportamiento de cada actor, es producto de la representación del mundo que cada uno construyó a través del aprendizaje acumulativo del lenguaje, según el nivel de conocimiento desarrollado.
En este sentido, se pueden diferenciar tres tipos de representaciones en el saber individual, tres niveles de conocimientos ya mencionados, que gobiernan el comportamiento de cada individuo:
Es la forma más primitiva y menos estructurada del saber. Son las palabras con las que cada individuo identifica su relación con el mundo donde está.
Las actitudes comprenden las ideologías, la aversión al riesgo, el odio, el miedo, la envidia, la sumisión, la lealtad, la hostilidad, el afecto, etc.
Es un saber un poco más estructurado del mundo. Se compone de relaciones de causa efecto, el uso de proverbios aplicables a situaciones específicas, de modelos, etc.
Es el saber estructurado con aplicación de las reglas de la lógica, que permite la inducción, la deducción y el cálculo.
Según sea la situación, una persona puede tener un comportamiento regido por el conocimiento, por la experiencia o por sus actitudes, generando desde luego diferentes racionalidades.
Psicología social y la interdependencia
La interacción humana es esencialmente comunicación y los medios portadores de los mensajes son de una diversidad increíble. Entre tantos otros, podemos mencionar gestos, posturas, objetos, rituales, emblemas, conversaciones, acuerdos, tratados, propaganda, literatura y hasta los actos de fuerza.
Cualquiera de esos medios portadores de los mensajes utilizan un lenguaje, un acuerdo, que por ser una convención, no se puede aprender en forma aislada, sino que requiere por lo menos de dos personas y de un mundo de objetos a los que designar con los símbolos que habrán de constituir dicho lenguaje.
El lenguaje no es innato, requiere ser aprendido en un ambiente donde se lo emplee habitualmente. El lenguaje es indispensable para el pensamiento, pero también para la comunicación, sin la cual no es posible aprender.
La comunicación, al permitir el intercambio de las representaciones que cada individuo tiene del mundo en que vive, genera una información mutua o lenguaje común y este lenguaje común facilita que los individuos establezcan coincidencias, acuerdos, organizaciones, alianzas, grupos sociales y la misma sociedad.
La comunicación cumple varias funciones sociales indispensables para la convivencia humana:
- Resuelve la ambigüedad, reduce la incertidumbre de una situación.
- Sustituye la fuerza por el poder, empleando el debate, la negociación, hasta incluso la amenaza, para evitar actos de fuerza que desperdician energía.
- Permite ejercer el poder, influyendo en la voluntad de los demás.
El lenguaje permite a la humanidad transmitir de una generación a otra el saber, acumulándolo en diferentes soportes. Por eso se dice que la cultura es el saber acumulado por una sociedad a lo largo de su historia. La cultura tiene incidencia en la forma que cada persona interpreta los hechos, personas y objetos que aparecen en cada situación.
En cualquier conflicto la comunicación es el medio más eficiente para encarar la interpretación y la solución del mismo.
3. Decisión Estratégica
Decíamos que la estrategia es el arte de la decisión interdependiente, es el modo de realizar los propios valores con la participación de los demás actores.
Pero como el conocimiento disponible sobre los actores es escaso, la decisión estratégica debe detenerse en la descripción hipotética y especulativa de un futuro posible.
A diferencia del planeamiento, en estrategia se trata de tomar decisiones para obtener información, más que de decisiones basadas en informaciones disponibles a priori. Durante el planeamiento se toman decisiones en función a las informaciones e inteligencia que se obtuvieron. Así la estrategia se ubica en el primer estadio de la decisión, en la etapa en que se crean futuros deseados.
El proceso decisorio es circular y por ello se puede volver atrás en cualquier momento para rever hipótesis.
Este proceso comprende lo que hoy se denomina inteligencia (enunciado), apreciación (planteo), resolución (solución), directiva (respuesta) y supervisión (prueba).
Para describir este proceso decisorio es necesario empezar por algún lugar, interrumpiendo su permanente dinámica. El corte natural es en la percepción inicial de los hechos y valores, que se consideran las premisas de la decisión, y que preceden a la inteligencia estratégica.
Los fines y hechos (también llamados situación y misión, o sea... lo que se tiene y lo que se desea), se toman como punto de partida del ciclo decisorio, porque de las discrepancias sobre los fines y los hechos surge la motivación necesaria para abordar la solución de un conflicto.
En los más elevados niveles de decisión, no se pueden elegir arbitrariamente sus propias misiones, sino que se debe hacer atendiendo a los fines y medios de los demás actores.
1. Fines
Los fines tienen diferentes grados de operatividad, oscilando entre los genéricos y abstractos como la seguridad, hasta los más específicos y concretos como exportar un producto determinado.
Según el grado de abstracción se usa la siguiente nomenclatura o clasificación para los fines.
Los valores son lo fines más genéricos, tales como: libertad, seguridad, justicia, igualdad, bienestar, prosperidad, etc. Pueden ser religiosos, estéticos, vitales, etc.
El primer paso para hacer más operativo un fin, es elegir un campo de acción donde habrán de realizarse los valores. El interés expresado como campo de acción, requiere dos elementos: un espacio, que constituye el campo y un grado de control pretendido (total, parcial o nulo).
Ya se puede definir con mayor precisión: es un objeto material y el efecto deseado. El objeto es la cosa sobre la recaerá la acción. El efecto deseado es el resultado a producir con la acción.
La forma más detallada y operativa de expresar un fin es describir la acción conducente a lograrlo.
2. Hechos:
Los datos que deberán tomarse de la situación existente son los que tienen valor estratégico para poder representar el conflicto y manejar el mismo.
La construcción del conflicto como representación estratégica de la situación fáctica sólo requiere tomar los elementos esenciales como: personas, cosas, espacios y acciones.
- Personas.
Las personas de interés para la estrategia no son solamente los individuos, sino también grupos, instituciones y estados, en tanto tengan suficiente cohesión o personalidad para atribuirle fines y medios.
- Cosas.
Cosa es todo objeto real o ideal susceptible de tener valor. Pero para reducir la infinita cantidad de cosas, es conveniente reducir a unos pocos conjuntos, por ejemplo.
- Bienes: cosas que tienen valor por sí mismas (dinero, comida)
- Instrumentos: cosas que tienen valor por su empleo (máquina)
- Destreza: es la habilidad de las personas para relacionar instrumentos con bienes (Tecnología)
- Espacio.
Las cosas ocupan un lugar en el espacio y pueden ser foros, mercados y espacios geográficos.
- Acciones.
Las acciones modifican las cosas. A la estrategia le interesan las acciones humanas y por excepción los hechos naturales. También hay que reducir la infinita cantidad de acciones a un conjunto que represente grados de control de los actores sobre los espacios y cosas en disputa: total, parcial o nulo.
4. Inteligencia Estratégica
Para comprender las cuestiones básicas de la Inteligencia Estratégica, fue necesario incursionar por el universo de la Estrategia y para ello, desarrollamos conceptos básicos e introductorios de esta disciplina, necesarios para ingresar al pensamiento estratégico.
A partir de este momento, abordaremos el estudio y el conocimiento de la Inteligencia Estratégica, considerando a la misma como un producto que permite a un decisor reducir la incertidumbre y la complejidad de un conflicto cuando desarrolla su proceso de toma de decisiones en el nivel estratégico.
La inteligencia estratégica puede ser entendida de diferentes maneras: como un fin, una destreza, una técnica, un arte, un talento. Sin embargo también es una cuestión de la política, y como tal, debe ser analizada y discutida inteligentemente en todos los ámbitos de una sociedad organizada.
Su discusión en ámbitos académicos y gubernamentales es necesaria para avanzar hacia una efectiva política de inteligencia que satisfaga los requerimientos de los decisores y las expectativas de los habitantes.
La situación mundial ha evolucionado en esta última década aceleradamente, generando importantes cambios en los ambientes políticos, sociales, científicos, tecnológicos y económicos. A la luz de esta nueva actualidad, nos vemos obligados a revisar y a actualizar el empleo de la inteligencia estratégica.
En este nuevo ambiente, las principales cuestiones a considerar en el campo de la inteligencia estratégica, entre otros tantos, son:
- La multiplicación y diversificación de actores
- El incremento de los usuarios
- La diversidad de fuentes de información
- Las modernas metodologías de obtención y análisis de las informaciones
- El interés de la sociedad por las actividades de producción de inteligencia.
- Los nuevos roles que se le asignan a los sistemas de inteligencia.
El debate sobre cuestiones vinculadas con la producción de inteligencia requiere un mínimo de restricciones, fundamentalmente para proteger las fuentes, los métodos y las personas. Es oportuno decir que hay personas que consideran que las actividades desarrolladas para producir inteligencia son directamente incompatibles con el estilo de vida democrático.
En 1948, un profesor de historia de la Universidad de Yale, Sherman Kent, utiliza por primera vez el término inteligencia estratégica. Describe a la información estratégica como el conocimiento sobre el cual deben descansar las relaciones exteriores.
La inteligencia estratégica es el producto resultado del procesamiento de informaciones vinculados con un conflicto, que permite a un decisor reducir la incertidumbre y la complejidad de su propio proceso de toma de decisiones en el nivel estratégico. La Inteligencia estratégica facilita formular el enunciado del problema estratégico, su interpretación en el lenguaje pertinente para representarlo como conflicto. Es el producto de un proceso que se desarrolla ante una gran incertidumbre, que facilita la construcción de una situación estratégica como representación de un conflicto.
La producción de inteligencia estratégica comprende al menos los siguientes pasos básicos:
- La Situación Estratégica
- Evaluación Estratégica
- La Evolución Estratégica
Situación estratégica
La situación estratégica trata de construir el significado del conflicto y para representar cualquier situación como un conflicto, basta relacionar conceptos tales como teatro, actores e interacción. El método para construir el significado de un conflicto consiste en:
- Interpretar los datos definiendo el teatro.
- Identificar los actores.
- Definir las relaciones de cooperación y competencia.
- Definir las relaciones de poder entre los actores.
- Construir la estructura de la interacción que da significado al conflicto.
La interacción entre los actores involucrados en un conflicto, es una manera de mantener el mismo dentro de límites tolerables, evitando escaladas que pongan en riesgo la integridad y los recursos de quienes intervienen. La interacción puede desarrollarse como una mezcla de concesiones y sanciones. Las concesiones reducen las escaladas en un conflicto, mientras que las sanciones las provocan.
Existe conflicto cuando cada contendiente tiene un modo de actuar preferente y cuando diferentes contendientes prefieren modos de actuar incompatibles El conflicto surge cuando un actor no puede realizar sus fines con la simple formulación de un plan que ignore los fines y medios de los otros actores.
La situación estratégica agrega información a una situación fáctica o de hechos. Para que tengamos una situación estratégica deben atribuirse.
- Fines, medios y personalidad a los actores;
- Valores a los objetos del teatro y
- Relaciones al conjunto de éstos.
Pero estas atribuciones son nada mas que atribuciones, suposiciones que deben ratificarse o rectificarse con la dialéctica de los hechos, por lo tanto la única verificación empírica de las intenciones y voluntades, es el comportamiento que de los actores tienen conforme a estas atribuciones. Pero aquí también, debemos tener presente, que la relación entre los comportamientos resultantes y sus causas generadoras - intenciones y voluntades - es una atribución subjetiva
Un conflicto se puede representar como:
- Una estructura estática de las relaciones entre los actores: Modalidad.
- Un conjunto de relaciones dinámicas: Poder.
Modalidad
La modalidad que un actor atribuye a una relación con otro actor, no necesariamente debe ser coincidente con la que éste le atribuya respecto de aquél. Es posible que predomine la del actor que es más agresivo o que ejerza el poder más adecuadamente.
Las modalidades de interacción en los conflictos aparecen con diferentes grados en cada ámbito, con denominaciones particulares y habituales. Por ejemplo: en política la agresividad, en economía la competitividad y en lo militar la hostilidad.
Cuando se dan los extremos de unificar o reemplazar, el conflicto pierde tal calidad ya que la situación queda reducida a un solo actor, en el primer caso por fusión y en el segundo por eliminación.
Lo normal es la influencia, que es la verdadera función de la estrategia, donde podemos distinguir como mínimo tres grados: ceder, transar, dominar. Estos grados nos indican que hay influencia ajena, recíproca o propia, respectivamente.
Poder
El poder no es un objeto. No se ve, no se puede tocar, puesto que es una construcción mental, pero con consecuencias bien reales. El poder es un axioma de la estrategia y se define a priori como la relación entre los medios de un actor y los fines de otro actor.
El poder como fenómeno psicosocial, es la percepción subjetiva que un actor tiene acerca de la dependencia que tienen los fines propios de los medios ajenos, o los medios propios de los fines ajenos o ambas.
Si analizamos que en todo conflicto participan por lo menos dos actores, entonces, es fácil comprender que existen cuatro elementos del poder: fines y medios propios y fines y medios del otro. Estos son los elementos del poder sobre los que obra la estrategia, ya sea para disfrutarlos o para sufrirlos, aumentarlos o reducirlos, exaltarlos u ocultarlos.
La manipulación del poder tiene cuatro orientaciones posibles, independientes del tipo de medios y de la clase de fines en juego, y por ello, con validez universal. Estas orientaciones son.
- Hacia los fines propios
- Hacia los fines ajenos
- Desde los medios propios
- Desde los medios ajenos
Como el poder es simbólico, se puede manipular mediante la comunicación de mensajes adecuados que destaquen o atenúen los medios y fines en juego. Se manipula también legitimando el propio poder y desacreditando el poder ajeno. Otra forma de manipular el poder es alterando sus bases.
También se puede manejar el poder estableciendo alianzas, o sea cediendo fines para adquirir medios.
Existen cuatro opciones estratégicas básicas para relacionar fines y medios, propios y ajenos, ellas son.
- Persuasión: fines contra fines Hay que tener convicción.
- Diversión: fines contra medios Hay que tener astucia para mostrar fines falsos para distraer medios opuestos.
- Coacción: medios contra fines Aparece la violencia cuando muestro medios propios para amenazar fines ajenos
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- Acto de fuerza: medios contra medios. Se enfrentan los medios propios y los ajenos.
Evaluación Estratégica:
La evaluación tiene por objeto establecer cuál es la posición estratégica en la estructura del conflicto, así como también, estimar las posibilidades que se dan en el mismo, para mantener o modificar la orientación del poder. La evaluación estratégica debe considerar la racionalidad interdependiente, que es la esencia de un conflicto. En otras palabras la interacción entre fines y medios, propios y ajenos.
La evaluación estratégica importa el estudio de cuatro cuestiones:
- La libertad de acción.
- La vulnerabilidad.
- El nivel de conflicto.
- El riesgo de escalada.
Si recordamos las cuatro opciones básicas consideradas anteriormente: persuasión, diversión, coacción y acto de fuerza, veremos que las mismas permiten expresar mejor los grados de conflictos en términos de su intensidad, desde la razón hasta la fuerza.
Básicamente se identifican tres niveles de conflicto, sin considerar los grados intermedios que pueden existir. Estos son:
- Negociación: persuasión diversión. La finalidad es influir sin coacción.
Ejemplo. retirarse de la mesa de negociaciones. Es el campo propio de la diplomacia, del comercio, de la acción psicológica.
- Crisis: negociación coacción. Su finalidad es influir sin necesidad de convencer, empleando la amenaza de daño posible. La fuerza es solo un mensaje intimidatorio.
Ejemplo: bloqueo comercial, la paz armada. Es el campo de la diplomacia, de la violencia.
- Guerra: crisis acto de fuerza. La finalidad es influir sin voluntad en oposición. La coacción se emplea después de haber desarmado al adversario. Solamente quedan emplear medios contra medios.
Los niveles de conflicto pueden modificarse porque cambian sus elementos: teatros, actores e interacciones.
Considerando lo dicho hasta acá, se pueden apreciar los datos como para establecer el nivel actual de un conflicto y las acciones que pueden dar lugar a una escalada.
No importa cuán violento sea un conflicto, mientras no haya riesgo de escalada incontrolable. El riesgo de escalada es inaceptable cuando el costo es mayor que el beneficio, es decir cuando corre riesgo la supervivencia.
La inteligencia estratégica debe evaluar y suministrar datos sobre las posibilidades de que un conflicto escale, atendiendo a los intereses y recursos de los actores participantes.
Un conflicto nuclear total no tendría riesgo de escalada, pues no queda una posibilidad superior a la que se pueda escalar.
Evolución Estratégica:
Para formular una evolución del conflicto se debe inferir desde la representación construida del mismo. Esta evolución se logra atendiendo las relaciones de modalidad y poder empleadas.
La inferencia o previsión estratégica es un razonamiento hacia delante, que busca nueva información a partir de la existente, no para predecir situaciones, sino para anticipar problemas. Los fines crean dependencias, que degeneran en vulnerabilidades y que a su vez alientan amenazas.
Los conflictos se pueden anticipar si se estudian las situaciones actuales, se simulan nuevas situaciones y decisiones y se imaginan preguntas. La derivación de posibles situaciones es equivalente a la formulación de los posibles problemas que puede deparar el futuro.
Hasta aquí y de manera sintética la descripción de una manera de emplear un instrumento como la Inteligencia Estratégica, para que desde el pensamiento estratégico se procure anticipar los conflictos, realizando una temprana y oportuna detección, identificación, localización y comprensión de los mismos y sus consecuencias, independientemente del ámbito y el nivel del decisor.
Fuente:
Ponencia preparada para el V Encuentro Nacional de Estudios Estratégicos, Buenos Aires, 1 al 3 de octubre de 2002